ALIENS: DARK DESCENT – ANÁLISIS EN PS5

Desde el remoto planeta Lethe os enviamos el análisis de Aliens: Dark Descent para PlayStation 5 con la esperanza de que alguien lo lea y venga a auxiliarnos. Aliens es una franquicia que suele gozar  de bastante mala suerte tanto en el mundo cinematográfico como en el videojueguil, ya que, salvo en contadas ocasiones, los bichos que ahora son propiedad de Disney han protagonizado juegos como Aliens: Colonial Marines o películas como Alien 3, auténticos fiascos cuyo mayor terror eran las horas perdidas «disfrutándolos».

En esta ocasión, y alejándose bastante del género de terror o shooter (géneros que más suele frecuentar), Tindalos Interactive nos ofrece un juego de estrategia en tiempo real que se nutre del universo del xenomorfo más famoso del globo con una serie de ideas que beben del lore del mismo y que pintan bastante bien. Hemos de recalcar que en 2002 se intentó algo parecido con «Alien vs Predator Extinction» para PS2 sin que gozara de mucho éxito.

En el espacio nadie puede oír tus gritos, ¿conseguirá un juego de estrategia hacernos sentir miedo y claustrofobia como lo hizo Alien Isolation en su día?

En 1979, un novato cineasta de nombre Ridley Scott consiguió asustar a toda una generación de espectadores con su film «Alien» (o «Alien el octavo pasajero» que es como se le llamó en España). Esta película gozó de bastante popularidad, pero no fue hasta 1987 cuando James Cameron decidió rescatar el título y, dándole una vuelta de tuerca, asentó las bases del universo Alien tal como lo conocemos gracias a su secuela «Aliens» (o «Aliens: el regreso», que fue el título que recibió aquí). Un peligrosísimo organismo hostil parasitario que se gesta en el interior del cuerpo humano y que tiene ácido como sangre y mucha inteligencia, una malvada corporación sin escrúpulos que lo ansía para uso militar, una heroína con unos principios y una moral sólo a la altura de su instinto de supervivencia… ¡El mito nació!

Ahora, en 2023, Tindalos Entertaintment nos ofrece un título, claramente basado en la obra de James Cameron, en el que controlaremos a un escuadrón de marines que intentan sobrevivir tras colisionar en el planeta Lethe. Todo comienza cuando Maeko Hayes, una trabajadora de la compañía Weyland-Yutani y administradora del planeta Lethe, se encuentra trabajando en una estación orbital alrededor de dicho planeta cuando recibe un extraño contenedor por parte de la compañía y por el cual rompe con varios de los protocolos de seguridad establecidos.

Sobra decir que todos sabemos qué había dentro de dichos contenedores y que, como es habitual, pronto se desata el caos en la nave. Mientras intenta sobrevivir, Maeko se encuentra con un pelotón de marines que la ayudan a escapar. Sin embargo, una serie de acontecimientos hará que la nave militar de los marines, la USS Otago, acabe realizando un aterrizaje de emergencia sobre la superficie de Lethe. Es ahí cuando Maeko empezará a organizar todo en la nave con la intención de que todos sobrevivan y poder escapar lo antes posible de esa pesadilla mientras investiga lo ocurrido en dicho planeta.

Me he saltado algunos detalles que he considerado conveniente no mencionar para poder evitar spoilers, pero el groso de la trama es más o menos ese. De esta forma, y alejándose bastante del género al que los juegos de Alien nos tienen acostumbrados (shooters, terror, etc.), Aliens: Dark Descent nos ofrece un juego de estrategia tridimensional en tiempo real y vista isométrica en el que tendremos que cumplir una serie de misiones en diversas zonas del planeta Lethe para ir avanzando en la campaña, único modo de juego. Para ello haremos las funciones de Maeko Hayes como la líder que comanda un escuadrón compuesto por cuatro marines desde la seguridad del centro de mando y control. Cada uno de los marines contará con sus propias habilidades y debilidades que harán que se diferencien los unos de los otros, de hecho hasta habrá diferentes tipos como son el artillero, el médico o el técnico.

Al tratarse de un juego de estrategia usaremos el mando como si de un ratón se tratara, esto quiere decir que con el analógico izquierdo moveremos un puntero mientras que con el derecho controlaremos la cámara y el zoom. Con el puntero seleccionaremos un punto del mapa y, pulsándolo una vez, haremos que el pelotón se desplace al punto deseado; si por contra hacemos doble click, haremos que corra. Correr tiene sus pros y sus contras, por un lado, y como es evidente, nos desplazaremos más rápido, por otro, ni podremos investigar ni disparar. Para investigar haremos uso del triángulo, con este botón activaremos una linterna que, aparte de iluminar mejor zonas oscuras, nos servirá para resaltar objetos importantes en el escenario como cofres de suministros o coleccionables.

