Hoy os traigo el análisis de Diablo IV para PlayStation 5. Hace 11 años que no tenemos un juego principal de la saga Diablo y por desgracia para mucha gente, lo que tuvimos fue como no tener nada. Diablo III no es un juego con mucha buena fama, aunque con el tiempo ha tenido unas temporadas online muy buenas, que han mejorado la primera mala fama que obtuvo. Recordad que tenéis la guía para completar el juego 100% ya en nuestra web y sin más dilaciones, empezamos.

El regreso de Lilith

Tras los eventos de Diablo III, pensábamos que los Nephalem se habían extinguido por completo, pero con la llegada de uno de los demonios superiores, la Hija del odio, Lilith, parece que la cosa cambiará. Realmente se desconoce qué ocurrió con nuestro nephalem de Diablo III, pero con esta nueva entrega y el hijo de la reina de las súcubos, Rathma, puede que descubramos algo más esta antigua raza.
Por otro lado, tenemos el regreso de Lilith, personaje que solo pudimos conocer por un evento de Diablo II, pero no como un elemento canónico del juego a diferencia de su padre. La forma de hacer las cosas de Lilith difiere mucho a la de otros demonios, ya que como Diosa de las súcubos, Lilith tiene un potencial y unos poderes para encandilar a la gente como si fuera realmente fidelidad a través de un emponzoñamiento mental.
Juntando ambos conceptos, nos enzarzamos de nuevo en el Eterno Conflicto de los cielos contra el infierno sobre Santuario, aunque con la contra para sus ciudadanos de que éste se vuelve más peligroso cuando Lilith está presente. Además, otro grupo también presente como extintos hasta el dlc de Diablo III, los Horadrim, vuelve a tomar mucha relevancia, aunque ya sabemos cómo acaba siempre todo para estos.
El argumento principal de Diablo está muy bien planteado, pero la ejecución es un poco caótica. Si seguimos el orden lógico de actos, su ejecución sería perfecta, pero tenemos opción de ir a actos posteriores sin terminar el Acto I, sólo si tenemos nivel suficiente y al ser un juego con tanta misiones secundarias, mazmorras y eventos, llegar a dicho nivel se hace sin darte mucha cuenta.
Las misiones secundarias son las mejores que han hecho nunca, siendo pequeños grupos de misiones que te cuentan una historia acorde a la región, un personaje importante o eventos relacionados con el propio caos que Lilith está provocando, quedándose fuera misiones de recadero u otras típicas como mata a las ratas que infestan mi taberna y demás.

¿Es esto Diablo?

Diablo IV es un MMORPG… ¡Espera! ¿Qué? Pues sí, parece increíble lo que estoy diciendo, pero es esta idea la que ha predominado en mi mente durante toda mi estadía en Diablo IV. Un juego de mundo abierto al que sólo puedes entrar si tienes internet y que está plagado de elementos multijugador y donde te encuentras a otros jugadores con los que puedes hablar, colaborar, etc, hacer gremios y otra serie de aspectos que lo tildan de MMO, aunque no llegue al nivel del propio MMO de Blizzard WoW o al de mi amado FFXIV.

¿Sólo online?

La idea no es de mi grato gusto y creo que rompe bastante el concepto original, dejando de lado la idea de un periplo solitario o conjunto a amigos por un mundo lleno de héroes. Por otro lado, desde el punto inicial el juego ha tenido muchos problemas de internet para los jugadores de PS5, aunque en otras plataformas funciona mejor. Este análisis hubiera sido bastante distinto si el día 4 no hubiéramos recibido una actualización que parece que arregló gran parte de estos problemas. Mi experiencia fue la de un juego lageado con constantes desconexiones del servidor y revisado el internet, ese no era el problema. Cabe destacar que lo mío es un código de análisis, pero hay gente que ha pagado mucho para tener los cuatro días extra y dos de ellos les han salido completamente rana.

