Tras documentarnos un poco sobre la convulsa relación existente entre las islas al norte de Francia, nos disponemos a acudir al pase de prensa que ha preparado Vértice 360 para su próxima película: En tierra de santos y pecadores. Irlanda se convierte en la protagonista de esta historia en la que, aunque el personaje de Liam Neeson tratará de abandonar su pasado violento, se encontrará de frente con la oscuridad y tratará de proteger al pueblo donde vive. Quizás suena muy cliché, pero tiene alguna vuelta para aportar algo más.

Para los que quieran verla antes de leer la crítica, tendrán que esperar al 3 de julio para encontrarla en los cines de España. ¿No puedes esperar? ¿Quieres saber qué se esconde tras este título? ¡Allé vamos!

El olvido sencillo nunca fue una opción

Liam Neeson siempre se ha sentido muy cómodo en papeles de acción en los que, en muchas ocasiones, acaba interpretando al justiciero. De este modo, en su completa filmografía se pueblan de películas en las que, de una forma u otra, acaba enfrentándose a los «malos» a disparos. Ya por edad, no hay que olvidar que tiene 72 años, en En tierra de Santos y pecadores, Neeson encarna al solitario Finbar Murphy, un sicario que ha dedicado su vida conseguir que «desaparezcan» personajes que no llevan una buena vida. El problema es que el tiempo no perdona y plantea dejar su trabajo en manos de un sucesor, Kevin -Jack Gleeson-.

Así, eliminando su entidad secreta, podría dedicarse a vivir tranquilamente en el pueblo costero de Glen Colm Cille, donde tiene amistad con algunos de los lugareños. Pero para haber película, ha de haber conflicto real. Es justo es entonces cuando llega al lugar un grupo de extraños familiares de la tabernera, iniciando entonces una sucesión de hechos que acabarán amenazando toda la estabilidad del pequeño territorio. No es para menos, ya que el grupo encabezado por Doireann Mccann -Kerry Condon- pertenece al IRA (Irish Republic Army) y no durarán en utilizar la violencia para conseguir sus objetivos.

La influencia de la política y este grupo terrorista no incide tanto en la trama, más que ofrecer un marco narrativo para comprender las intenciones de algunos personajes y hacer sobrevolar el conflicto existente entre los protestantes (británicos) y católicos (irlandeses), es decir, en tierra de santos y pecadores. Será aquí cuando Finbar, con poco que perder, pero con una gran carga de responsabilidad encima, se colocará en el ojo del huracán para evitar masacres mayores.

El desarrollo de la obra se irá cociendo poco a poco en diferentes escenas en la que nos irán presentando a los diferentes personajes que pueblan Glen Colm Cille y, así, descubrir qué es lo que está en juego. Paralelamente, se irá sucediendo una avance inexpugnable hacia el conflicto, iniciado con el asesinato de uno de los terroristas y que explotará en una escena final en la que estallará toda la tensión acumulada. Será entonces cuando, a pesar de haber disfrutado esa lenta cocción, se acabe esperando algo más.

Pero es algo que, como ya he comentado anteriormente, es complicado de justificar. En esta cinta Liam Neeson toma el papel de una persona con edad, alguien a quien le cuesta realizar ciertas acciones. Será más su astucia e inteligencia la que vaya salvándole en las diferentes ocasiones, además de la ayuda de sus compañeros. Porque la relación con su «sucesor» irá en aumento desde la dejadez inicial hasta un cierto paternalismo.

Jack Gleeson encaja perfectamente en su papel que, aunque su personaje comienza siendo bastante irascible (algo que ya bordó en Juego de tronos), acabas cogiéndole cariño y sufriendo con él. Sus otras relaciones más personales serán la amistad con el policía del pueblo, Vicent O’Shea -Ciarán Hinds-, la vecina Rita Quinn -Niamh Cussack- y con la tabernera Sinéad Dougan -Sarah Green- y su hija Moya -Michelle Gleeson- (cuyo personaje será fundamental para el avance de En tierra de Santos y pecadores).

Por su parte, Kerry Condon entrega una temible Doireann Maccann. Su liderazgo y letalidad en el grupo de terroristas es inapelable, pero también acaba mostrando un lado más humano, además del idealismo propio de las revueltas populares. Como en muchas ocasiones, se acabarán entendiendo las ideas (y más conociendo la historia), pero no las formas.

Las grandes extensiones de pradera verde y mar

Recorrer la costa irlandesa es un verdadero placer. Acostumbrados a películas de acción localizadas en terrenos desérticos o urbanos, la incorporación de esos escenarios naturales aportan un cambio que acaba resultando gustoso para la vista. El pueblo se convierte en un grupo de casas de piedra con personalidad propia, además de aportar ese toque nublado propio de las localizaciones donde más llueve (como en el norte en España). Por su parte, esa ambientación se encuentra bien trabajada en la decoración de los hogares, los vehículos y vestimentas.

Por su parte, la música compuesta para En tierra de Santos y Pecadores por Diego, Lionel y Nora Baldenweg presenta ese toque cercano al western que se mezcla con música más del folclore. Esta toma mayor protagonismo en las escenas más contemplativas o en los planos abierto en los que se muestra el territorio.

En tierra de Santos y Pecadores: conclusiones

El terror paraliza y destruye. No es por nada el método utilizado durante los conflictos para mantener sumisa a gran parte de la población. Eso sí, el terror no actúa de manera homogénea. Siempre hay lugares que acaban separados de los grandes focos y tienen una vida más relajada. En tierra de Santos y Pecadores se nos plantea una idílica población que, aunque vive en las inmediaciones del gran conflicto, se mantiene más distante. Pero eso nunca es motivo para que esta llegue a ti.

La película plantea una trama de suspense, en la que vemos observando como los personajes comienzan a moverse hacia un conflicto que parece amenazar todo foco de calma. Es un avance lento, pero seguro, adentrándonos en la relación de los lugareños, al tiempo que vamos descubriendo el peligro que comienza a hacerse latente en el ambiente.

La crónica de un atentado anunciado. Para ello contamos con un marco maravilloso, como es Irlanda y sus pueblos, al tiempo que lo habitan personajes comunes con sus vidas creadas. Liam Neeson destaca con la calma y paciencia que la vida le ha dado, pero igualmente letal en sus acciones, completando una interpretación mejor que sus últimos estrenos. Misma mortalidad entrega Kerry Condon en su papel de líder terrorista y Jack Gleeson como sucesor de Finbar, aunque también muestra su lado más sensible.

En tierra de Santos y Pecadores llegará a los cines españoles el próximo 3 de julio de 2024. Si disfrutas del suspense y la acción, esta película te encantará.

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De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

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