Análisis de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente en Nintendo Switch

Hoy os traigo el análisis de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente para Nintendo Switch, los remakes tan esperados y controversiales de una de las franquicias más famosas de Nintendo. La cuarta generación supuso un salto abismal en Pokémon debido a que fue la primera en lanzarse en Nintendo DS, teniendo sus primeros flirteos con el 3D, aunque dicho 3D fuera completamente falso.

Aparte de eso, el recibimiento que han tenido estos remakes ha sido mucho más positivo por parte de la comunidad de lo que se esperaba o se hablaba del principio. Es por ello estoy aquí, para comentaros que tal me ha parecido como gran conocedor de la cuarta.

¡Empezamos!

No hay mucho que decir de la historia de los juegos principales, pues siempre se suele seguir una norma bastante similar. Por un lado, tenemos que recorrer todo el mapa en busca de las ocho medallas de gimnasio (obviando séptima generación) y, por otro lado, están los planes de la organización criminal de turno (exceptuando la octava generación que se desenvuelve de otra manera), la cual en este caso es el Team Galaxia.

En esta generación, el equipo villano pretende obtener el poder para controlar el mundo a través de la invocación y dominación del legendario de turno, el cual puede ser Dialga, señor del tiempo, o Palkia, señor del espacio, dos de las cuatro deidades principales que crearon el mundo donde jugamos. Sin embargo, su líder, aparentemente, parece tener planes más oscuros y es que, dentro de que es un juego inicialmente orientado al público infantil, posee tintes mucho más adultos que otros de la franquicia, lo cual luego sirvió para la gran historia de quinta generación.

Poco más que decir, esto no es The Last of Us o cualquier otro título con un desarrollo de historia más enrevesado o que nos vaya a marcar para toda la vida, pero es un juego ameno con buenos argumentos y una reproducción notable de los hechos que acontecen.

A nivel de jugabilidad es como cualquier otro juego de la saga, es decir, es un RPG por turnos en el que debes escoger un total de seis compañeros, ingeniándotelas para que cada componente cubra las debilidades del otro. La pokedex con la que inicias es la misma que hubo en cuarta generación, aunque luego se amplia tras la liga. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, para esta ocasión, si se posees Espada o Escudo tendrás acceso a un Jirachi y si tienes Let’s Go tendrás un Mew.

Aparte de eso, entre otras mecánicas que se desarrollan en el juego tenemos la excavación, la cual, ha sufrido un cambio notable a mejor. La idea viene a ser la misma de antes, buscar entre las paredes todo tipo de objetos como piedras evolutivas, la piedra spiritomb, gemas y otros, añadiendo la posibilidad de encontrar estatuas para decorar nuestra base secreta. El cambio principal aquí es que, en el mapa subterráneo, hay una serie de cavernas que poseen pokémon difíciles de encontrar o que están a mayor nivel. Eso sí, todos ellos con un modelado en 3D, pudiendo saber si queremos o no a dicha criatura.

A pesar de que en general es una mecánica positiva, podemos ver reminiscencias de los errores cometidos con el Área Silvestre. La idea es genial y la ejecución es muy buena, además de que se permite el acceso a algunos de los monstruos que antes eran muy tediosos de obtener como ralts, pero, por el contrario, a medida que avances en la historia, si has estado el suficiente tiempo excavando, llegarás a un punto que por más que avances, los pokémon que encuentres los tendrás ya vistos o incluso capturados, provocando un sentimiento de insatisfacción.

También tenemos el pokéreloj, un artilugio único de Sinnoh donde podremos instalar todo tipo de funciones como un medidor de vida, un cronómetro o una tabla de dibujo pixelart. Lo más característico ahora es que toma la función de porta MO, es decir, en vez de tener que enseñarles a nuestros acompañantes una engorrosa MO, podemos usarlas desde nuestro propio reloj.

Terminando con la jugabilidad, tendríamos la estética pokémon, que se desarrolla a través de concursos y decoración de cápsulas. Empezando por lo segundo, tenemos que la posibilidad de adornar las pokeball para que los pokémon tengan una entrada espectacular llena de efectos durante los combates y concursos pokémon. A diferencia de entonces, esta opción está antes incluso del primer gimnasio y la variedad de pegatinas es superior a la que hubo anteriormente.

En cuanto a los concursos, estos han decaído vertiginosamente eliminando la sección de decoración pokémon y los dos minijuegos por uno realmente simple y sin ningún misterio de ritmo, como si fuera una versión descafeinada del famoso Osu!