Personajes

Saltando dentro del juego, Diablo IV nos ofrece un total de 5 personajes:
  • Bárbaro: Clásico melé con largos tiempos de recarga y un inicio lento, pero con una gran resistencia y fuerza de batalla.
  • Hechicera: Una ranged perfecta para el control de masas, pero en serio peligro si se acercan enemigos a melé, especialmente cortos de maná.
  • Druida: Clase versátil en cuanto a rangos de acción mezclando hechizos y transformaciones a melé, pero complicada de manejar eficientemente.
  • Pícara: Volátiles, poderosos y veloces, pero débiles como el papel.
  • – Nigromante: Bastante polivalente y centrada en jugar en solitario, mucho daño, pero dependiendo demasiado del maná y una build muy bien construida.
Los personajes tienen dos tipos de evoluciones personales. Por un lado, está una sección especial de habilidades innatas que se consiguen subiendo a un nivel concreto y que afectan a la base de tu juego y luego un árbol de habilidades fácil de entender y que se asciende en él obteniendo un número X de habilidades y mejoras en los anteriores. Hay una gran variedad, de diferentes “escuelas” dentro de cada clase y dividiéndose entre pasivas y activas, siendo estas últimas asignables en una barra con un total de 6 slots.

Santuario

El mundo de Diablo IV es muy grande y amplio, está lleno de misiones secundarias, mazmorras y eventos que evitarán que te aburras en algún momento. Hay mucho que explorar y mucho que caminar, ya que el caballo no lo desbloqueas hasta el Acto IV (habiendo un total de 6), craso error pues se hace muy pesado el tener que moverse al no tener una buena distribución de teleports.
El mundo se divide en regiones, que a su vez se dividen en secciones. Hay limitaciones de nivel en cuanto a enemigos, pero es muy raro llegar a ellas, ya que tiene una evolución progresiva con la localización inicial del personaje y aún más dependiendo el mundo que escojamos, lo cual viene a ser la dificultad, habiendo un total de 4.
Las secciones tiene multitud de caminos y de zonas a explorar con misiones secundarias que se ramifican consecuentemente, pueblos y ciudades, mazmorras de generación procedural, eventos de tiempo centrados en el concepto online, fuertes a liberar y altares de Lilith. Todo esto tiene recompensas escalonadas en cinco en niveles adheridas a la región, de tal manera que cuando se consigue un número X de sucesos, accederemos a ellas y son realmente jugosas.
En cuanto a las ciudades, cada región tiene su ciudad principal que a su vez tiene un teleport y una serie servicios, los cuales son herrería, comercio de armas, armaduras y accesorios, proveedores de curiosidad, curanderos, alquimistas, establos, ocultistas, joyeros, cofre de almacenamiento, armario y estatua de nivel de mundo. Por su parte, los pueblos y las fortalezas liberadas tiene menos cosas, normalmente suelen carecer de estatua, cofres y armarios aparte de que en ocasiones hay teleports.
El mundo abierto es un mapa fijo al igual que ocurría con Diablo III, pero sus mazmorras se generan de forma procedural a la antigua usanza. En el primero tenemos que los eventos y las fortalezas tienen unos requisitos a cumplir, solo que los primeros lo tienen por tiempo para conseguir la categoría de maestría, lo cual significa mejores recompensas. Las dungeons funcionan de la misma manera, aunque por media suele dividirse en dos fases, al igual que las fortalezas. Tendrás que completar un número de objetivos en ellas y luego enfrentarte al jefe final. Es un desarrollo coherente, aunque puede hacerse tedioso, por lo que es recomendable mezclarlo con las misiones principales y secundarias.
La conexión entre las zonas seguras y peligrosas se hace de una manera bastante inteligente y agradable para el jugador. La primera es simplemente con el típico acceso o entrada; la segunda es la posibilidad de teleportarse a una ciudad en cualquier momento para vaciar inventario y demás, pudiendo volver al mismo sitio con el portal que te llevó y la tercera es exclusiva de los fuertes, que no perceptible al jugador, se nos dividirá como en dos planos, uno para aquellos que tengan que liberarlos, de forma individual, y otro común para quienes ya lo tengan seguro.
Probablemente Diablo IV tenga el mejor mapa y generación procedural hasta la fecha en la saga. Siendo coherente con sus conexiones, amplio y basto, divertido de explorar y con una ejecución en general de sobresaliente, con la mayor excepción que se le puede dar, que es la del caballo demasiado tarde, aunque curiosamente con hacer dicha misión una vez, te vale para todos los personajes.

