Tras ver un documental sobre combates de gladiadores, cambiar de canal y encontrarme con un reality, abandono el sofá de mi casa para ir en dirección al cine para disfrutar de la última película que Vértice 360 nos tiene preparada: Los juegos de hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes (2023). ¿Quién no recuerda ese año 2012 cuando la gran mayoría conoció la existencia de los sinsajos? Fue entonces cuando comenzó, junto con el reconocimiento ya cosechado por el libro homónimo, el éxito de una saga que se alargó durante tres volúmenes y cuatro películas. En el año 2020 se publicó la precuela en papel donde conoceríamos más sobre el tirano que dirige el Capitolio de Panem. Y ahora, como todos esperaban, llega la adaptación cinematográfica del mismo.

Los juegos de hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes llegará a los cines españoles el próximo día 17 de noviembre de 2023. ¿Que qué nos ha parecido? ¿Hemos silbado las notas que todos conocéis? ¡Veámoslo!

Panem hoy, Panem mañana, Panem por siempre

Esto ocurrió antiguamente, mucho antes de que una joven alzara su mano y fuera respondida por los distritos, haciendo caer la tiranía. Han pasado diez años desde que la guerra asoló Panem y Coriolanus Snow -Tom Blyth-, tras asistir con gran éxito a la Academia, espera obtener un premio que le permita la restauración social y económica de la familia Snow. En cambio, en un giro por buscar revitalizar unos Juegos del Hambre en decadencia, se le asigna ser mentor de una tributo del Distrito 12, Lucy Gray Baird -Rachel Zegler-. Comienza así una relación simbiótica en la que ambos se necesitarán para conseguir sus objetivo y finalmente conocer… ¿cómo acabó siendo así Snow?

Los Snow han pasado de ser una familia influyente a decaer tras los Días Oscuros.

Porque no nos engañemos, por mucho que en portada veamos diferentes personajes, esta es la historia de cómo el carismático líder de Panem se convirtió en el tirano que dirigiría en el futuro la nación. Esa evolución está bien representada en un trayecto en el que acompañaremos al ambicioso personaje desde su camino de la bondad a su caída en la maldad. Y en ello tendrá gran importancia el papel de Lucy Gray Baird, una tributo con mucho carisma que hará que Snow se replantee su existencia. La misma estructura, dividida en varias partes, permite conseguir una óptica diferente de los personajes, creando un verdadero estudio de sus personalidades. Ya conoces el final, porque ya has visto a Snow con su figura definida, pero es interesante ver el camino, manteniéndote atento y disfrutando del proceso. En este aspecto, he de decir que la película es mucho más atractiva que las anteriores, centrándose más en la psicología de los personajes y poniendo conceptos sobre la guerra, la venganza o la confianza encima de la mesa.

En términos de dirección, la película está bien ejecutada, mezclando escenas de mayor introspección con otras donde la acción es el toque imperante. Como era de esperar, la evolución tecnológica que hemos visto en la obra original todavía no ha llegado, por lo que nos encontraremos con un Panem atrasado que lidia con el final de la guerra. Los Juegos del Hambre no se han consolidado como el espectáculo televisado ni mueven mareas, por lo que es divertido ver esos orígenes donde todo estaba por desarrollar. El espectador encontrará atractivo de ver la precariedad y lo rudimentario de las tecnologías existentes (como los drones o la misma arena). Esto es porque la historia se toma más pausa en explicar algunos detalles acerca del trasfondo del Capitolio, algo que en los libros ya se había podido intuir, pero que en las películas no había llegado.

Las escenas de los dos juntos invitan a pensar en el positivismo y a olvidar la saga en la que estamos.

Aunque si algo hay que echarle en cara a la película es que tras dos primeras partes a gran nivel, la tercera acaba desinflándose un poco hacia el desenlace. Y no es por la falta de interés, ya que supone el final, sino por lo acelerado del proceso (algo que ya se notaba en el libro). 

Y para que no quede sin decir, ya sabemos que Francis Lawrence regresa para dirigir otra historia basada en el mundo de Panem. Como ya había ocurrido con la tetralogía original, esta adaptación a la pantalla grande trae consigo una serie de recortes y modificaciones para hacer el traslado de medio. La mayoría de ellas no afectan al significado general, incluso llegando a ser buenas, pero está claro que algún fan echará en falta ciertos detalles. Eso sí, la multitud de referencias que pueblan la cinta harán que nos sigamos sintiendo como en casa (los que no leyeron el libro descubrirán el origen de cosillas interesantes).

Los días oscuros lo justifican todo

Como ya he comentado antes, el personaje principal es Coriolanus Snow, interpretado por un magnífico Tom Blyth, que demuestra en su actuación los matices de su personalidad. Ese rostro angelical que, poco a poco, va tornándose más oscuro e impersonal. Junto a él, aparecerá el personaje de Lucy Gray Baird, una tributo del distrito 12 que al inicio nos hace recordar a Katniss, pero que demuestra tener más carisma y personalidad. Rachel Zegler, que ya hemos visto en West Side Story, presta su voz de manera sublime a esta joven con el apelativo de pájaro cantor, algo que demostrará la importancia de la música en la cinta. La relación existente entre ambos acompañará la trama de la película y definirá el desenlace.

