Tras haber conseguido la maestría en la espada hace unos meses y tras desarrollar ahora poco a poco el dominio de un arcabuz, nos sentimos preparado para acompañar a DeAPlaneta en su nueva aventura fílmica: Los tres mosqueteros: Milady (2024). Funcionando como secuela de Los tres mosqueteros: D’Artagnan (2023), retoma las desventuras de los protagonistas tras el atentado que casi acaba con la vida del Rey de Francia: Louis XIII. De nuevo, se toma como base el primer libro que Alejandro Dumas dedicó a estos personajes, pero adaptando y modificando algunas situaciones o interacciones (algo que no desmerece el producto final).
Los tres mosqueteros: Milady llegará a los cines españoles el próximo día 26 de enero de 2024. ¿Qué nos ha parecido? ¿Nos hemos sentido uno para todos y todos para uno? ¡Allé vamos!
Una dama de armas tomar
1627, Francia. Con providencial fortuna, los mosqueteros habían evitado que los traidores asesinaran al Rey en pleno casamiento de su hermano, pero todavía desconocen la identidad de los hostigadores de dicho evento. Con ansia por finalizar el conflicto, Louis XIII ordena a su hermano acabar con la capital de su poder en el territorio: La Rochelle. Los protagonistas se verán envueltos en ese asedio, mientras D’Artagnan, para tratar de encontrar a su amada Constance, se tendrá que aliar temporalmente con la asesina Milady. Lo que nadie sabe todavía, es que los secretos que están a punto de revelarse pueden acabar con la paz de hombres y territorios.
Como buen díptico, la primera parte, estrenada el año pasado, permitía presentar a los distintos personajes a través de una aventura que mostraba la sociedad y la época en la que se localizan los hechos. Ahora, con los preludios desarrollados, la acción y los sentimientos se apoderan de la pantalla, guiando a los protagonistas hasta sus propias catarsis. Así, se cerrarán gran parte de las tramas iniciadas, al tiempo que se logrará arrojar luz en muchos de los misterios que rodeaban a algunos de sus personajes. Esto facilita una narración mucho más acelerada, con muchas elipsis para adelantar acciones, pero también dándose la pausa necesarias para situaciones que lo merecen. Esta velocidad hace que en las casi dos horas que dura la cinta no se te haga pesada en ningún momento. Eso sí, el final acaba siendo un poco acelerado y deja un poso de cierta extrañeza, además de querer adelantar una posible secuela que continue con las aventuras de los mosqueteros.
La escaramuza de Rochelle es de lo más interesante. |
Como ya hablábamos en la primera crítica, las licencias sobre la obra de Alejandro Dumas alteran algunos de los hechos que él había dejado escritos en su novela y que aquí se corrigen para ofrecer una versión más actualizada y menos caótica. Es así como surge toda la trama de los intentos de asesinato del rey, con toda la búsqueda de traidores, además de la purificación de algunos personajes que antaño estaban cubierto de maldad. A pesar de seguir, en líneas generales, la trama, los cambios realizados permiten que los conocedores de la historia redescubran nuevos aspectos sin demérito del material original, cuya representación fidedigna sería mucho más costosa.
Al haber sido un rodaje simultáneo, no es de extrañar que todas las secuencias de acción se encuentren entre lo más destacado de la cinta. A diferencia del título anterior, aquí se suman combates más bélicos, aunque sin llegar a la espectacularidad propia del género. Por su parte, entrega algunos instantes, como el asalto nocturno a La Rochelle o el combate de sables entre Milady y D’Artagnan, que están entre lo más destacado de las cintas.
