PUYO PUYO TETRIS 2 – ANÁLISIS EN XBOX ONE

El título de 2014 parecía dar por cerrada la unión entre los mundos de Puyo Puyo y Tetris. Nada más lejos de la realidad. Ambos juegos vuelven a unirse en esta secuela, pero de aquí no sale nada bueno. Los protagonistas son rostros conocidos para quienes disfrutaron del primer título, y el jugador deberá acompañarlos y guiarlos a través de los mundos del modo aventura con el fin desenredar el entuerto causado por las fuerzas del mal y evitar el colapso de los universos de Puyo Puyo y de Tetris.

A los personajes protagonistas que ya hicieron acto de presencia en el primer título –como Ringo o el carismático y serio Capitán Tee– desde Sonic Team han añadido una lista de personajes tan larga como curiosa. Estos personajes, desbloqueables en su mayoría durante el modo aventura, son luego reutilizables –con todas sus peculiaridades– en el resto de modos de Puyo Puyo Tetris 2.

El modo aventura es la campaña del título, el principal modo de juego fuera de línea que nos ofrecen desde SEGA. El modo aventura recupera el clásico sistema de mundos propio de juegos del estilo y que se popularizó hace ya varios años con aquellos juegos de rompecabezas o de conectar tres o cuatro elementos. Todavía tengo pesadillas recordando las interminables partidas que muchas personas jugaban sin descanso a títulos como el magnofamoso Candy Crush. Dicen que a día de hoy, todavía sigue vivo y entre nosotros…

Bromas aparte, este esquema clásico de ordenación de niveles nos llevará a enfrentar a un jefe final al término de cada mundo, cada uno con su particularidad y con unas condiciones de victoria específicas, que complican la batalla y obligan al jugador a pensar y usar su cerebro.

El modo individual es uno de los modos de juego que más carga soportan, albergando hasta siete modos de juego en los que el jugador puede competir contra la máquina. Algunos de ellos –como los modos Versus, Big Bang, Fusión y Fiesta– reaparecen en este título haciendo gala de las mismas mecánicas, pero con pequeño extra: la personalización de las partidas. Gracias a esta personalización, las partidas pueden tomar la forma –siempre dentro del guion preexistente fijado por el modo de juego– que el jugador desee darle, desde la dificultad hasta los personajes pasando por las formas de las fichas –tanto puyos como tetriminos– y los fondos de la pantalla.

El modo Versus es un duelo clásico, enfrentando al jugador contra hasta 3 rivales en una misma pantalla. Gana quien cumpla las condiciones de victoria fijadas previamente –el número de sets y victorias es ajustable al gusto–.

El modo Fiesta es una verdadera locura. Es –quizá– el modo más divertido y frenético y el que obliga al jugador a estar más atento. En el transcurso de la partida, las pantallas se llenarán de power-ups u objetos especiales que darán ventajas a quien los active o complicarán el juego a los rivales. Para poder alzarse vencedor en este modo, es necesario tener una mente despierta y muy ágil, y unos dedos realmente hábiles.

El modo Fusión hace honor a su propio nombre: este modo de juego junta en las pantallas los puyos y los tetriminos, obligando al jugador y a sus rivales a hacer malabares mentales y tratar de despejar su pantalla de ambos tipos de fichas. Atención: descuidar un tipo de ficha es un error fatal y que significará, en muchas ocasiones, la derrota. El truco para hacer que la sinergia entre puyos y tetriminos funcione es que los tetriminos tienen más «densidad» que los puyos, por lo que tenderán a ir hacia la parte inferior de la pantalla.

El modo Big Bang es una carrera contrarreloj y contra los rivales, puesto que el jugador debe darlo todo y poner su mente a trabajar a toda potencia para hacer coincidir líneas de tetriminos o eliminar puyos de forma rápida para lograr así la mayor cantidad de puntos posibles. Estos puntos conseguidos durante las rondas –que duran 60 segundos– se traducirán en daño realizado a los rivales, que irán perdiendo puntos de salud a lo largo de la partida. Como es lógico, el vencedor será quien logre aguantar y eliminar al resto de participantes.

