Tras haber ingerido una cantidad nada sana de delicioso y cremoso chocolate de una fuente con bollería, consideramos que tenemos el estómago preparado para degustar la nueva película de Warner Bros.: Wonka. Basada en el exitoso trabajo del reconocido autor Roald Dahl, se presenta una nueva adaptación en la que conoceremos más sobre ese tiempo pasado antes de que el personaje construyera su gran fábrica. Eso sí, tendremos que ser conscientes de que estamos ante un nuevo lienzo en blanco sin ninguna relación con las adaptaciones previas.
Wonka saldrá en los cines españoles el día 6 de diciembre de 2023. ¿Qué nos ha parecido? ¿Hemos acabado encantados por tal maravilloso sabor o tuvimos una subida de azúcar? ¡Allé vamos!
El dulce placer de una promesa cumplida
Regresemos al pasado, mucho antes de que el cínico inventor, mago y chocolatero lanzase una tirada de tabletas con billetes dorados y previamente a que abriera la fábrica más grande del mundo. Tras una promesa realizada a su difunta madre, Willy Wonka -Tomothée Chalamet- llega a la ciudad cargado de sueños y con un gran talento en sus manos para la creación de dulces. Su inocencia es tal que no podría imaginar la maldad de un mundo que no entiende de trabajo ni de anhelos, sino de corrupción y poder. Engañado y obligado a pagar una excesiva deuda, conocerá a un variopinto grupo de personajes con los que trabará amistad y con los que se enfrentará a la peor calamidad del lugar: el Cártel chocolatero.
Las coreografías están muy bien hechas y acaban siendo disfrutonas por el público al que le gustan los musicales. |
Con esta premisa tan sorprendente se trata de arrojar algo de luz en el pasado de uno de los personajes más interesantes de la literatura y cine. Así, el director Paul King, tomando como material principal las dos novelas escritas, nos invita a regresar a los años jóvenes de Wonka para conocer el inicio de la evolución que lo llevarán desde esa mente abierta y soñadora hasta el descaro con el que acaba. Todo ello, desde luego, sin arrancar del personaje ese halo misterioso que lo caracteriza, ignorando explicaciones sobre elementos fantásticos o escenas mágicas, y dejándolas a la interpretación de cada uno.
De este modo tenemos a un joven Willy que sueña con trasladar un poco de la ilusión que él sentía cuando su madre le preparaba chocolate por su cumpleaños. La ingenuidad con la que mira el mundo contrasta con la pillería que posteriormente irá desarrollando a lo largo de la cinta, enfrentándose a un grupo de empresarios que desean acabar con él por todos los medios. Este conflicto será el que dirija el ritmo de la cinta, manteniéndose constantemente en movimiento y parando únicamente cuando los sentimientos lo requieren. O en el momento donde la música comienza a sonar.
Ya desde los primeros compases de la cinta descubrimos que estamos ante una película musical en la que muchas de sus escenas son representadas mediante la interpretación de una canción. La mayoría de ellas cumplen en cuanto a coreografía y música, pero en una producción como esta no se puede ignorar la referencia a canciones clásicas: Pure imagination. Cada uno de ellos explota en un diseño colorido de escenarios y vestuarios, permitiendo disfrutar más de la trama.
Algunos efectos no están tan bien conseguidos. |
El humor está presente en la cinta, con escenas que los más pequeños podrán gozar y con un toque más inteligente, rozando la sátira social, pero sin llegar al humor negro propio de la versión adulta del personaje. Es aquí donde se nota más la diferencia, aportando una historia divertida en la que los sueños, la amistad y el trabajo acaban obteniendo sus frutos. Eso sí, existirán algunas referencias a las producciones previas.