Para ello, los actores repiten sus grandes actuaciones, aunque más difuminadas por el conflicto que se está llevando. De este modo, repetirán François Civil, Vicent Cassel, Roman Duris y Pio Marmaï como D’Artagnan, Athos, Aramis y Porthos, respectivamente. Con un carisma constante, nos permitirán acceder un poco más adentro de sus sentimientos, descubriendo sus traumas familiares o sus nacientes amores. Destacan de nuevo François y Vicent, cuyos personajes acumulan mayor complejidad dentro de la trama, aunque hay acciones que los unen un poco «causales». Siendo el título de la obra, no se puede negar la influencia del personaje de Milady dentro de la trama, desnudándose al público como personaje y conociendo su pasado. Eva Green hace un gran trabajo mostrando la debilidad y, al mismo tiempo, la fuerza de una mujer que ha tenido que desarrollarse para mostrar su potencia. Sin duda, una delicia en la trama.
Milady de Winter toma más protagonismo en la obra, conociendo más acerca del personaje |
Por su parte, la continuidad en la trama de los protestantes otorga al Rey -Louis Garrel-, a su hermano -Julien Frison-, a la Reina -Vicky Krieps- y a Richelieu -Eric Ruf- más minutos en pantalla, pudiendo conocer más sobre sus dinámicas y permitiendo cambiar la percepción de cada uno a lo largo de toda la trama. Para ello, también será importante Constance -Lyna Khoudri-, la amada del protagonista principal, la cual para bien o para mal, determina gran parte del avance de los hechos. Aunque no puedo evitar no comentar el añadido de Hannibal, interpretado por Ralph Amoussou, un personaje basado en el primer mosquetero negro (en fechas anacrónicas), pero que sirve como representación interesante.
El color de la guerra
Siendo una de las producciones más costosas del país vecino, no es de extrañar que, al igual que su predecesora, el apartado técnico siga siendo una delicia para la vista. En pocas escenas se acaban notando los efectos especiales, permitiendo que se luzcan los decorados realizados para la ocasión, siendo ya en palacios (Hôtel des Invalides, Château de Chantilly o el Palais du Louvre), ciudades (centro de Troyes) o exteriores. La inmersión es total, permitiendo que los personajes, perfectamente caracterizados, se mezclen entre el gentío y nos trasladen a aquella época.
¡Mirad ese palacio! ¿Quién no soñaría con estar ahí? |
Del mismo modo, Guillaume Roussel repite su papel a bordo de la composición musical, que acompaña correctamente a los efectos de sonido, permitiéndose algunos silencios para que los actores, o la misma situación, luzcan.
Conclusión
Las publicaciones en la época de los folletines siempre han tenido un gusto particular para los lectores. Con una vertiente de intriga, la mayoría de ellas vivían de mantener atentos a los compradores durante las distintas publicaciones. De esta forma surgieron dramas tan populares como El Conde de Montecristo, Los Miserables o las obras de Charles Dickens. Es normal entonces que hayan mantenido el interés a través de los años, ya sea por su influencia en obras posteriores o por sus múltiples adaptaciones que los han acercado al público de cada periodo.
Esta película concluye una bilogía que comenzó el año pasado con el estreno de D’Artagnan y que tiene ciertos alicientes para continuar su andadura (material existe). Como he ido diciendo, la obra de Dumas sirve de base para realizar una adaptación que mantiene sus bases (personajes y tramas principales), pero que acaba modificando algunos acontecimientos por el beneficio de la trama. De este modo, tras las presentaciones, se descubren en Milady los secretos que acaban estallando en la cara de los protagonistas, teniendo enfrentarse a sus propios fantasmas o sus propias pérdidas. Con un buen ritmo, la narrativa suma acción a la propuesta, aunque también se toma las pausas necesarias para el desarrollo emotivo. El trabajo de rodaje conjunto ha favorecido el mantenimiento de un mismo estilo y que se sientan verdaderamente continuación la una de la otra.
Los tres mosqueteros: Milady estará en cartelera de los cines españoles el próximo día 26 de enero de 2024. Si has disfrutado de la primera parte, te recomiendo que vayas al cine a verla. Si eres de los que disfrutan de aventuras e intrigas, también.