Desde las lejanas tierras de Felghana os traemos el análisis de Ys III Memoire: Oath of Felghana para PlayStation 5, remasterización de un juego al que le ha llevado casi 20 años llegar a consolas de todo el mundo, ya que recordemos cómo llegó de lanzamiento para PC en el año 2005 como Ys: Oath of Felghana (versión no remasterizada) y que además contó con una versión en exclusiva para PSP en el 2010 con algún que otro extra añadido con el mismo nombre.
Ahora por fin le ha tocado el turno al resto de sistemas, llegándonos una versión «definitiva» del título con algunas mejoras y cambios para compensar tanta demora. Con Ys Memoire: Oath of Felghana serán muchos quienes podrán disfrutar del tercer capítulo de la saga Ys y casi coincidiendo con el triste fallecimiento de Masayuki Kato el pasado 17 de diciemtre, fundador y expresidente de Nihon Falcom además de desarrollador de sagas muy emblemáticas (al menos en Japón) como son Ys o Legend of Heroes.
Primero fue el remake de Ys 1 y 2 con Ys Eternal en 2001 y seguidamente llegó el de Ys III con Ys: Oath of Felghana en 2005. Veinte años separan dicho lanzamiento con esta remasterización, la pregunta es: ¿Era realmente necesaria?
Felghana, una tierra en peligro
Tres años después de los eventos vividos en Ys 1 e Ys 2, Adol Christin, protagonista indiscutible de la saga Ys, se encuentra viajando por el mundo en busca de nuevas aventuras en compañía de su fiel amigo Dogi. Durante dicho periplo se topan con una caravana ambulante donde una gitana se ofrece a leerles la buena fortuna.
Mientras lo hace, desde su bola de cristal puede ver cómo un temible mal amenaza Felghana, tierra natal de Dogi, por lo que deciden ir a Redmont para comprobar que todo el mundo esté bien. Adol pronto se verá involucrado en una aventura que no solo amenaza con la paz en Felghana, sino con la del mundo entero y será labor suya evitar dicha catástrofe.
Y así da comienzo Ys Memoire: Oath in Felghana, remasterización de Ys: Oath of Felghana que salió para PC en el año 2005 y que a su vez es un remake de la tercera parte de la saga Ys, Ys III: Wanderers of Ys, que salió para PC-8801/9801 y MSX2 en 1989.
Parece complicado con tanto cambio de nombre pero en realidad, al menos a nivel narrativo salvo con algún que otro añadido para enriquecer la trama, se tratan prácticamente del mismo juego. De este modo, nos encontramos con un título de principios de los 90 con un guion sencillo y típico de la época, es decir: Héroe salva mundo de criatura monstruosa que quiere dominarlo y de paso salva a la chica. Fin.
Ys III: Wanderers of Ys & Ys: Oath in Felghana
¿Quién no ha oído hablar nunca de la saga Ys y de las aventuras del silencioso espadachín pelirrojo Adol Christin? Para todo aquel que no lo sepa, con Ys III: Wanderers of Ys (tercera entrega de la saga Ys) Falcom quiso dar un punto y aparte a la franquicia con respecto a sus dos entregas anteriores; no solo a un nivel gráfico, que resultó ser espectacular para la época, sino también por su jugabilidad, que cambió drásticamente su característica vista cenital a una perspectiva 2D más cercana a un plataformas, convirtiendo así el juego en un action-RPG con elementos de plataformas.
No obstante, os diré que parece ser que esta nueva fórmula no terminó de cuajar bien del todo, ya que títulos posteriores, e incluso los remakes, volvieron a la mencionada vista cenital. Con Ys Memoire: Oath in Felghana tendremos un action RPG de la vieja escuela (o sea, vista cenital) con fondos poligonales y en los que los personajes serán sprites en 2D, algo ya visto en juegos anteriores como Final Fantasy Tactics, Xenogears o incluso en la versión PSP de Ys VI: Ark of Naphistim, que hacía uso de personajes sprites 2D en lugar de modelados 3D a diferencia de la versión de su hermana mayor, la PS2.
