Este año se estaban haciendo esperar los exclusivos de Sony catalogados como triple A, pero ya tenemos con nosotros a Days Gone, un juego que promete grandes dosis de adrenalina, acción desenfrenada y una intensa historia de supervivencia y lucha en mundo abierto, pero también emotivos momentos de acercamiento a otros personajes o de superación ante los sentimientos de pérdida y arrepentimiento que arrastra Deacon.
¿Cumplirá con las expectativas?
Antes de meternos de lleno con el análisis vamos a hablar del estudio que está detrás de Days Gone, Bend Studio, quienes empezaron siendo conocidos como Eidetic. Este estudio siempre se ha caracterizado por crear títulos de acción y aventuras con juegos de diferente calidad, los más destacados seguramente sean los de la portátil de Sony como los de la saga Uncharted, Resistance o Syphon Filter. Y ahora sí, vamos a ver qué tal se han portado con el salto a una consola de sobremesa.
¿Una historia que engancha?
A mí siempre me han gustado los videojuegos que me cuentan una historia, el problema de Days Gone es que esa historia no me ha llegado a enganchar nunca, quizá por ser un mundo abierto con infinidad de misiones chorra o quizá porque simplemente es mala, el caso es que para mí un juego que dura cerca de 40 horas en su historia principal debe enganchar al usuario y en mí caso no lo ha conseguido.
Days Gone nos mete en la piel de Deacon, un motero que va de tipo duro pero que tiene que llevar la carga de haber perdido a su esposa Sarah, éstos junto a Boozer, el mejor amigo de Deacon, serán nuestros principales protagonistas. La trama se desarrolla en un mundo post-apocalíptico plagado de freakers, una especie de zombies, que surgieron como de la nada y que prácticamente en pocas horas provocó una infección que afectó a gran parte de la humanidad. Así, a grandes rasgos, éstos son los principales ingredientes de esta historia repleta de cinemáticas y diálogos que nos llevará a recorrer el Noroeste del pacífico en busca de respuestas.
Jugabilidad
En cuanto a la jugabilidad no nos vamos a nada nuevo, ya que las mecánicas del juego las tenemos muy vistas en otros tipos de juego, así pues los tiroteos, el sigilo, la progresión… No nos sorprenderán, pero no todo es malo porque la moto o las hordas de engendros sí que son un punto a favor para Days Gone.
Los tiroteos son como son y a medida que avancemos en el juego tendremos más variedad de armas para combatir a los enemigos humanos o engendros, que como habréis supuesto en función de que sean unos u otros nos convendrá mejor una forma de pelear u otra. Cuanta más experiencia vayamos consiguiendo más habilidades desbloquearemos en los tres árboles que tenemos, así que recoger recursos será muy importante para mejorar, reparar y crear explosivos, botiquines, armas… Y ser un basurero andante será nuestro pan de cada día. Además, también hay una serie de laboratorios dispersos por el escenario que nos permiten potenciar al personaje en tres aspectos: salud, resistencia y concentración.
En cuanto a la IA deja mucho que desear, los enemigos tienen un comportamiento muy simple y en la mayoría de los casos es muy fácil huir sin que se den cuenta o sorprenderles por la espalda sin ningún tipo de esfuerzo, algo que empaña un poco este aspecto del juego (aunque a Igone esto le vendrá como anillo al dedo xD).
Un punto a destacar de este apartado es que el nivel de dificultad (fácil, normal y difícil) no se puede cambiar una vez elegido, por lo que si no sois muy duchos o por el contrario sí lo sois, elegid bien si no queréis empezar de nuevo porque os resulte muy fácil, o al revés, muy difícil.
Born to be wild!
Un buen motero siempre tiene que ir acompañado de una buena moto y en nuestro caso este cliché se cumple a la perfección, de hecho, la introducción de este elemento le otorga a Days Gone un soplo de aire fresco y es uno de los elementos que más me han gustado del juego.
La moto será como nuestro bebé, tendremos que cuidarla y estar pendientes de que tiene combustible de sobra para que no nos deje en medio de la carretera, además de tener que recoger chatarra para repararla.