Cuando entremos en contacto con un xenomorfo, aparecerá una línea recta entre nuestro pelotón y el alien que se irá tiznando de rojo. Si se llega a completar roja, el alien nos habrá localizado y se lanzará a por nosotros a atacar. El pelotón comenzará a atacar automáticamente, es conveniente andar en dirección contraria al alien para aumentar la distancia entre ambos y poder hacerle más daño antes de entrar en contacto físico. Si conseguimos evitar el combate será mejor, creedme, los alien tienen una especie de mente colmena y una vez nos han visto envían un aviso al enjambre por lo que empezará a llegar un goteo continuo de aliens, por lo que siempre recomendaremos el sigilo. Además, al entrar en combate el nivel de estrés de los marines se resentirá.

Y es cuando hablaremos del modo sigilo. Con uno de los lados de la cruceta podremos agazaparnos y pasar desapercibidos; si además estamos junto a un objeto nos cubriremos totalmente. Aunque evitemos un encontronazo, haremos que aumente el estrés del marine igualmente (aunque algo menos). Si éste llegara a niveles altos el marine empezará a auto boicotear la misión, entrando en pánico, empezando a poner nervioso a los demás con frases fuera de lugar y subiendo su estrés, etc. Recordemos, como hemos dicho antes, que dicho estrés también aumenta si entramos en conflicto con un enemigo, por lo que muy a menudo tendréis que retiraros en mitad de una misión para descansar y continuarla más adelante. Desgraciadamente son estos elementos lo que hacen el desarrollo del juego muy lento, obligándonos a hacer una misión en hornadas o «cómodas mensualidades».

Estos detalles de estrés hacen que humanicemos a nuestros marines y hasta les cojamos algo de cariño, obligándonos a tener cuidado y que no se nos mueran. Si decidimos volver a la USS Otago, podremos hacer varias acciones entre las cuales está el descansar a nuestros marines e intercambiarlos por otros, pero de esto hablaremos más adelante. Hay que tener en cuenta que si hacemos pasar el día para que descansen el nivel de infestación del planeta aumentará y por ende la densidad de bichos en el mismo, los humanos descansan, ¡los aliens no!

Por lo que podéis averiguar, sí, Aliens: Dark Descent se trata de un juego muy difícil. El juego ya de por si lo advierte antes de comenzar. Yo lo he jugado en normal y me lo ha parecido, y, lamentablemente, no te deja cambiar la dificultad en medio de la partida, un detalle a tener muy presente para las primeras partidas, ya que parece que todo lo que hagamos hace que aumente la dificultad, teniendo una curva muy pronunciada en los primeros compases del juego. Además, no podremos grabar el progreso en cualquier momento, por lo que si morimos en mitad de una misión podríamos llegar a perder más de una hora de juego. Esto unido a la cantidad de información y opciones constantes con las que te bombardea hace que el juego pueda desanimar a más de uno.

No faltarán las típicas incursiones a los nidos

Ahora es cuando hablaremos de las diferentes opciones a la hora de entrar en combate. Comenzando por lo básico diré que las barras de los marines se dividen en salud y armadura, la segunda protege la perdida de salud pudiendo esta última ser recuperada haciendo uso de botiquines. Los marines, al ser dañados, pueden sufrir diferentes tipos de heridas, como puede ser por ejemplo una pierna herida, esto hace que sufran un tipo de penalización, en el caso de pierna herida sería en el desplazamiento o que simplemente no puedan moverse. Las heridas también se curan haciendo uso de botiquines. Los botiquines son valiosos recursos que podremos cargar en nuestro inventario antes de empezar una misión (siempre que tengamos unidades en el almacén) o que iremos encontrando por ahí, habiendo un máximo que podremos cargar.

Cuando entremos en conflicto con un bicho, como ya hemos dicho antes, los marines comenzarán a disparar automáticamente. Cada marine tiene unas estadísticas y valores que lo vuelven único, como por ejemplo el porcentaje de acierto. Generalmente, no es suficiente con disparos normales para abatir a un alien, por lo que ahí entran en juego las habilidades. Entre estas habrá un disparo certero de escopeta (muy efectivo, pero solo a cortas distancias), fuego de supresión (disparos muy rápidos, pero con penalización en el porcentaje de acierto y que sin embargo disminuyen la velocidad del alien), granadas (daño masivo de área que puede llegar a dañarnos), torretas, etcétera. Hay que valorar mucho el entorno, ya que fuego de supresión igual no es muy efectivo en zonas abiertas, pero sí que lo es en pasillo o en zonas con cuello de botella. También podremos sellar las puertas de acceso para organizar encerronas (muy a la película «Aliens»), y cabe añadir que al abrir el árbol de habilidades la acción transcurrirá a cámara lenta, aunque desde opciones podremos cambiarlo a que el tiempo se pare por completo (MUY recomendable).