Viajando por Felghana
Adol podrá moverse a placer por un escenario tridimensional corriendo, saltando, atacando enemigos, utilizando objetos o magias, siendo éstas últimas las que abran nuevas rutas en la exploración, una exploración en la que se explota el backtracking en pos de conseguir valiosos objetos o potenciadores que hagan la experiencia más llevadera.
Como buen RPG, Adol podrá hacerse más fuerte subiendo de nivel al ir derrotando a sus oponentes o mediante la adquisición de nuevo equipo como espadas, escudos o armaduras, el cual podrá también mejorar, cosa que le hará más fácil la aventura.
Aparte de equipamiento, Adol irá consiguiendo reliquias que le darán habilidades extras como planear, realizar un doble salto, pasear sumergido en torrentes de lava, etcétera, habilidades que, como os imagináis, al revisitar viejos escenarios nos permitirán acceder a nuevas zonas con recompensas y a las que únicamente se podía acceder utilizando dichas habilidades.
Apartado gráfico y sonoro
La saga Ys nunca ha pretendido ser un portento gráfico, por lo que generalmente sus juegos siempre han tenido unos gráficos «muy de la generación anterior», apostando siempre por la jugabilidad y la diversión. Puede que 20 años nos parezca mucho tiempo y veamos normal unos gráficos así, pero si buscamos juegos contemporáneos en un ademán comparativo, tendremos como ejemplos juegos como Resident Evil 4, God of War o F.E.A.R.
Así pues, hemos de decir que Ys: Oath of Felghana ya partió con su característico hándicap de apostar por entornos gráficos de generaciones anteriores. Hemos de decir que aunque nos encontremos con una remasterización, hay que admitir que aunque gráficamente no se vea mal se le ve un tanto desfasado (pocos polígonos en pantalla, texturas muy planas y sencillas, etc. ).
Pese a todo, el juego luce bastante bien y desde el minuto uno trasmite ese mensaje de «¡Eh! ¡No necesito más!», algo que cumple además a las mil maravillas. Enseguida te acostumbras a unas texturas tan claras, brillantes y limpias, éstas destacan demasiado en yuxtaposición con los modelos «pixel» del juego, donde estos pareces borrosos y algo desenfocados, algo que arruina el aspecto conjunto del juego.
La banda sonora está interpretada magistralmente, al igual que lo hizo su homónima de 2005, con la diferencia de que ahora desde opciones podremos alternar entre varias versiones musicales de los diferentes ordenadores de 1989.
El juego, al igual que tuvo de añadido su versión PSP, tendrá voces en inglés o japonés en los momentos más significativos de la historia, y los textos, de nuevo, solo podrán disfrutarse en el idioma de Shakespeare, o sea, en un perfecto inglés. Si bien no es un inglés muy complicado, molesta que no esté en español.
Novedades del remastered
Veinte años son muchos los que han pasado desde que Nihon Falcom lanzó Ys: Oath of Felghana, quince si contamos el tiempo desde que se lanzó su versión PSP, que tenía como especial novedad la inclusión de audios en los cuadros de diálogo importantes. Ahora, con Ys Memoire: Oath in Felghana, Falcom ha anunciado un puñado de novedades para intentar animar tanto a los nuevos jugadores como a los viejos el comprar esta versión remasterizada.
Para empezar, la galería de ilustraciones han sido totalmente rehechas y desde opciones podremos jugar tanto con el aspecto clásico como con el nuevo. Ambos estilos de dibujo son muy parecidos, pero significativamente diferentes, decidir cuál te gusta más y cuál prefieres para disfrutar de la aventura está en tu mano.
La banda sonora será la misma que la de su versión no remasterizada, solo que ahora podremos alternarla (de nuevo desde opciones) con las escuchadas en 1989 en PC-8801 o X-68000 (tres bandas sonoras al precio de una). Como apunte personal, me hubiera gustado poder cambiar de un estilo a otro ipso-facto pulsando tan solo un botón tal y como pudimos hacer en la remasterización de Soul Reaver 1 y 2 o en el remake de Alex Kidd, pero qué se le va a hacer…
Por otro lado, también se anunció como gran novedad que Adol iba a hablar. Recordemos que Adol es un personaje silencioso que nunca ha hablado en toda la saga con excepción de la versión original de Ys III: Wanderers of Ys, de modo que pensé que se le habrían añadido cuadros de diálogo como en su juego original en plan «homenaje».