Es bastante personalizable dentro de lo que cabe, podremos cambiarla de color o añadir algún que otro adorno, también se puede mejorar y hacer que corra más o que tenga un depósito de combustible más grande. Nos servirá para hacer un guardado rápido y aunque vayamos montados en ella no seremos inmunes al entorno, nos pueden atacar animales u otros enemigos y también habrá persecuciones entre moteros a los que tendremos que derribar.Hordas
Las hordas son otra de las bazas de Days Gone, aunque quizá no están lo bien aprovechadas que deberían. Si os acordáis de la película de Brad Pitt, Guerra Mundial Z, las hordas de zombies arrasaban con todo y aquí el resultado es el mismo. Ver esta inmensa cantidad de enemigos puede hacer que se te ericen los pelos, pero están introducidas en la trama de una manera tan secundaria que dan esa sensación de querer y no poder.
Son el elemento diferenciador del juego, pero enfrentarnos a ella no nos supone ninguna recompensa especial salvo nuestra satisfacción personal de idear una estrategia y usar los elementos del entorno para vencerlas, así que lo más sensato es huir de ellas y ahorrar recursos que nos servirán para otros menesteres mejor explicados. Las hordas pasan más desapercibidas de lo que deberían y ceden su protagonismo a los asaltos de campamentos de los que ya estoy harta de ver.
¿Qué tal como mundo abierto?
Como todo buen sandbox que se precie un ciclo de día y noche no puede faltar y Days Gone no iba a ser menos. El juego de Bend Studio cuenta con uno que hace que los enemigos humanos sean más temibles durante el día y los engendros durante la noche. Así que según lo que vayamos a hacer podemos equiparnos unas armas u otras, como es lógico, también podremos echarnos una siestecilla y dejar que el tiempo avance.
También podremos comerciar con los trofeos que obtengamos de los 9 tipos de engendros, o de los animales y plantas que cojamos, aunque en realidad sólo nos servirá para conseguir dinero no para fabricar nada. Más interesante es eliminar los nidos de engendros para conseguir puntos de viaje rápido o ganarnos la confianza de los jefes de las bases.
Y ahora llegamos a lo importa, las misiones. En Days Gone no hay una diferenciación clara entre misiones principales y secundarias, sino un conjunto de historias, por lo que a veces no sabremos si estamos haciendo de un tipo u otro. De esta forma se van abriendo diferentes tramas que pueden llegar a generar confusión. Las misiones principales nos permitirán seguir avanzando en la historia, las secundarias servirán para obtener dinero, experiencia, mejorar los campamentos…
Hay bastantes eventos aleatorios como emboscadas o gente a la que ayudar. Como podréis comprobar si os hacéis con el juego puede que tanta misión repetitiva se os haga un juego algo pesado, y más si tenemos en cuenta su duración. Como hemos comentado más arriba la trama se desdibuja y la trama debería atraer al jugador para que luego quiera seguir explorando más del universo de Days Gone, algo que en nuestro caso no ha sucedido.
Así pues, podríamos decir que es un sandbox con un tamaño de mapa adecuado y una forma original de pidir la trama del juego que podría haber aprovechado mejor la manera de desarrollar los acontecimientos para llegar a calar más en el jugador.
Apartado gráfico y sonoro
La parte gráfica tienes sus pros y sus contras. En el lado bueno nos encontramos con unos entornos altamente cuidados, con una climatología envidiable y con una presencia de elementos en pantalla elevado que soporta la consola a la perfección (hordas). En la parte mala podríamos meter las caras y las expresiones faciales, algunas no muy conseguidas, aunque la peor parte se la llevan los tiempos de carga, demasiado largos y muy frecuentes. Por último, también diremos que cuando la moto está con todo a tope la consola rasca un poco al pisar a fondo el acelerador.
La banda sonora de Days Gone está muy cuidada, con canciones de calidad y en cantidad, además de unos efectos sonoros muy conseguidos, pero lo mejor es el doblaje en castellano con Claudio Serrano llevando la voz cantante.
Conclusión Days Gone
Days Gone es un videojuego que te conquistará si te gusta el género sandbox y la supervivencia, un pelín largo y algo repetitivo, pero que cuenta con ingredientes originales que pueden llamarte la atención.
Lo mejor
- Apartado gráfico brillante destacando sobre todo la climatología y los entornos
- Libertad para movernos con la moto
- Doblaje de lujo al castellano
- Las hordas, aunque están poco aprovechadas y no tienen un papel relevante
Lo peor
- Misiones repetitivas que pueden llegar a cansar
- La historia pierde fuelle a medida que avanza el juego
- IA bastante deficiente
Y acordaros de pasar por nuestra guía de Days Gone para que tengáis el platino de la manera más fácil posible.