Seguramente, en los tiempos que corren, has asistido a algún tipo de emisión en directo a través de la red. En otro caso, también es posible que hayas hecho alguna emisión a través de las redes sociales. En tal caso, hay una serie de requisitos que, tanto el equipo con el que emitas como la red que utilices, van a determinar la calidad y la resolución de tu contenido. Hoy te contamos qué tipo de red necesitas para hacer un buen directo.Lo primero de todo, el equipo. Dependiendo del contenido que vayamos a emitir (gameplays, unboxing, coloquios, etc), tendremos que tener un equipo de mejores prestaciones que otro. Si vamos a transmitir, por ejemplo, una partida en directo, quizás pensar en hacerlo con un portátil que posea una gráfica dedicada, un procesador de al menos cuatro núcleos y una RAM de 8Gb, sería lo más idóneo. Si, por el contrario, tan sólo vamos a dar un coloquio sobre un tema concreto, a veces, incluso con nuestro Smartphone podría ser factible.
Una vez que tengamos el equipo listo, tenemos que saber el tipo de red que tenemos. Y, ojo, que esto es bastante importante. Según la conexión que tengamos, podremos emitir en una calidad u otra. Y creedme, esto es uno de los pilares básicos de la emisión en directo. Para evitar lag en la transmisión, debemos tener una velocidad de subida constante. Si intentamos transmitir con una resolución que requiera una velocidad superior a la que tenemos, nuestra señal de vídeo va a sufrir caídas e interrupciones constantes, lo que terminará por empañar la experiencia del streaming. Una de las opciones más factibles que nos solventaría este problema, es la fibra óptica.
Yo os recomiendo que huyáis de las conexiones inalámbricas (3G,4G, satélite…) y penséis en emplear un tipo de conexión a través del cable (ADSL, fibra óptica…), es mucho más fiable y rápida. Si podéis contar con la fibra óptica, mejor que mejor. Hay diferentes servicios y velocidades que podremos contratar en nuestra compañía. Para los streamings debemos fijarnos en la velocidad de subida, es decir, la cantidad de datos que podemos emitir. Y esta velocidad debe ser lo suficientemente estable para que podamos enviar la señal de video de manera óptima. Para emitir en la calidad mínima, que son 360p de resolución, vamos a necesitar una velocidad de subida de al menos 750 kbps. Para 480p, 1 mega o Mbps. Pero, para calidades superiores, vamos necesitar mucha más velocidad de subida. Si deseamos emitir en HD, 720p, tendremos que tener 2.5 Mbps o más; y para 1080p, casi el doble, 4.5 Mbps como mínimo, frente a los 12 Mbps que necesitaremos para emitir en 4K.
Una conexión por cable y la fibra óptica serán nuestros mejores aliados. |
Llegados a este punto, lo más recomendable es emplear un programa especializado en la trasmisión y grabación en directo. Hay muchas opciones, mi recomendación personal es que utilicéis el programa OBS (Open Broadcaster Software). Se trata de un software libre con el que, además de hacer directos, podréis grabar vídeos y muchas más cosas. Su interfaz es bastante sencilla y nos permite personalizar y ajustar la configuración para el streaming. En la configuración inicial podremos determinar cuál es nuestro principal propósito y adecuar los ajustes hacia las transmisiones en directo o hacia las grabaciones, además de elegir la resolución y los fps. También podremos cambiarlo cuando queramos.
Para ello, nos iremos a la configuración del programa y en la pestaña de la izquierda, archivo -> configuración -> emisión. Allí podremos seleccionar la plataforma o red social en la que haremos el streaming (Youtube, Twitch, Instagram, Facebook, etcétera). Cada una de ellas nos brindará unas determinadas opciones y, según el contenido o el público al que vaya destinado el streaming, será más aconsejable utilizar una u otra plataforma. Según lo que hayamos elegido, los apartados de la configuración pueden variar. No obstante, el propio programa te brinda opciones para enlazar la plataforma con OBS y así poder emitir.
Generalmente, en el apartado “servidor”, introduciremos la url del servidor al que nos conectaremos y emplearemos durante la transmisión. Y en el apartado “clave”, introduciremos la clave que nos proporcionará el servidor (Youtube, Twitch u otro) para activar la cuenta. En esencia, utilizar OBS para tus emisiones en directo de manera sencilla, no requerirá de conocimientos muy avanzados.
Ahora que ya tienes todo cuanto necesitas, puedes ponerte manos a la obra y empezar a hacer streamings con una calidad estable.