¿Buscáis un viaje al pasado? ¡Perfecto! Porque hoy tenemos para todo el mundo el análisis de Paper Mario: La puerta milenaria para Nintendo Switch, remake del homónimo que se lanzó para Gamecube allá por el 2004 (¡ya han pasado 20 años que se dice rápido!), y que ahora regresa con un aspecto más renovado que nunca y con intención de sorprender a las generaciones actuales y a todo aquel no pudo disfrutarlo en su momento.
La princesa Peach ha sido raptada de nuevo y solo Mario será capaz de rescatarla a la par que intenta descubrir un magnífico tesoro que hay tras una puerta que lleva más de un milenio cerrada. ¿Qué habrá en su interior? ¿Vale la pena descubrirlo?
Una ciudad desaparecida, una princesa secuestrada y una puerta milenaria
El prólogo del juego habla de un próspero reino que desapareció en un abrir y cerrar de ojos quedando sepultado bajo tierra por motivos desconocidos. Ha pasado más de un milenio desde entonces y Villa Viciosa, ciudad que se construyó sobre la base de dicho antiguo reino perdido (y que no es el célebre pueblo asturiano, ya sea todo dicho de paso), es célebre en todo el territorio por ser un lugar de mala muerte y de aún peor reputación.
La princesa Peach, tras realizar una parada temporal en dicha ciudad, ha desaparecido, no sin antes conseguir enviar a nuestro bigotudo fontanero favorito un mapa mágico que parece ser la clave para encontrar un fabuloso tesoro que yace tras una misteriosa puerta bajo el subsuelo de Villa Viciosa. Os preguntaréis que cual será nuestro «papel» en el juego, ¿no? Pues dar con el paradero de la princesa así como hacernos con tan fabuloso tesoro antes que los villanos de turno.
Y con esta sencilla historia da inicio Paper Mario: La puerta milenaria para Nintendo Switch, juego con la habilidad de trasportarnos al pasado, concretamente 20 años atrás, y rememorar uno de los títulos más sobresalientes que salieron para la ya anciana Nintendo Gamecube.
Como remake que es, goza con ciertas novedades con respecto a su original, pero advertimos de antemano que son tan nimias que apenas las notaréis, ya que este remake respeta casi todo punto por punto con respecto a su original (si un juego ya era de por si perfecto, ¿para qué meterle mano?). Con esto queremos decir que casi todo se ha mantenido igual: Historia, personajes, mecánicas, etc., hasta el punto de que casi más parece una remasterización que otra cosa, eso sí, con todo el salto a nivel gráfico que ello conlleva.
Para quien no lo sepa, Paper Mario: La puerta milenaria nos ofrece una aventura de rol ambientada en el fantástico mundo de Mario donde estrategia, lucha por turnos y sobre todo mucho mucho humor serán una constante durante toda la aventura. Es más, como todo buen juego de Mario que se precie, da igual si es un Super Mario RPG o un Mario de corte más clásico como puede ser Super Mario Bros Wonder, el plataformeo también estará presente en todo momento, así que Mario podrá seguir luciendo de todas sus habilidades saltimbanquis una vez más; esto se traslada incluso al combate, del que luego nos explayaremos.
La vida es un teatro
Si algo hace hincapié Paper Mario: La puerta milenaria, y algo que realmente llama la atención, es, sin lugar a dudas, su apartado gráfico y artístico, donde veremos como todo está compuesto de papel y cartón y donde el juego se muestra como si de una obra de teatro se tratara (de hecho la narrativa consiste en 8 actos con un prólogo como inicio).
Esto evoca recuerdos del ya clásico Super Mario Bros. 3, donde la premisa era similar (recordemos que Miyamoto dijo que quería representar Super Mario Bros. 3 como si de una obra de teatro se tratara, con telones, sombras proyectadas en el fondo y demás detallitos) solo que ahora dándole una vuelta de tuerca, como por ejemplo, cuando entramos en contacto con un enemigo entrando en el modo combate y contra el que lucharemos ni más ni menos que encima de un escenario con su atrezo, troquelados, focos y público (¡sí! Habéis leído bien, ¡público!).
Antes de entrar en materia, decir que lejos de parecerse a los combates de clásicos Final Fantasy, donde estos se producían de forma aleatoria cada equis pasos, entraremos en modo combate si establecemos contacto físico con algún enemigo que pulule por el escenario.
