Tras regresar a la infancia y recordar las ganas que teníamos de poder combatir con nuestras criaturas digitales en 3D, nos preparamos con energía para afrontar el torneo que Nintendo España organizó por el lanzamiento del Pokemon Stadium en la biblioteca de juegos clásicos. Recordamos que la única manera de jugar a los títulos de Nintendo 64 es haciéndose con el pack «Nintendo Switch Online + Paquete de expansión».

El Pokemon Stadium ya está disponible en Switch, por lo que si sois de los que le habéis dado a los combates o disfrutado de sus minijuegos (¡oh, sí, minijuegos!), ¡aprovechad!

El cambio de sprites a polígonos, parecen fuegos de artificio

Antes de meternos en la faena, recordemos un poco. Pokemon Stadium llegó en 2000 siguiendo la estela del Snap (2000), pero enfocando su potencia en una de las disciplinas que más acercan a los jugadores: los combates. Trasladando todo el estilo de combate de la primera generación a la hermana mayor, se concebía un juego donde podías seleccionar varios modos en los que te tendrías que enfrentar a distintos entrenadores para alzarte con la copa o avanzar para derrotar al alto mando. Para ello, disponíamos de un sistema de alquiler de criaturas en dos niveles (50 o 100) que podíamos combinar a gusto en equipos de seis, aunque en batalla solo usaríamos tres (normalmente). En aquella época, una de las características más interesantes fue el poder pasar nuestros pokemons de los juegos de Game Boy (Rojo, Azul y Amarillo) para poder utilizarlos en los combates 3D. Esa opción todavía no está activada en Switch, pero pensando en el posible añadido al online de ello…

¿Quién no recuerda el miedo con cada cruz sobre la cabeza?

Pero no solo eran combates (ya fueran solo o en compañía), sino que también añadían un apartado de lo más divertido y en el que muchos pasamos horas y horas enfrentándonos a nuestros amigos: los minijuegos. Esa selección de nueve pruebas que eran (y son) capaces de estresar a niños y adultos.

Había más modos, desde luego, pero esos dejamos que los descubráis solos. Solo nos queda decir que han recibido un aumento de resolución para que gusto de nuestros ojos y que dispone (como en origen) de doblaje al castellano, con posibilidad de generar carcajadas con algunos comentarios. Aunque ahora, sin dudarlo, nos mentalizamos para el torneo.

No todo fue pegarse (en serio)

Aunque todos tuviéramos las ganas de alzarnos con la victoria, había un ambiente distendido al inicio y durante cada enfrentamiento. La elección de los equipos se hizo antes de empezar en completo secretismo, cada uno optando por unas estrategias u otras (aunque algunas opciones repetidas cayeron). Con una selección más o menos equilibrada, comenzaron los combates y fuimos pasando poco a poco en parejas tomando los controles. 

Los momentos previos antes de los combates, eligiendo qué sacamos primero

Sí, aquí tengo que decir que fuera cual fuera el resultado, fue divertido. La sensación de estar en grupo comentando, viviendo cada ataque o resistencia a uno es algo que aporta ese plus al juego. A pesar de ese ambiente, muchos todavía no teníamos interiorizados todos los controles y erramos eligiendo cambios o ataques. Y no solo decidieron los combates: los minijuegos también cobraron protagonismo al permitir regresar de entre los muertos o darte las llaves para la final. Una final disputada, pero que acabó llevándose Sergio Beld (@Beld), compañero de Vidaextra. 

Sin duda, fue una manera más que interesante de recordar las grandes bondades del juego y ampliar las ganas de seguir disfrutando de él. Ahora, con permiso de todos, se podría comenzar a elucubrar con un nuevo título que reúna todas las generaciones. ¡Por soñar!

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De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

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