Ha llovido un poquito desde que salió SOMA, primero en PS4 y PC y el pasado diciembre en Xbox One. El juego me lo pasé en la primera plataforma citada y después de ser lanzado en la consola de Microsoft, recibimos una copia para analizar y me dispuse a hacer un revival y probar el nuevo modo seguro que traía como novedad.
Frictional Games, la compañía desarrolladora, nos ha sorprendido con Penumbra y Amnesia. Con muy pocos recursos, han conseguido que sintamos mucho. Y no me refiero solo al miedo, nos han hecho pensar, temer un estilo de vida. Con SOMA, nos han puesto en la situación de preguntarnos nuestra existencia como seres humanos.
En esta valoración, quería centrarme más en el significado que en los aspectos técnicos y jugabilidad. Bienvenidos a la inmensidad del océano.
Según Rincón de Mente, el cuerpo celular o SOMA es el centro metabólico de la neurona, es el lugar donde se fabrican las moléculas y se realizan las actividades fundamentales para mantener la vida y las funciones de la célula nerviosa.
Al principio no entendía por qué Frictional Games había puesto este título a su videojuego. La historia empieza con el protagonista, Simon Jarret, quien tras haber sufrido un accidente en el que su cerebro queda dañado y su compañera Ashley, con quien iba en el coche, muerta, acude a una cita con el Doctor Munshi, especialista en neurología que le pide que sea voluntario para escanear su cerebro. Pero después de eso Simon despierta en una base submarina en medio del océano que aparenta haber sido abandonada.
No es original empezar con un personaje que despierta en un sitio que no reconoce y que no sabe cómo ha acabado ahí, pero sí el descubrir cómo Simon ha llegado a esa situación y por supuesto, es algo que sabremos a medida que avancemos por las bases submarinas y nos adentremos en la profundidad del océano.
Antes de continuar con la historia, hagamos un inciso para comentar el apartado técnico. Si bien he alabado el trabajo de Frictional por ser grandes optimizadores de recursos, en comparación a los juegos de su categoría, los gráficos no es que sean la panacea, no obstante, tampoco es necesario. El juego es (y necesitar ser) muy oscuro y las profundidades marinas no necesitan ser nítidas ni detalladas, al fin y al cabo, así es como sería estar bajo las aguas, rodeados de una oscuridad cerrada y notando la presión por todos lados. Os garantizo que todas esas sensaciones de opresión, desorientación y angustia, las consigue.
Al ser un juego de exploración, Simon Jarret no tiene un arsenal de habilidades a realizar, por lo que en jugabilidad, el juego es también bastante sencillo. El objetivo es avanzar y de camino encontraremos algún que otro puzle, en mi opinión, bastante sencillos de resolver y enemigos, de los cuales, habrá que huir ya que el protagonista, no es un hombre de acción que digamos.
El sonido es uno de los apartados sobresalientes que junto con el guión, prácticamente hacen el buen resultado de SOMA. No quiero desmerecer al resto del equipo de desarrolladores que se se hayan encargado de los gráficos y la programación, pero los bugs aparecen como un fantasma más, los enemigos pecan de simplones y los puzles pues… más sencillos que el objetivo de los monstruos.
El modo seguro, que es la novedad añadida (directamente en el juego de Xbox One y en el resto, como actualización), puede sonar tentador para los que somos mancos. Sin embargo, por muy bien que suene pasearse por el juego siendo inmune, esta opción rompe totalmente el objetivo de sentirnos solos e inseguros. Aunque parezca contradictorio, para disfrutar este juego hay que sufrir, en caso contrario la experiencia sería anecdótica y cercana a una película interactiva. La primera persona quedaría inutilizada en su función y pasaríamos de vivir el juego a ser meros espectadores. Así que mejor sufrid, ¡os lo merecéis!
Teniendo en cuenta todo esto, recomendaría SOMA a los amantes de los dilemas morales, los buscadores de valentía en los ambientes siniestros y solitarios, y a aquellos que les gusta reflexionar tras haber vivido una experiencia en un mundo distópico.
Continúo con la historia y OJO PORQUE AQUÍ HABRÁ SPOILERS, de manera que, si te interesa y no lo has jugado, no sigas leyendo.
Despertar tras un examen cerebral en medio de un mundo acuático artificial creado por humanos y abandonado por los mismos, no tiene lógica, es el objetivo a seguir de Simon Jarret ¿qué ha pasado? ¿cómo ha acabado allí? ¿dónde están los demás? de hecho, ¿hay alguien?