Además, cabe la posibilidad de iniciar con cierta ventaja si atacamos al enemigo cuando aún estemos fuera del combate (saltando encima o golpeándolo con la maza). Una vez se inicie el combate, el jugador realizará sus acciones y luego lo hará la CPU. Entre las acciones básicas de los personajes estará la de saltar y pisarles la cabeza o utilizar la maza, habrá que prestar atención al enemigo porque, por ejemplo, no sería buena idea saltar sobre un cactus, ¿no creéis? Con esto queda claro que unos ataques serán más efectivos sobre unos enemigos que sobre otros.
Durante el combate podremos realizar habilidades especiales usando puntos flor, que serían los puntos de magia del juego. Aparte, decir que casi todas las acciones a realizar tendrán su propio mini juego que, de hacerlo bien, atestará un crítico. Al acertar críticos, haremos que el público se anime, se apunte a la «función» y nos aplauda.
Esto sirve para acumular una barra especial que, de llenarse, podremos usar un poder especial con diversos efectos (también con mini juego incluido) que pueden ser ofensivos o defensivos; este ataque es exclusivo de Mario, ya que es el poseedor del mapa mágico del juego. Iremos ganando estos poderes a medida que vayamos obteniendo cada uno de los cristales estelares, objetos clave para abrir la puerta milenaria que da título al juego y que son 8 en total.
Mencionar que los mini juegos no son exclusivos de los ataques, ya que incluso al ser atacados podremos utilizar un botón para protegernos o incluso devolver el ataque. Decir que los «timings» serán más ajustados en el caso de los contrataques que en los de la simple defensa, por lo que deberemos de aprendernos bien los patrones de ataque de los enemigos y ser conscientes de hasta cuanto seremos capaces de devolver y cuáles no.
Y ya no solo los patrones enemigos, también tendremos que prestar atención al público en general, ya que de vez en cuando podría haber alguno enemigo infiltrado entre el público dispuesto a lanzarnos algún tomate o piedra, acto que podremos evitar si pulsamos un botón determinado antes de que lo hagan; o incluso a los atrezos, ya que a veces un golpe contundente puede llegar a hacer caer estos encima de enemigos (o de nosotros mismos) y generar daño.
En cualquier caso, si algo queremos dejar claro, y creo que ha quedado más que patente, es que los combates son entretenidísimos y muy dinámicos, ya que mezclan estrategia, atención y reflejos, cóctel que conseguirá atarnos sobremanera al mando y a nuestra pantalla gracias a su evolución constante (con situaciones de lo más variopintas), donde están introduciendo nuevas y sencillas mecánicas de asimilar constantemente. En serio, ¡farmear en un RPG nunca fue tan divertido!
Otra de las mecánicas que más me han sorprendido es la evolución del personaje, donde al acumular 100 puntos de estrella ganaremos un nivel. Con el nivel podremos aumentar uno de los tres valores base del juego, los puntos de vida, los puntos flor o la cantidad de medallas a activar a la vez (de las que hablaremos más adelante).
Mario y compañía
Y como en todo buen juego de rol que se precie, Mario compartirá protagonismo con todo un elenco de personajes que, como viene siendo tradición en la saga Paper Mario (y con permiso de la entrega para Wii), ninguno de ellos será Luigi; aunque esto no quita que no vaya a salir… Pese a que serán varios nuestros acompañantes, Mario solo podrá vivir su aventura con uno de ellos a la vez, aunque podremos intercambiarlos en cualquier momento pulsando tan solo un botón (mientras exploremos en el mapa como en pleno combate).
Esto es interesante, ya que cada personaje tiene sus propias habilidades que servirán cara a abrir nuevas rutas en la exploración como a mecánicas de ataque en el combate, porque en este título, como en todo Paper Mario que se precie, la exploración es muy importante.
Aparte de las habilidades de los personajes que nos acompañan (y que por cierto son a cada cual más carismático) Mario irá adquiriendo nuevas habilidades llamadas «maldiciones», que lejos de parecer algo malo le dotarán de habilidades tan variopintas como son el convertirse en un avión de papel para atravesar largas distancias o ponerse de lado para entrar en espacios estrechitos donde apenas entraría… ¿ni un papel? 😉
Con todo esto, recalcamos que si algo tiene Papel Mario: La puerta milenaria es un fuerte componente backtracking donde la memoria será nuestra mejor herramienta de cara a recibir interesantes y suculentas recompensas. Un truquito es que, a medida que estéis jugando, si veis algo extraño, hagáis una captura de pantalla para recordarlo más adelante. Además, si hay algún tesoro que se os resiste conseguir siempre podéis preguntar compartiendo vuestras capturas en alguna red social siguiendo nuestro sencillo tutorial.