Hay un poquito de Santuario en tu gore

Entramos en una de las mejores secciones del juego, siendo casi todo puntos buenos. El mundo de Diablo es un mundo basto, no solo en cosas que hacer, sino en diseño de escenario. Un mapa muy bien conectado con facilidad de movimiento entre las distintas áreas y con un cambio de climas bien diseñado y camuflado, haciendo que en ningún momento se sienta abrupto, sino como una tierra variada.
Cada lugar al que vas está plagado de detalles con todo tipo de elementos para limitar, adornos y florituras por medio del escenario y detalles que aportan su aquel a todo lugar donde vamos. Gracias al spawn lógico de mobs, los cuales están modelados acorde al lugar y la historia, tenemos que Santuario se siente como un mundo rico sin espacios vacíos como puede ocurrir en otros juegos.
Las mazmorras secundarias, aquellas de generación procedural, lo hacen siguiendo en todo momento unos patrones según la misión y la estética de la misma. No se siente nunca repetitivo en cuanto a decorado, ya que hay una amplia variedad entre mazmorras típicas, bosquejos, fuertes, lugares abandonados, ruinas, explanadas heladas, etc. Agradeciendo el quitar esa sensación de mazmorra idéntica que tienen básicamente todas las entregas anteriores.
En cuanto a los protagonistas tenemos dos variantes de apariencia. La que se ve en las cinemáticas y la del gameplay. Inicialmente nosotros creamos un personaje con una personalización muy leve, que será lo que veremos en las escenas, el ropero y el menú, mientras que en el juego se verá una versión menos pulida del mismo.
De igual manera pasa con todos los personajes que encontramos en el juego, aunque hay una diferencia también aquí, ya que no es lo mismo la típica escena introducida directamente como visión con todos los elementos súper detallados a la que sale a raíz del propio gameplay y en las que incluso nuestro personaje puede participar. Habiendo un total de tres apariencias escalonas, la cual ninguna realmente es mala, sino que se adecua a la situación del momento.
Por último, a lo que alude el título del apartado gráfico, el gore. Diablo siempre ha sido una saga que se caracteriza por tener gore en escenario lúgubre, pero siempre con un límite. En este caso, ha decidido ir un paso más adelante, al igual que los creadores de Dead Island 2, y decir “Vamos a hacer que se harte de escenas macabras y de sangreDa igual qué hagas y dónde vayas, habrá cadáveres, desollamientos, gritos de dolor, cuerpos cercenados, torturas, explosiones de sangre, etc. Todo un hermoso escenario teñido en sangre y dolor.

¿Hay músicos en santuario?

El apartado sonoro puede que sea uno de los que más desapercibidos pasa, ya que la mayoría del juego suele ser una música de ambiente y cuando es música de verdad, suele darse en momentos en los cuales está ocurriendo algo importante o hay mucha tensión, haciendo que quede relegada a segundo puesto. Realmente sin la música el juego no sería lo que es y todo sería mil veces más pobre, demostrando que hace su trabajo, pero queda, por desgracia, por detrás, aunque sea un elemento imprescindible.
Los efectos sonoros por su lado sí que son muy notorios y se ponen en cabeza. El gameplay pretende ser atractivo y trepidante y una de las maneras que tiene para conseguirlo es hacernos disfrutar del combate desde un aspecto auditivo con infinidad de sonidos para nuestras habilidades, tintineos para los lutos, sonidos guturales de los enemigos, etc.
Por último, el juego está doblado y traducido al español. Tiene una interpretación muy buena que se amolda al momento, siendo normal o exagerando según se de la situación para que siga manteniendo ese toque de Diablo I y II, donde la epicidad, el horror y la desesperación están al orden del día.

Conclusión Diablo IV

Diablo IV pasa de ser un roguelike con el tiempo a una especie de pseudo proyecto de MMORPG o RPG con online obligatorio. Es un juego que pierde ciertos aspectos a causa del online, el cual no funciona como debería, pero que ha rescatado muchos de elementos que hicieron grandes a Diablo II con los elementos más positivos de Diablo III. Todo ello sobre un mapa muy bien planteado y ejecutado, una estética impecable, mucho gore y un doblaje impecable sobre personajes muy memorables.
Diablo IV ya está disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox Series y PC.

Lo mejor

  • Historia a la altura de la saga con una villana memorable
  • Variedad de creación de builds
  • Mundo abierto, rico y mutable
  • Buen diseño y ejecución de escenarios
  • Gore por doquier
  • Divertido y adictivo

Lo peor

  • No da una línea coherente de actos
  • Problemas de internet
  • Mala distribución de teleports y caballo obtenible demasiado tarde
Share.

¿Qué tal? Yo soy Reo y si me estás leyendo es porque has parado en una de mis entradas. Llevo bastante tiempo escribiendo sobre videojuegos, pero más jugándolos. Jugadore de FFXIV: Online, RPGs, Visual Novels, Assassin's, etc. Espero que disfrutéis de mis posts :3

Leave A Reply

Exit mobile version