Sí, hay presencias pero todas parecen ser robóticas, unas amigables y otras hostiles. Simon no entiende nada pero las amigables parecen… ¡humanas!
Para enterarnos bien de toda la trama y lo sucedido, Simon obtiene una Omnitool con la que, además de abrirnos paso entre puertas y transportes, nos facilitará la escucha de archivos de audio de conversaciones de gente que estaba en las estaciones. Aparte de la Omnitool, Simon tendrá el apoyo y asesoramiento de Catherine con quien establece contacto a través de los puestos de comunicación.
Hasta aquí todo fácil, sencillo y puede que hasta lleno de topicazos.
Avanzando en el juego, Simon va descubriendo la triste realidad de la situación en la que se encuentra: la Tierra tiene los días contados, los humanos están prácticamente exterminados, la IA se ha apoderado de las instalaciones y la única esperanza, es un escaneado de la mente humana y que ésta sea trasladada a un contenedor de datos digitales denominado ARCA.
Para no dejar de traumatizar al pobre Simon, descubre que él no existe, o más bien, no es el Simon Jarret que fue a hacerse un escaner cerebral, si no una copia de aquel individuo que falleció 100 años atrás. El protagonista es una copia digital de aquel cerebro instalado en un cuerpo robótico.
Dos momentazos destacaría de SOMA, el primero, el encuentro con la última humana viva. El segundo, las palabras de Catherine a Jarret cuando, tras haber enviado el ARCA con las copias de los científicos de la estación acuática y de ellos mismos al espacio, Jarret descubre que no es él, esa entidad robótica que ha hecho todo el trabajo si no una copia que ha sido transferida al ARCA. Ante la angustia y sufrimiento de ese «yo» de Jarret por no haberse salvado, Catherine le aclara (porque como consuelo, no hay nada que hacer), que ellos están condenados pero que sus copias «vivirán» al menos hasta que la energía del ARCA se agote.
Esa angustia, cuestionarse sobre el propio yo, el gato de Schrödinger, la vida eterna y las copias digitales de uno mismo (o clones) hacen acopio y parada en la estación de la muerte y el miedo que nos provoca saber que está ahí y es inevitable.
Todos estos elementos me hacen pensar que si SOMA se convirtiera en un producto audiovisual sin jugabilidad, bien podría tratarse de un episodio de la serie Black Mirror. De hecho, el capítulo «Black Museum» tiene cierto parecido a muchas de las tesituras a las que Simon se enfrenta al final del juego.
¿Y qué pasa con el ARCA? Que es lanzada con éxito al espacio y todas esas copias sobreviven al fin de la Tierra. ¿Por cuánto tiempo? No se sabe, pero en ese tiempo, Simon y Catherine pueden conocerse y agradecerse lo que han hecho el uno por el otro en la inquietante aventura de SOMA.
Desarrolladora: Frictional Games
Distribuidora: Frictional Games
Fecha de lanzamiento: 22/05/2015 (PC, PS4) 01/12/2017 (Xbox One)
Plataformas disponible: PC, PS4, Xbox One.
Precio de salida: 29,99€
Al ser un juego de exploración, Simon Jarret no tiene un arsenal de habilidades a realizar, por lo que en jugabilidad, el juego es también bastante sencillo. El objetivo es avanzar y de camino encontraremos algún que otro puzle, en mi opinión, bastante sencillos de resolver y enemigos, de los cuales, habrá que huir ya que el protagonista, no es un hombre de acción que digamos.
El sonido es uno de los apartados sobresalientes que junto con el guión, prácticamente hacen el buen resultado de SOMA. No quiero desmerecer al resto del equipo de desarrolladores que se se hayan encargado de los gráficos y la programación, pero los bugs aparecen como un fantasma más, los enemigos pecan de simplones y los puzles pues… más sencillos que el objetivo de los monstruos.
El modo seguro, que es la novedad añadida (directamente en el juego de Xbox One y en el resto, como actualización), puede sonar tentador para los que somos mancos. Sin embargo, por muy bien que suene pasearse por el juego siendo inmune, esta opción rompe totalmente el objetivo de sentirnos solos e inseguros. Aunque parezca contradictorio, para disfrutar este juego hay que sufrir, en caso contrario la experiencia sería anecdótica y cercana a una película interactiva. La primera persona quedaría inutilizada en su función y pasaríamos de vivir el juego a ser meros espectadores. Así que mejor sufrid, ¡os lo merecéis!