El uso de las habilidades requiere gastar un punto de mando. Los puntos de mando se van restableciendo progresivamente hasta llegar a un máximo. Otros valores que hay que tener en cuenta al usar habilidades como la escopeta, ya que, y al igual que en las películas, los aliens pueden explotar y hacer daño de ácido. Por supuesto, no podía faltar el famoso radar de la película de James Cameron, que nos indicará en todo momento el movimiento y la situación de cada xenomorfo, aunque a veces nos llevaremos más de un susto (recordemos que el miedo y los sustos son marca de la casa y no es diferente en este Aliens: Dark Descent).

Cuando estemos cansados o abrumados, podremos refugiarnos en la nave militar que usaremos de centro neurálgico de la aventura, la USS Otago. Desde ahí tendremos acceso al taller, el centro médico, el laboratorio, etcétera, donde podremos mejorar nuestros marines, desarrollar nuevas armas, descubrir mejoras entre otras cosas. Para mejorar cada departamento podremos rescatar civiles durante una misión y extraerlos si conseguimos llevarlos sanos y salvos al tanque ARC que es desde donde empezamos y finalizamos cada misión (como frikidato, es curioso que lo llamen ARC cuando en el film de James Cameron se llama tanque APC (Armored Personnel Carrier)).

En conclusión, una zona en la que «relajarnos un rato» y trastear con las recompensas obtenidas en nuestras últimas misiones, así como lamer nuestras heridas con intención de volver con más ganas que nunca a continuar cazando bichos. También es donde veremos la inmensa cantidad de cinemáticas que irán formando la historia de Aliens: Dark Descent

Y llegamos a un tema peliagudo, el entorno gráfico. He de admitir que el juego luce espectacularmente bien mientras jugamos, partículas en suspensión, focos de niebla, etc. Elementos que hacen que nos empapemos bien con una atmosfera muy «Alien» y que estemos en tensión en todo momento. El apartado artístico ha sido cuidado al detalle, y nos sentiremos allí ya sea andando por los pasillos de las instalaciones de Weyland-Yutani o cuando entremos de cabeza en un nido alien (el sonido viscoso de las pisadas dentro de él pone los pelos de punta). El problema llega cuando empieza una cinemática en la que las animaciones faciales de los personajes serán muy agarrotadas y casi inexpresivas, un auténtico patinazo que emborrona el magnífico trabajo anterior y que «corta el rollo» de la aventura.

El apartado sonoro es francamente muy bueno, es inevitable sentir la inspiración del tema «Futile Escape» que el compositor James Horner nos brindó para «Aliens». Cuando entremos en modo combate esta canción comenzará y nos sentiremos como si de nuevo estuviéramos en el planeta nivel 426. Los efectos de sonido serán los acostumbrados en esta franquicia, sonidos de rifle, escopeta, y como no, los característicos sonidos del rifle de pulsos o del radar detectando movimiento y que se va a cercando poco a poco. Por contra, hemos de decir que es un juego en el que se habla mucho, especialmente en escenas de acción y durante la acción, de modo que a veces es imposible leer los subtítulos en español a la par que controlas el entorno, porque sí, el juego ha llegado con el audio únicamente en inglés, una auténtica pena.

Aliens: Dark Descent nos traslada de nuevo al terrorífico universo cinematográfico de James Cameron, esta vez, alejado de la acción y centrándose en estrategia en tiempo real. Hemos de admitir que un juego de estrategia ambientado en este mundo se trata de una excelente idea, y Tindalos Interactive lo ha sabido llevar con éxito. No obstante, hemos de añadir que como juego de estrategia se puede llegar a tiznar muy difícil, cosa que puede llevar a más de uno a abandonarlo en los primeros compases del juego, además de que goza de miles de opciones que pueden llegar a agobiar en un primer momento, seguramente jugando en PC y con ratón y teclado la cosa cambiaría bastante. El motor gráfico in-game es bastante bueno, ya que en la lejanía sentiremos esa sensación de agobio y tensión con que gozan los largometrajes del xenomorfo, no obstante, dejan mucho que desear las animaciones faciales de los primeros planos de los personajes cuando trascurra algo de historia, bastante robóticas y acartonadas. Por lo demás Aliens: Dark Descent se trata de un buen juego de estrategia en el disfrutaremos si somos fans del universo de Alien y nos armamos de bastante paciencia.

Aliens: Dark Descent ya se encuentra disponible tanto en formato físico como digital para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series S/X y PC.