Dicho esto, no hay mucho más de lo que hablar y es que nos encontramos dos aspectos que se entrelazan y se complementan entre sí para mal. Primero tenemos que a fin de cuentas es un juego de pokémon y que de donde no hay no se puede sacar, es decir, si te son suficientes, bien, y si no, es mejor que optes por otros títulos. En segundo lugar, tenemos el problema de la fidelidad de los remakes y es que son tan exactos en muchos aspectos, que impiden que el juego pueda crecer más, similar lo que puede ocurrir en otros títulos como Demon’s Soul.

Es un velo fino en el que nos movemos, pues las opiniones sobre cómo hacer un remake o un remaster son muy dispares, ya que se nos suele llenar la boca sobre la necesidad de fidelidad con el fin de que no pasen cosas como Resident Evil 3, pero a la par no nos damos cuenta que la falta de flexibilidad puede lastrar a la hora de mejorar la experiencia del título. Si bien es preferible algo excesivamente fiel, no podemos obviar que por este camino se pierden mejoras e ideas tanto a nivel de jugabilidad como narrativo como pasa en estos remakes

Fuera de eso son unos títulos que, apegados a la nostalgia, permiten al jugador original, a aquel que disfrutó de los de DS, revivir una experiencia querida y añorada con aspectos tales como los sprites de los entrenadores entonces o el desarrollo argumental que se llevo en aquellos. En cuanto a los más nuevos, la experiencia será totalmente grata siempre y cuando se tenga en cuenta la idea con la que han sido concebidos.

Sin duda la mayor polémica de estos remakes ha sido la estética que se gastan y es que por mucho que nos gusten los juegos de antaño, los de ahora los preferimos más con la estética de octava generación y en este caso tenemos un punto intermedio. El juego está en lo conocemos como diseño chibi en lo relativo a todo el contenido externo al combate, pero cuando entramos en éste vemos los modelados son similares a los de los personajes de Galar.

El estilo chibi te puede gustar más o menos, pero se entiende la elección, si pensamos en que la idea que se intenta mostrar es la de un remake lo más fiel posible y que además no ha sido desarrollado por la empresa principal, que se está encargando de Leyendas de Sinnoh, sino por una subcontratada. Ahora bien, sí que podemos ver problemas dentro de lo que es el propio estilo, como la notoria diferencia de trabajo que hay dependiendo la importancia del personaje. Ignorando el uso de animaciones o modelados correctos en aquellos menos importantes.

Los diseños dentro de los combates sí que tienen una idea mucho más elaborada, pues desde punto inicial se hace apología a la nostalgia con ellos, ya que cada vez que inicias uno, dichos combatientes tendrán la postura de los sprites originales y posteriormente una animación bastante trabajada de entrada al combate. El problema viene cuando los más importantes, aquellos que tienen diálogos dentro del combate, mueven su rostro al hablar como si fueran muñecos sin sentimientos.

En cuanto a los escenarios, estos han recibido un 3D justo para que sean acordes a la generación actual, pero no mucho más. Lo que sí se nota es que Sinnoh destacó por tener una naturaleza realmente vivida y cambiante y es por eso que han hecho un trabajo muy bueno tanto en la viveza y variedad de la paleta de colores, como en la ejecución de luces y sombras.

La banda sonora de cuarta generación es sin duda de las más bonitas que se han creado en la saga, teniendo una cantidad de piezas memorables como la que suena en Ciudad Puntaneva, como la de las rutas, en muchos casos son carne de memes. Sin embargo, sea cual sea de los casos, son composiciones que siempre atesoraremos los fans de pokémon. Por eso, ver que se han respetado todas y cada una de ellas, arreglando solamente aquellos matices que han evolucionado con el paso del tiempo es de agradecer.

A nivel de efectos fx no hay mucho que destacar. El juego tiene un repertorio bien variado y ejecutado, pero que no suma nada realmente imprescindible, salvo por el tema de los sonidos guturales emitidos por los pokémon. Por último, el juego está enteramente en español sin ningún trabajo de doblaje del que podamos hablar.

Os dejo una preciosa remasterización del tema de Ciudad Puntaneva

– Respeto por los originales

– Volver a tener cuarta generación

– Mejora en el sistema de excavación

– Banda sonora memorable

– Animaciones deficientes

– Remakes demasiado fieles