Teniendo en cuenta todo esto, recomendaría SOMA a los amantes de los dilemas morales, los buscadores de valentía en los ambientes siniestros y solitarios, y a aquellos que les gusta reflexionar tras haber vivido una experiencia en un mundo distópico.
Continúo con la historia y OJO PORQUE AQUÍ HABRÁ SPOILERS, de manera que, si te interesa y no lo has jugado, no sigas leyendo.
Despertar tras un examen cerebral en medio de un mundo acuático artificial creado por humanos y abandonado por los mismos, no tiene lógica, es el objetivo a seguir de Simon Jarret ¿qué ha pasado? ¿cómo ha acabado allí? ¿dónde están los demás? de hecho, ¿hay alguien?
Sí, hay presencias pero todas parecen ser robóticas, unas amigables y otras hostiles. Simon no entiende nada pero las amigables parecen… ¡humanas!
Para enterarnos bien de toda la trama y lo sucedido, Simon obtiene una Omnitool con la que, además de abrirnos paso entre puertas y transportes, nos facilitará la escucha de archivos de audio de conversaciones de gente que estaba en las estaciones. Aparte de la Omnitool, Simon tendrá el apoyo y asesoramiento de Catherine con quien establece contacto a través de los puestos de comunicación.
Hasta aquí todo fácil, sencillo y puede que hasta lleno de topicazos.
Avanzando en el juego, Simon va descubriendo la triste realidad de la situación en la que se encuentra: la Tierra tiene los días contados, los humanos están prácticamente exterminados, la IA se ha apoderado de las instalaciones y la única esperanza, es un escaneado de la mente humana y que ésta sea trasladada a un contenedor de datos digitales denominado ARCA.
Para no dejar de traumatizar al pobre Simon, descubre que él no existe, o más bien, no es el Simon Jarret que fue a hacerse un escaner cerebral, si no una copia de aquel individuo que falleció 100 años atrás. El protagonista es una copia digital de aquel cerebro instalado en un cuerpo robótico.
Dos momentazos destacaría de SOMA, el primero, el encuentro con la última humana viva. El segundo, las palabras de Catherine a Jarret cuando, tras haber enviado el ARCA con las copias de los científicos de la estación acuática y de ellos mismos al espacio, Jarret descubre que no es él, esa entidad robótica que ha hecho todo el trabajo si no una copia que ha sido transferida al ARCA. Ante la angustia y sufrimiento de ese «yo» de Jarret por no haberse salvado, Catherine le aclara (porque como consuelo, no hay nada que hacer), que ellos están condenados pero que sus copias «vivirán» al menos hasta que la energía del ARCA se agote.
Esa angustia, cuestionarse sobre el propio yo, el gato de Schrödinger, la vida eterna y las copias digitales de uno mismo (o clones) hacen acopio y parada en la estación de la muerte y el miedo que nos provoca saber que está ahí y es inevitable.
Todos estos elementos me hacen pensar que si SOMA se convirtiera en un producto audiovisual sin jugabilidad, bien podría tratarse de un episodio de la serie Black Mirror. De hecho, el capítulo «Black Museum» tiene cierto parecido a muchas de las tesituras a las que Simon se enfrenta al final del juego.
¿Y qué pasa con el ARCA? Que es lanzada con éxito al espacio y todas esas copias sobreviven al fin de la Tierra. ¿Por cuánto tiempo? No se sabe, pero en ese tiempo, Simon y Catherine pueden conocerse y agradecerse lo que han hecho el uno por el otro en la inquietante aventura de SOMA.
Desarrolladora: Frictional Games
Distribuidora: Frictional Games
Fecha de lanzamiento: 22/05/2015 (PC, PS4) 01/12/2017 (Xbox One)
Plataformas disponible: PC, PS4, Xbox One.
Precio de salida: 29,99€
1 comentario
Demasiado he tardado en leerte. SOMA es maravilloso, y ese final (spoiler, por si acaso no queda claro ya en la entrada xD) donde mandas tu "yo" al arca y te quedas completamente solo es tremendo. Es algo que ya sabías, pero que cuando ocurre no deja de ser menos devastador.
Ojalá lo juegue todo el mundo. 100 veces mejor que Amnesia!