Pues no, en lugar de eso, en vez de escucharle activamente en una conversación de vez en cuando escucharemos frases como I am Adol, understood o here i go, algo que yo no lo anunciaría como novedad, ya que eso mismo hace en las últimas entregas numéricas de la saga.
Otra novedad, y ahora a nivel jugable, es la posibilidad de subir la velocidad del juego a 1,5x o 2x (esta vez in-game presionando uno de las palancas analógicas), algo que acelera enormemente el farmeo o el pasar escenas rápidamente.
Como podéis ver, no es que haya nada significativamente diferente o importante con respecto a su versión, llamémosla, «básica». El juego también cuenta con algunas ligeras mejoras a nivel de calidad de jugabilidad, como la posibilidad de quitar la opción de que al caer en un barranco vayamos a la zona inmediatamente inferior y en su lugar se nos penalice con algo de vida, pero son cambios menores.
Conclusión
Veinte años han sido los que hemos tenido que esperar los fans de Ys para poder disfrutar de la tercera entrega de la saga Ys en consolas de sobremesa, ya que solo el PC y la PSP fueron los sistemas afortunados para ello. Ahora, Nihon Falcom nos ofrece una versión remasterizada del clásico con algún que otro añadido y cambios en la calidad de vida para animar a viejos poseedores del original de nuevo a su adquisición.
Y con añadidos nos referimos a rediseño en el arte en las ilustraciones, selección de melodía de la del remake o de las clásicas de 1989, inclusión de voces a los personajes en algunas partes de la aventura o la adición de un modo turbo, extras que son algunos de los incentivos seleccionados para tal menester (lo de que Adol hable casi que lo obvio), pero nos tememos que no son los suficientes para volver a pasar por caja por un juego de hace casi dos décadas y que además, y como algo que empieza a ser ya toda una tradición en la saga Ys, de nuevo nos llega en inglés.
No obstante, si nunca lo has jugado esta es tu oportunidad para disfrutar de un clásico atemporal que te traerá muy buenos ratos, especialmente a nivel jugable, con un juego sencillo, pero divertido a partes iguales con características que comparten una curiosa dualidad: Gráficos simplones pero resultones, jugabilidad muy amable y básica. pero a la par muy divertida y una historia típica de esas que tanto nos gustan a los gamers de la vieja escuela.
Hemos de admitir que Ys: Oath of Felghana, pese a tener 20 años a sus espaldas, es uno de esos juegos que se veían muy bien y se dejaban disfrutar pese a no ser (ni pretender ser) un portento gráfico. Un juego cuya conclusión nos puede llevar fácilmente unas 11 horas de juego y que podremos disfrutar en diferentes modos de dificultad.
Ys Memoire: Oath of Felghana ya está para PlayStation 5, PlayStation 4 y Nintendo Switch tanto en formato físico como digital (con excepción de la versión PS4 que será exclusivamente digital).
Ys Memoire: Oath in Felghana
Nihon Falcom nos ofrece la remasterización de la tercera entrega de la saga Ys, una aventura muy divertida y entretenida cuyo mayor añadido es la posibilidad de poder disfrutarla por primera vez en consolas de sobremesa.
Lo mejor
- Poder disfrutar por primera vez de Ys III en consolas de sobremesa
- El nuevo estilo artístico
- Poder poner las melodías antiguas
Lo peor
- El idioma, de nuevo únicamente lo podremos disfrutar en inglés
- Un juego muy sencillo, con excepción de los jefes
- Pocos añadidos que incentiven su compra si tuvieras la versión sin remasterizar
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Historia
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Jugabilidad
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Apartado Gráfico
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Apartado Sonoro