Oompa Loompa, doompety doo
Tras destacar en obras como Dune: Parte I (2021) o Hasta los huesos (2022), Timothée Chalamet tenía delante el reto de asemejar su actuación a la de dos grandes actores que encarnaron antes al chocolatero: Gene Wilder y Johnny Depp. Con una más comedida, pero cargada de energía, su Wonka se muestra diferente y, al mismo tiempo, reconocible. Es destacable todo el trabajo de preparación para el canto de las tonadas o el baile de las coreografías, demostrando el buen estado de forma del actor. Sin duda, no defrauda. Por su parte, Sally Hawkins interpreta a la madre del protagonista y aporta el toque emotivo y humano para el personaje.
¿No había enanitos naranjas? Hugh Grant se olvida de las grandes películas románticas que protagonizó en el pasado y se enfunda en la piel de un cómico Oompa Loompa que persigue al chocolatero. Es una pena las pocas escenas en las que aparece, porque son de lo mejorcito de la cinta en cuanto a diversión.
Hugh Grant está magnífico en su papel de Oompa Loompa |
A mayores, si algo es característico son los personajes secundarios con elementos reconocibles y que los hacen únicos y carismáticos. Como contrapunto de la ingenuidad y bondad de Willy, tendremos enfrente a Noodles -Calah Lane-, una niña huérfana que muestra esa mirada más fría y realista de la sociedad. ¿Y quién mejor para demostrar esa crueldad? Una divertida Olivia Cotman, que se junta con Tom Davis, y entregan unos personajes odiosos y graciosos por partes iguales.
Pero no son los únicos malos. El Cártel chocolatero está dirigido por tres empresarios: Slugworth (Paterson Joseph), Prodnose (Matt Lucas) y Fickelgruber (Mathew Baynton), que a su vez tienen contratado a un un grupo de monjes adictos al dulce encabezados por Roman Atkinson. ¡Una delicia y una maravilla!
Y hay muchos más interpretados por buenos actores que no desmerecen el trabajo de los arriba mencionados, cada uno con sus detalles y su evolución. Sin duda, uno de los apartados más cuidados de toda la película.
Es un mundo de pura imaginación
Lo adelanté antes, el color será algo dominante en esta película. Se realiza mucho contraste entre las escenas más oscuras, en las que apenas hay tonalidades y en las que cualquier matiz brilla, y las de mayor carga imaginativa y creativa, donde la decoración toma un papel fundamental. Destacan los escenarios, además, por la creación de la mayoría de ellos de manera real. Eso hace que el trabajo de efectos especiales quede relegado a los momentos más mágicos (aunque alguno de ellos acaba un poco desangelado).
Las canciones se entremezclan con una banda sonora compuesta por Joby Talbot, con melodías alegres y emotivas que recogen secuencias conocidas de la saga.
Conclusión
Desde 1964, han sido muchas las manos de infantes (y algunos no tanto) que han podido introducirse dentro del mundo chocolatero imaginativo creado por Roald Dahl. Las adaptaciones han permitido que, con el tiempo, nuevas generaciones descubrieran el encanto de la fábrica y los males de no ser buenos «niños». Ahora, casi sesenta años después, conoceremos un poco más del pasado del excéntrico dueño.
Wonka es una vuelta a la saga por la puerta grande. Con una historia sencilla y efectiva, logran explicar un poco de la juventud del inventor y creador sin modificar lo antes propuesto en las novelas (y ya plantean secuela). El ritmo está bien medido y las canciones van introduciéndose progresivamente haciendo avanzar la trama o explicando situaciones (como la de la lavandería). Los personajes son carismáticos y, en su mayoría, inolvidables, destacando sobre todos ellos Timothée Chalamet en su papel de Willy. Esta historia alegre y positiva está envuelta de un escenario acorde con multitud de colores y una buena banda sonora que te teletransportará al pasado. Sin duda, una gran película para disfrutar con cualquier edad.
Wonka estará disponible el 6 de diciembre de 2023. Te gustará si siempre has querido tirarte en triple salto mortal al río de chocolate. También lo disfrutarás si te gustan los musicales.