Y si hablamos de recompensas no podemos evitar hablar del equipo del juego, donde la mayor baza se la lleva la gestión de medallas que mencionamos antes. Mario podrá equiparse con varias medallas que le dotarán de ciertas habilidades únicas, como activar un ataque especial con la maza o el salto, aumentar la defensa cuando le queden 5 puntos de vida o menos, aumentar los puntos estrella a cambio de otros hándicaps, etc. El nivel de combinaciones posible dependerá solo del límite de medallas que podamos llevar, con posibilidad de ampliarlo al subir un nivel como bien hemos dicho.
Aparte, también estarán los típicos objetos del universo Mario como son las flores de fuego, los bloques POW, los champiñones, etc. que serán consumibles in-game con diferentes habilidades ofensivas y defensivas como es habitual en todo juego de rol. Los objetos los encontraremos tanto explorando como en tiendas, donde usaremos monedas para comprarlos.
Un gran remake
Si sois muy fans del original de Gamecube (y muy puristas), enseguida notaréis el gran lavado de cara que tiene, si bien está claro que el paso de los 4:3 a 16:9 y el aumento de resolución le ha sentado a las 1000 maravillas, la gran pega es la pequeña bajada de frames que se ha tenido que sacrificar para ello. No es que sea algo especialmente malo y evidente, pero estáis leyendo el análisis de alguien que es muy tiquis miquis en este aspecto.
Centrándonos en lo bueno, diremos que es evidente como Nintendo se ha querido centrar en el apartado audio-visual (algo como lo que ha pasado en Hellblade 2) y hemos de decir que ha conseguido cumplir su objetivo, ya que Paper Mario: La puerta milenaria luce espectacular y es muy bonito de jugar.
Aparte, se han realizado cambios mínimos, como ya anuncio Nintendo, como por ejemplo en la corrección en algunos de sus textos para adaptarlos a tiempos actuales, como es el caso de Bibiana, un personaje trans que recibía algunas mofas por parte de otros personajes debido a su condición, ahora este tema es bastante más respetado.
También se han introducido algunos accesos directos para no tener que dar a pause para acceder a algunos menús, algo que no era extremadamente necesario, pero siempre es un detalle. También hay algún NPC extra para hacer la partida más sencilla, como por ejemplo para practicar los combates o incluso pistas para resolver alguna de las misiones secundarias del juego, algo que tampoco era muy necesario, ya que son extremadamente sencillas (algunas las podremos realizar en cuestión de 5 minutos).
Un añadido interesante es la incorporación de un museo donde podremos deleitarnos con ilustraciones y la banda sonora del juego, siempre y cuando cumplamos ciertos requisitos como el completar un mundo al 100%, un incentivo interesante para todo aquel que haya terminado la aventura y quiera estirarlo un poco más. Y hablando de banda sonora, decir que esta ha sido completamente remasterizada hasta el punto que dejará con la boca a abierta a todo el mundo, aun así, hay una medalla en el juego que, de equiparla, permite disfrutar del título con su banda sonora original, ¡todo un detalle Nintendo! Los textos, como viene siendo habitual en un juego de Nintendo, estarán traducidos al castellano y muy bien geolocalizados.
Conclusión
Nintendo nos propone, una vez más, rememorar uno de sus juegos más míticos de generaciones anteriores, recientemente Game Boy Advance con Mario vs. Donkey Kong y más reciente aún de Super Nintendo con Super Mario RPG, solo que en esta ocasión para la Gamecube. Paper Mario: La puerta milenaria es un gran juego que todo fan de la gran N debería disfrutar, y ahora es una gran oportunidad para ello gracias al gran lavado de cara que tiene además de las sutiles, pero interesantes añadidos que trae. Una aventura que, seamos francos, no supondrá ningún desafío para un gamer medio, pero que fácilmente puede llevar 30 horas acabarlo, unas horitas extras si queremos hacérnoslo al 100%, pero pocas más.
Paper Mario: La puerta milenaria ya se encuentra disponible en exclusiva para Nintendo Switch tanto en formato físico como digital.
Paper Mario: La puerta milenaria
Una sencilla aventura de rol donde su piedra angular son grandes dosis de humor y enfrentamientos entretenidos
Lo mejor
- Poder disfrutarlo en 16:9 aparte de su repaso gráfico y sonoro
- Una joya atemporal, ahora adaptada a tiempos actuales
Lo peor
- Historia muy sencillita
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Historia
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Jugabilidad
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Apartado artístico
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Apartado sonoro