En esta entrega, el modo individual incluye tres nuevos modos: Alterno, Desafío y Batalla de Dotes.

El modo Alterno comprende el desarrollo normal de una partida, combinando el Puyo Puyo y el Tetris en un mismo sistema de puntuación e impidiendo el progreso de los demás jugadores con bloqueadores que les previenen formar cadenas o eliminar líneas para ganar puntos y despejar su pantalla.

El modo Desafío es un baúl en el que se han incluido hasta seis pruebas diferentes: fiebre infinita –donde el jugador tiene que eliminar cadenas de fichas en un tiempo concreto–, puyos infinitos –una carrera de fondo en la que el jugador podrá medir su resistencia jugando al Puyo Puyo–, minipuyos –donde hay que lograr la máxima puntuación posible jugando al Puyo Puyo en miniatura–; esprint –modo en el que se obliga al jugador a eliminar cuarenta líneas de tetriminos antes de que acabe el tiempo–; maratón –una prueba de resistencia en la que la velocidad de caída de las fichas aumentará dejando menor tiempo de reacción para el jugador conforme avance la partida– y ultra –modo en el que se exige que el jugador alcance su puntuación máxima en tres minutos–.

El modo Batalla de Dotes permite al jugador formar un equipo de hasta tres personajes –cada uno con su habilidad propia– y enfrentarlo con otro equipo controlado por el rival, cruzándolos en una batalla que se alargará hasta que uno de los dos bandos se quede sin puntos de salud. Es una forma excelente de practicar para las batallas contra los jefes del modo aventura, ya que estas siguen el formato de Batallas de Dotes.

El modo multijugador de Puyo Puyo Tetris 2 permite a varios jugadores juntarse o enfrentarse entre sí para disfrutar de los diferentes modos de juego que aparecen en este título, por lo que para poder activar esos modos, se necesitará más de un mando conectado a la consola.

El apartado de Lecciones es el campo de pruebas y el aula donde el jugador, guiado por los tutoriales, podrá aprender los entresijos de los diferentes modos y conocer los secretos de las mecánicas de Puyo Puyo y de Tetris para enfrentar con más conocimiento y sabiduría el resto de modos de juego de los que hace gala esta nueva creación del Sonic Team.

Cabe señalar que se puede disfrutar del título japonés –Puyo Puyo– y de la creación soviética –Tetris– por separado. En la pantalla de título se ofrecen tres opciones: la central lleva al menú principal; mientras que se puede acceder al modo maratón –en el caso de Tetris– y al modo puyos infinitos para disfrutar de la experiencia sin más presión que el contador de tiempo que aparece en pantalla.

Este es uno de los apartados técnicos más discretos del título. Desde SEGA han sabido ser consecuentes y han mantenido el mismo estilo de animación amigable y colorida que ya exhibieron en la precuela, por lo que apenas se le puede poner pegas. Las letras de los diálogos tienen el tamaño justo, y la velocidad de los mismos es regulable a gusto del consumidor mediante el botón de avance. Los personajes están bien construidos –dibujados, mejor dicho– y cada uno irradia una sensación de unicidad y diferenciación respecto del resto, por lo que quedan envueltos con un carisma especial y, en ocasiones, obligan al jugador a quedarse con uno solo y hacerle escoger su favorito.

El apartado sonoro es impecable. Limpio y sin fallos, el sonido se oye de forma clara, y las palabras –a pesar de estar en idiomas que no sean español– se entienden alto y claro. Los efectos sonoros son una de las piezas clave de los modos de juego, pues están tan encajados en las partidas que son casi elementos clave que actúan como avisadores del jugador en diferentes situaciones: si está disponible un movimiento especial, si el rival está tomando ventaja o –por el contrario– no da pie con bola…

Puyo Puyo Tetris 2 es un título que retoma perfectamente el espíritu de su antecesor, aportando diversión y entretenimiento a raudales, invitando incluso a los más pequeños de la casa –recordemos que su calificación es PEGI 3– a ponerse frente a los mandos para jugar con dos verdaderos clásicos de la industria que vuelven a tomarse de la mano para gustar tanto a las nuevas generaciones como a las más veteranas.