Quedan unos días para comenzar uno de los meses más terroríficos y más esperados del año para la comunidad que ama las historias oscuras. Tomando nota de ello, DeAPlaneta ha traído a España la última producción de Temple Hill, El hombre del saco (2024), la cual nos traslada a la gran pantalla el temor que era capaz de generar la mítica criatura conocida como El hombre del saco. La cinta cuenta con un director curtido en series como Doctor Who o Sherlock y con un guionista debutante, además de con el actor Sam Claflin, al que muchos recordaremos en el papel de Finnick en Los juegos del hambre.
La pregunta es: ¿estamos preparados para no asustarnos y acabar dentro del saco? Seguid leyendo y lo veremos.
De pequeño tuve miedo…
Los cambios puede despertar de nuevo emociones que parecía que teníamos olvidadas o, en el caso de nuestro protagonista, que habíamos buscado ocultar en lo más profundo de nuestra mente. Patrick Mckee -Sam Claftin- se ve obligado a regresar a la casa de su infancia para poder hacer frente a los gastos que han aumentado su deuda. No regresará solo, sino que lo hará acompañado de su esposa Karina -Antonia Thomas (The good doctor)- y de su hijo Jake -Caréll Vincent Rhoden-. A su vez, cerca de ellos, vive el hermano mayor de este, Liam Mckee -Steve Cree-, quien heredó la maderera del padre.
Pero las noches son oscuras y albergan horrores. De entre las sombras surge cada noche en su jardín un sonido que no tardará en enloquecer a Patrick y que abrirá de nuevo la puerta a un trauma del pasado que no acabó de eliminar y del que trató de escapar. El problema radica en que ahora parece que su interés ha cambiado y es al pequeño de la casa al que le ha puesto el ojo encima. Comienza entonces un camino en el que tratará de recordar qué hizo en el pasado para sobrevivir y pondrá en juego su propia vida.
El hombre del saco es una criatura mitológica que convive con diferentes nombres en muchas de las culturas occidentales. Con un aspecto menos definido, sí que será el uso del gran saco en el que guarda los niños malos su elemento distintivo, lo que lo convierte en material de pesadillas de pequeños y algunos mayores. Es normal, entonces, que hayan tentado la posibilidad de plasmar y reimaginar este personaje para una película de terror. ¿El verdadero obstáculo? Encontrar una identidad propia.
Es cierto que John Hulme es un guionista primerizo en largometrajes, quizás por eso acaba cayendo en muchos espacios comunes en los que se desarrollan este tipo de películas (recuerda en estos casos a cintas como Imaginary o It). Resulta también curioso el ver cómo en El hombre del saco se va desarrollando la trama, de manera lenta, dosificando mucho los elementos que nos van contando. Esto, que pudiera ser un acierto si viniera acompañado de cierto misterio, únicamente sirve para alargar una historia que podría haberse resuelto antes.
Porque algo sí que he notado y es que muchas de las acciones acaban pareciendo menos lógicas o están únicamente sustentadas en el querer crear una tensión artificial. Es el caso del trauma de Patrick, el cual no habla de ello hasta bien pasada la mitad de la película y solo cuando llega la psicóloga, pudiendo haber tomado antes consideraciones a los asaltos de la criatura. Del mismo modo hay situaciones mal entendidas, como el dejar dormir a Jake solo en otra habitación. Son pequeños detalles que van sumándose y convirtiendo el total en algo que ofrece menos valor.
Escucha esta cremallera y entra en el saco, criatura
Como actor con el mayor currículum, Sam Claftin se echa la narrativa a la espalda, sustentando la mayor parte de la historia. Patrick es un hombre atormentado por su presente y su pasado, pero con un gran sentido de la responsabilidad por su familia. Dentro de toda la trama, su personaje es el más desarrollado y del que más conocimiento tenemos, ya sea de su pasado o de su presente.
Esto es algo que le acaba pesando a El hombre del saco, ya que no llegamos a empatizar con muchos de ellos más allá del propio miedo humano que nos surge al ver ciertas situaciones (por ejemplo, el hecho de perder a un hijo). Mucho protagonismo tendrá también el hijo, Jake, aunque su participación será mínima más que convertirse en el centro de los envites del monstruo.
Esto acaba convirtiendo a los demás en piezas que buscan cumplir su objetivo y cubrir un puesto dentro de la narrativa general. Podemos verlo especialmente en la mujer de Patrick, Karina, donde la actuación de Antonia Thomas no sirve para darle más profundidad a un personaje que no lo tiene. Arquetipos también encontramos, como el policía del pueblo que nos habla de otros casos y conoce al protagonista o la psicóloga que aparece para sacar a la luz la historia y la mitología de la criatura.
Y con esta última también tengo un problema. Es cierto que en algunas películas de terror, el monstruo no requiere de grandes trasfondos para aumentar el número de víctimas, pero en los que el misterio recae en conocerlo quizás queda un poco descafeinado que el imaginario creado para él no acabe aportando mucho a la trama. Eso sí, la estética de el hombre del saco está lograda, aunque la cremallera de su utensilio se siente un poco grande.
Cada muerto en mi bolsa estaba delicioso
Las películas de este género siempre acaba seleccionando una serie de escenarios con ciertos elementos comunes que funcionan para el propósito. Son el caso de casas grandes en los que la oscuridad ayuda a crear esa sensación de agobio. El hombre del saco también traslada la acción a edificios más modernos que acaban funcionando en igual condición. Lo que sí que acaba convirtiéndose en impactante y sí que me parece una aportación interesante es la guarida del monstruo, con su decoración. No puedo contar mucho de ella sin hacer spoiler.
Entrando en el apartado de la música, el silencio sigue siendo el mejor amigo de este tipo de películas y aquí no hay excepción. Se compaña este por sonidos fuertes que buscan la tensión del espectador, además de algunos momentos en los que la paz solo se rompe con las notas de una flauta (que acabaréis odiando) o el característico rasgado de la cremallera del saco de la criatura.
Conclusión
El hombre del saco se suma a la lista de películas que recoge criaturas del imaginario colectivo (incluso comparte nombre con otra española de 2023) y las traslada a la gran pantalla acompañadas de una historia de terror. Como en todas ellas, el gran reto es crear una narrativa que sirva para mostrar al monstruo en su máximo apogeo y no siempre se consigue sin jugar con conveniencias o crear, incluso, situaciones de comedia involuntaria.
Ya hemos dicho que esta película tiene pocos acierto en general y, aunque su apartado artístico sí que destaca, puede convertirse en una pieza para ver en un maratón de películas del género. Hay momentos y situaciones que están más logradas que otras, pero ese peso narrativo que ya comentamos acaba lastrando toda empatía que los espectadores pudieran lograr con los personajes. Y, como suelo decir, es una pena.
El hombre del saco llegará a los cines españoles hoy mismo, el 27 de septiembre de 2024. Si disfrutáis viendo una película basada en criaturas propias de la cultura, podrías llegar a apreciarla. Muchas gracias a DeAPlaneta por permitirnos ver esta película.