Volumnia Gaul es un personajazo al que Viola le da un toque especial. ¡Qué gran actriz!

No serán los únicos personajes interesantes de conocer. La primera es la de Volumnia Gaul, la macabra vigilante de los Juegos del Hambre, interpretada por una excelente y maravillosa Viola Davis. Junto a ella, también del Capitolio, tenemos al decano Casca Highbottom, cargado de matices que Peter Dinklage reproduce a la perfección. Cerrando los más destacados tendría a Jason Schwartzman, que toma el papel de «Lucky» Fickerman, hombre del tiempo y primer presentador de los juegos (que más tarde le sucedería su hijo Caesar).

No podría olvidar la mención a los más cercanos al personaje de Snow. Hunter Schafer interpreta a Tigris, bondadosa prima del protagonista que siempre le apoya. Junto a ella, tenemos a Sejanus Plinth -Josh Andrés Rivera-, amigo de Snow e hijo de un señor de la guerra que hizo dinero en los días oscuros. Su participación se vuelve más trascendental pasada la mitad de la película, pero no dejará indiferente a nadie su aportación a la trama.

La sangre del pasado y la sangre del futuro

Desde el principio notaremos que estamos en un mundo que conocemos, pero todo está cambiado. Frente a la opulencia propia del Capitolio, con esos trajes y maquillajes de colores llamativos, nos encontramos ahora con un mundo en construcción tras una guerra que ha asolado la mayoría de vidas (recordemos que el 13 desapareció en los Días oscuros). Todo es más rudimentario, ya sea en la capital o en los distritos: la tecnología, los transportes, las construcciones, el estilo de vida… Y eso es algo que vemos en pantalla de la manera más detallada posible. El equipo de vestuario ha logrado un trabajo excelente con diseños conseguidos que no llegan a la estridencia del pasado, pero que se mantiene acorde a la estética (el traje rojo de la Academia me encanta y el vestido de Lucy más). 

Y esto es todo. La arena de los Juegos del Hambre. ¿Alguien más ve la diferencia?

Por su parte, todo el arte ha sido diseñado para mostrar ese mundo de postguerra y lo consigue. En cambio, los distritos siguen siendo ese pozo podrido sin apoyos ni mejoras de la capital. Hay que decir que, visualmente, es una maravilla. Los efectos especiales cumplen en la mayoría de ocasiones, siendo pocas en las que los ves menos implementados. ¡Una pena!

La música vuelve a estar a cargo del reconocido compositor James Newton Howard, que ya había vestido con notas las anteriores películas de la saga. Su obra vuelve a llenar de sentimentalismo los momentos de más calma, para dar entrada a una explosión cuando la epicidad lo pide. Sorprende, la llegada de alguna escena en el que el único sonido son los pasos en el bosque, dando paso a ese temor por el crujido del movimiento. No se puede no hablar de las canciones, composiciones cercanas al country o folk que nos animan o nos rompen con su interpretación. Todas ellas, gracias a la voz de Rachel.

Conclusión

Sí, han pasado ocho años desde que nuestros ojos vieron por última vez Panem. Para muchos, fue el seguimiento de una historia de rebelión y, para otros, la introducción en el mundo de la literatura y el descubrimiento de otras aventuras. Junto con Harry Potter, El señor de los Anillos y Crepúsculo, ha sido una de las adaptaciones más seguidas por los adolescentes en la pantalla grande. Así que es normal que al anuncio de la publicación de la precuela le siguiera el de la película.

Con un tono un poco más maduro, regresamos a este mundo para conocer el surgimiento de la mente que lo cambió todo. Coriolanus Snow se alza como un personaje trágico dentro de su propia historia, donde su ambición le facilita luchar por conseguir lo que cree merecer. En su camino, se cruzará por obligación Lucy Gray, con quién conocerá y ampliará su mente a otras dimensiones hasta entonces desconocidas, pero también cayendo en el barro manchándose las manos. El camino transita con un ritmo correcto y solo se nota apresurado llegado al final, dejando a los espectadores con ganas de algo más. Los actores, por su parte, realizan un trabajo más que sobresaliente, mostrando y personalizando las diferentes aristas de una ciudad que atesora el poder absoluto y que, solo en ocasiones, tiene un poco de piedad. El apartado artístico es una gozada para los ojos, ayudando al eterno «no digas, muestra». Aunque hay cambios con respecto al material original, los fans disfrutarán de ver en pantalla grande la historia que tanto les ha gustado.

Los juegos de hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes llegará a los cines españoles el próximo día 17 de noviembre de 2023. Si eres de los que aguantó la respiración mientras cantaban «el árbol de ahorcado», esta es tu película. Si quieres conocer más sobre el mundo de Los Juegos del Hambre, también.

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De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

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