Hoy os traigo el avance de Diablo II: Resurrected para PlayStation 5,
el tan ansiado remaster de este título de culto que en su día tanto gustó a
los gamers de antaño. Diablo II salió en el año
2000
y al poco tiempo se volvió uno de los juegos más populares, cosa que no era de
extrañar, pues otorgaba una experiencia 1000 veces mejor a la de su precuela,
dando un tono más tétrico y oscuro, además de dar
facilidades para el juego en línea.
Este avance se ha hecho gracias a la beta-semicerrada que se nos ha
puesto a disposición para la ocasión. Lo primero de todo, es que para disfrutar
de Diablo II debemos tener en torno a unos
25 Gb de espacio si pretendemos jugarlo en PS5, plataforma en la cual hay que destacar que
pesa prácticamente el doble de lo que pesaría en su predecesora. Además, también es necesario tener una cuenta de Battle.net para jugar online, pero
eso es habitual en los juegos de Blizzard.
Aludiendo a la nostalgia
A modo de resumen, Diablo II es un A-RPG de vista isométrica y
con tintes de roguelike. Un juego oscuro que nos mete en la vida un
héroe desconocido para hacer frente a las fuerzas del mal. Título con
mecánicas simples y adictivas, que gustarán a todo el que disfrute viendo
hordas de enemigos caer. Es exigente, pero se disfruta, especialmente cuanto
más avanza el juego y teniendo en cuenta que no es un título con altibajos.
De primeras quisiera deciros que, si Diablo II os gustó, Resurrected os
va a encantar porque es entrar y jugar los cinco primeros minutos, y os daréis cuenta de que mantiene esa esencia de entonces, que tanto nos
cautivó. Un respeto por la nostalgia que guardamos en
nuestro corazón, junto con nuevos detalles y
calibraciones que harán de este título una delicia.
Volviendo al tema, se nos permitió jugar solo cinco de los
siete personajes del juego base, mas la expansión, que son la Amazona,
el Bárbaro, la Hechicera, el Paladín y el Druida, aunque en el producto final
estarán también el Nigromante y la Asesina. Todos funcionan perfectamente y
están bien adaptados a los controles de PS5, con menús de acceso rápido a habilidades extra y fácil disposición de las acciones, para que no se note tanto que
es un juego principalmente destinado a jugarse con teclado y ratón.
La mayor contra que le encuentro, es que no se ha introducido ninguna facilidad para la gestión de recursos y tiempo
del jugador. Aspectos que suelen implementar en cualquier remaster para agilizar las
labores del espectador, como pasa en los de los de NieR y Mass Effect.
Seguimos teniendo un inventario demasiado pequeño que se llena hasta los topes
en pocos minutos y tampoco economiza el espacio, lo cual ralentiza el
gameplay, que no es de por sí especialmente rápido
A lo anterior hay que tenerle en cuenta otro aspecto, que es la
generación procedural de niveles por sesión. El juego tiene su propia
forma de alargarse que es con la generación aleatoria de escenario cada vez
que jugamos, es decir, aparecemos en la base, la cual nunca cambia, pero todo
lo que hay a nuestro alrededor sí, por lo que tendremos que investigar de
nuevo las zonas que vayamos a jugar en cada sesión.
Por otro lado, comentar que el título no es de los que gusta llevar a los
jugadores de la mano, y si bien no es tan duro como otros tipo
Demon’s Souls, sí que tiene alguna que otra sorpresa que nos puede hacer morir. ¿Cuál es
el caso? Al morir perderemos todo nuestro equipamiento, aunque no
nuestro inventario, por lo que deberemos llegar al punto de nuestra defunción
con lo que nos queda y recuperarlo, obviamente sin caer en el intento.
NOTA: Tanto el tema de la generación procedural de nivel como el castigo por morir, son dos de los aspectos que más revitalizan y emocionan el gameplay, pero que a la par puede provocar más de una reticencia a la comunidad gamer actual, similar a lo que ocurrió hace unos meses con Returnal, aunque no a tal escala.
Terminando, el juego como tal es muy entretenido, si te gustan A-RPG de vista
isométrica o los roguelikes, este título te va a encantar sin lugar a dudas,
aunque si eres un jugón más actual, tienes que cambiar la mentalidad y darte
cuenta de que es un remaster de un título del 2000 y no un remake. En cuanto a
los jugadores experimentados, poco que decir que no os haya dicho ya, seguramente lo vais a
disfrutar.
On-line
El internet es una de las cosas que más miedo me dan de cara a la salida, pues
para jugar debíamos estar siempre conectados y
los servidores han ido bastante mal, por lo que si con muchos menos jugadores de los que habrá de verdad, ha
ido mal, ¿qué va a ocurrir el día de salida? Por ahora no lo sabemos, pero la
primera percepción ha sido bastante negativa.
La esencia gótica de Diablo II
Es comprensible que para muchos, los gráficos de antaño son parte de la
personalidad del título, por lo que
el trabajo hecho a nivel de texturas y sobre algunos modelados ha sido más el de limpiar, pulir y
encerar el juego con el fin de que se muestre resultón, pero que
mantenga la esencia clásica.
Lo primero de lo que te das cuenta es de la
desaparición de pixeles innecesarios, ya sean los que de normal
tenía el juego por sus limitaciones, como los que ocurrían con eventos,
efectos especiales, conjunción de elementos por culpa de la generación
procedural o el propio movimiento de los personajes, que en ocasiones
dejaban resquicios por el escenario. De hecho,
el movimiento se ha mejorado un poco y ya no da tanta sensación de
que los personajes se desplacen cuales robots o que “levitan” sobre el
terreno.
Hablando de los efectos especiales,
han optado por poner unos totalmente nuevos. En su momento cosas
como las luces, fuegos y magia parecían un manojo de pixeles mal puestos que
se fundían en el escenario, mientras que
ahora gozan de un aspecto mucho más realista, que, si bien no es
completamente acorde al resto de la estética, no queda forzado, sino que más
bien da intensidad al elemento que desprende dicho efecto.
También se percibe mucha corrección en los colores, mostrando unos
más definidos y sobre todo limpios de ruido, aspecto muy habitual
de juegos de la época. A la par,
los modelados han sido rehechos sobre los anteriores para mostrar una
mejor apariencia, más actual, pero que siga la línea del de entonces en cuanto a
los personajes, armaduras y ante todo escenarios, siendo estos últimos en
los que más se nota.
Por último, en cuanto a la música, esta ha sido totalmente mantenida, pero
cada pieza y
efecto de sonido ha sido retocado para que no se perciba tan sucio
como entonces, aspecto de agradecer teniendo en cuenta lo mal que
recibimos esos sonidos actualmente, debido a lo mal acostumbrados que nos
tienen los títulos actuales. Respecto al idioma, el juego
sigue completamente en español, tanto las voces de doblaje como los textos.
Conclusión
Diablo II: Resurrected,
a primera vista la beta nos deja un buen sabor de boca, un juego similar al que tuvimos tiempo atrás, pero con muchas mejoras
estéticas y auditivas que le sientan a las mil maravillas. Un título con
una jugabilidad muy adictiva y bien adaptada a consolas, pero que se
podría haber pulido poco en cuanto acelerar el gameplay. El único problema
hasta ahora es el estado de los servidores, pero habrá que ver que ocurre
al final.