Tras ponerme los auriculares con música épica y tras fracasar al intentar subir con buen trote unas escaleras empinadas, acudo con la invitación de Warner Bros España para ver su próximo estreno: Creed III (2023). Como ya había hecho su predecesor con la saga que creó el fenómeno, Michael B. Jordan toma la dirección del proyecto al tiempo que vuelve a encarnar al talentoso boxeador Adonis Creed. Esta vez será su pasado, personalizado en la figura de Damian, Jonathan Mayors, el que vendrá a golpearle con fuerza.

¿Será suficiente esta visita para derrotar a Adonis? ¿Impactará Damian con sus palabras o puños? ¿Sobreviviremos sin Sylvester Stallone? 

Cuando un boxeador no tiene nada que perder…

Nos separan cinco años de los acontecimientos de la última película de Creed. Tras numerosas victorias convirtiéndole en un grande, Adonis decide retirarse y vivir una vida más relajada con su familia y dirigiendo el gimnasio donde entrena a nuevas promesas. Esta paz se ve turbada por la aparición de Damian Anderson, un joven que con el que compartió orfanato y que pasó los últimos dieciocho años metido en la cárcel. Con ganas de rehacer su vida y recuperar el ritmo de boxeo que tenía antes de caer entre rejas, pide a Creed que le ayude a encontrar algo. Pero no todo es cómo suena y esos días del pasado regresan para acosar la mente del boxeador, que tendrá que enfrentarse a uno de los peores enemigos: el pasado.

La relación entre Adonis y Tessa avanza, aunque hay problemas
que cada uno necesita ir superando poco a poco

Con este planteamiento se inicia una trama en la que, como muchos conocen, por primera vez prescinde del protagonista que lo inició todo y busca ampliar el abanico de personajes. Si en las anteriores entregas el fondo se sustentaba en momentos que habían ocurrido en la saga principal, en esta ocasión Adonis camina solo y será su propio ser el que lo ponga contra las cuerdas. Aunque presenta una narrativa activa y atrayente, no se aleja mucho de ese patrón de situaciones que venimos viendo en muchas otras películas, pudiendo adelantar desde el propio inicio (o tráiler) cuál será ese final. Aquí, entonces, ya entrará el gusto de cada uno por la historia, aunque se puede decir que esa dualidad formada entre ambos rivales se torna más que interesante, explorando esa zona de grises en los personajes, y explotando al final en ese combate entre el bien y el mal moral.

Aun así, la cinta no se libra de secuencias en las que se podría aportar mucho más. A partir de la mitad, el ritmo acelera para querer llegar a ese enfrentamiento final y no deja poso a algunos momentos que podrían tener más carga, llegando a momentos que, bajo mi punto de vista, son un poco convenientes para la trama. Eso sí, la dirección de Michael B. Jordan sorprende en lo sólido, proponiendo algunas pausas para la narrativa visual, pero que destaca especialmente en los combates, luciendo fragmentos a cámara lenta o a alta definición.

El desarrollo físico para la cinta ha tenido que ser exigente

Por su parte, no se puede negar que el trabajo de todos los intérpretes está más que logrado. Tanto Michael como Jonathan se han puesto muy en forma para aportar esa dosis de realismo al combate. Es por ello que las escenas de entrenamiento se vuelven visualmente más convincentes y espectaculares, aunque la música no acompañe aquí tanto como en entregas anteriores. Majors, además, se enfrenta a un personaje complejo que logra trabajar con soltura y demostrar lo roto que está por dentro.

Además de estos dos personajes, que centran el arco argumental, no podemos olvidarnos de Bianca -Tessa Thompson- y Amara -Mila Davies Kent-, esposa y hija de Adonis y que aportan un poco de costumbrismo dentro de la historia. En todo momento se presentan como lo que ha construido y teme perder de una u otra forma. No son los únicos, pues dentro de esta lucha de valores se encuentra su madre Mary-Anne Creed -Phylicia Rashad-. Tampoco se olvidan de otros personajes de este spin-off como Viktor Drago. 

… Se convierte en alguien peligroso

Como ya avanzamos, la factura técnica de la película está muy cuidada. Desde los pequeños detalles y referencias, hasta los escenarios y combates. No es de extrañar que Michael haya hablado en varias ocasiones de su gusto por las series anime, viendo trasladados aquí varias situaciones que muchos fans podrán trasladar a este género, destacando ese momento silencioso en el combate final. 

El combate que determinará el lugar en el que caerá la brújula moral [patrocinado].

La música, por supuesto, está cargada de temas pegadizo que logran levantar alguna escena, como las entradas de cada uno de los combatientes. Joseph Shirley entrega una composición con bastante personalidad. Aun así, y como opinión personal, la elección para la típica escena de entrenamiento no acabó de estallar.

Conclusión

Aunque se planteaba como otra saga, Creed no había logrado cortar los hilos que la unían a su referente y, hasta esta entrega, no había logrado alcanzar la entidad propia. Lo acertado o errado de la decisión de Sylverter con esta entrega lo dejaré a la opinión de cada uno, aunque se valora especialmente el poder ver cómo el propio personaje de esta saga cobra entidad en sí mismo. No es difícil crear ciertos paralelismos con estructuras pasadas, pero la dimensión se vuelve diferente. Creed III logra que no tengas en la cabeza a Rocky durante gran parte de la obra y eso es una virtud. Con una historia previsible, aunque con un fondo interesante, hace brillar el apartado técnico y visual. Las coreografías con resultonas y creíbles, ejecutadas por dos grandes actores en plena forma.

Creed III llegará a los cines españoles el próximo 3 de marzo de 2023. Si eres de los que disfrutó con cada victoria (ya fuera en el ring o fuera) de esta saga, no dudes en acercarte a verla. 

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De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

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