Tras intentar pasar una noche tranquila y tener un ejército de michis correteando por encima de las sábanas con ansias de guerra, nos preparamos para ir a ver la nueva película de DeAPlaneta: Noche de Paz (2023). Llevábamos desde 2017 sin poder ver una nueva película de John Woo, director llegado del cine asiático a finales de milenio y que sumó cintas que se acabaron convirtiendo en obras de culto. En esta ocasión, regresa para contar una historia en la que el protagonista recorrerá el camino de la venganza por lo que le arrebataron y donde una de las realidades de EEUU toma especial importancia.

Noche de paz llegará a los cines españoles el próximo 1 de diciembre de 2023. ¿Hemos acabado disfrutando de esa armoniosa nocturnidad? ¿Hemos mejorado con nuestro entrenamiento maestro? ¡Allé vamos!

Hola. Me llamo Brian Godluck. Tú mataste a mi hijo…

Día previo a la Navidad. Un hombre recorre las calles persiguiendo dos coches sin un claro plan de acción. Ese seguimiento acaba pasándole factura y recibe una herida en la garganta que le impide hablar y comunicarse. Pero ese no es el mayor dolor de ese día. Aquellos vehículos estaban enzarzados en una cruenta batalla y una bala perdida le arranca la vida a su hijo. El duelo le hunde y, entonces, surge una chispa. Entrenará durante un año para acometer la justicia que nadie ha llevado a cabo y, así, en una noche tranquila, ejecutará su plan.

Perder al hijo y acabar en el hospital. Sin duda, unas Navidades que no queremos ninguno.

Con el planteamiento de la cinta ya se puede notar que esta acaba dividiéndose en dos partes bastante marcadas. En la primera de ellas se hará más hincapié en la parte sentimental del personaje, notando como su vida cae en una espiral de destrucción y poniendo el foco en el tema que se resolverá al final: la venganza. Esta será la protagonista de los últimos instantes de la cinta, completando escenas llenas de acción y alguna en la que la propia tensión se relaciona con la cercanía al objetivo final. Es aquí cuando se toman más instantes para que el espectador disfrute. Esta dualidad genera cierta irregularidad en la trama, adivinando el posible final de la historia y quedando como un espectáculo cuando se permite lucir.

Aunque si algo hay que destacar, y que posiblemente sea uno de los reclamos, es la mínima utilización de diálogos en la película. A través de la incapacidad del protagonista para hablar (algo que acaba siendo más poético al ver su relación de pareja), se desarrolla un avance en el que cada movimiento o imagen se convierte en más significativa. Esto no evita que haya personajes que susurren alguna palabra o que haya voces que se escuchen de fondo. La idea es algo interesante, pero, quizás, acostumbrados a la narrativa o vida convencional, resulta a veces extraño que no haya ningún comentario, algo que notaremos significativamente en la primera parte. No quiero decir que sea algo malo, si no que puede llegar a sorprender. 

Una noche para finalizar con toda la banda: «¡CON ESTA ESCOPETA!»

Para la comprensión final de la historia tiene mucha importancia el propio personaje protagonista, Brian Godluck, interpretado por Joel Kinnaman [que ya hemos visto en Para toda la humanidad (2019-) o El escuadrón suicida (2021)]. Sobre sus hombros tiene, prácticamente, la carga de toda la cinta. A pesar de un inicio más irregular en el que las escenas más sentimentales se fusionan con la ira interna, se nota que su fuerte está en la acción, donde con el avance a la sección de venganza, destaca. Junto a él pivotan algunos personajes que ayudan en su desarrollo, pero que no acaban convertirse en secundarios interesantes. Entre ellos tenemos a Saya Godluck -Catalina Sandino-, la mujer de Godluck, o Vassell -Kid Cudi-, el investigador de las bandas y que se vuelve más importante al final. No es el caso de Playa -Harold Torres-, que se posicionará como el antagonista principal y cuyo personaje permitirá conocer un poco más de cerca ciertas acciones de las bandas en los barrios.

¡Silencio! Se rueda.

El cine, al igual que muchos otros como el teatro, es un medio que permite perfectamente prescindir de uno de sus elementos y que la narrativa perviva. En este caso, el diálogo decae para darle paso a otros componentes que intentan paliar su falta. El sonido perdura, desde luego, con una ambientación correcta y que hace gala de su importancia dentro de las cintas. Por su parte, también destaca la música de Marco Beltrami, Yo, robot o Guerra Mundial Z , que evoluciona a través de la trama hasta llegar al final.

Por su parte, las escenas de acción cuentan con buenas dosis de adrenalina, aderezadas algunos efectos especiales para momentos concretos. Aunque en términos de producción, se nota el cuidado, logrando algunas localizaciones interesantes o estéticas (como la base del «malo»). 

Conclusión

Siempre se ha dicho que, al perder un sentido, el ser humano potencia otros para suplir esa deficiencia. En las creaciones culturales, suele ocurrir lo mismo. El perder uno de los elementos intrínsecos suene requerir mayor esfuerzo en alguna de las otras parcelas para acabar de acomodar todo el producto y satisfacer a los espectadores.

Noche de paz nace con una propuesta interesante, pero no acaba de cristalizarla para entregar algo que engrane al cien por cien. Su historia golpea en el corazón y consigue justificar las acciones del personaje. El problema es que acaba volviéndose algo irregular el avance, notando un inicio bastante calmado y finalizando con la acción. Esa misma dualidad acaba permeando al protagonista, cuya intérprete, Joel Kinnaman, se crece las escenas de mayor intensidad. Sin diálogos, el diseño ambiental y la banda sonora cobran mayor protagonismo, acompañando el trayendo de Brian desde la tristeza a la venganza. Sin duda, es una película con ciertas imperfecciones, pero que en el visionado se acaba haciendo interesante.

Noche de paz llegará a los cines españoles el próximo 1 de diciembre de 2023. Si eres de los que quiere un poco de acción y venganza directa a la «patata», esta es tu película.

Share.

De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

Leave A Reply

Exit mobile version