Hoy os traemos el análisis de Seven Doors para PlayStation 4, ya que SOEDESCO ha lanzado este juego en formato digital para consolas, el cual, ya pudimos disfrutar en su día, allá por junio del 2020 en PC.
Debo añadir, que no había probado este juego hasta ahora y tenía bastante poca información antes de este análisis, y es algo raro viniendo de alguien como yo, que le pirran los juegos de puzles estilo The Room, El Profesor Layton, Inside o el maravilloso Machinarium.
Así que… Veamos qué nos trae Seven Doors y si está a la altura de las expectativas.
Siete (?) puertas
Lo primero que nos encontramos en este juego es simple: un pasillo con una puerta. Bien, la primera puerta no se abrirá hasta que una voz nos cuente qué debemos hacer a partir de ahora. No nos cuenta ninguna historia, no tenemos un por qué estamos allí, sino que sólo se limita a decirnos que debemos pasar a través de siete puertas (¿7?) y llegar hasta al final, «si llegas». Tan sencillo como eso. No hay un transfondo complejo, el desafío es superar las pruebas.
Al pasar la primera puerta, nos encontramos una biblioteca totalmente vacía, primer desafío y ya te sorprende, no porque las estanterías estén vacías, sino porque te proporcionan un arma, cosa que impacta. Aquí es donde deberás empezar a descubrir (porque el juego no te va a dar esa facilidad) cómo hacerte con los controles. Una vez te has hecho con ellos, toca averiguar cómo salir. La manera de hacerlo será siempre la misma para todas y cada una de las salas: encontrar y hacerte con la calavera, la cual, será tu llave para abrir las puertas.
La primera sala no es ningún desafío, simplemente das con la respuesta de manera casi espontánea, pero eso solo es el principio, es el previo a pruebas algo más complejas.
¿Cuándo empieza lo difícil?
Pasamos a la segunda sala donde los acertijos siempre son bienvenidos y más si están frente a la preciosa Afrodita. Una sala que nada se parece a la anterior, aquí reina el desorden. ¿Qué ha pasado? No lo sabremos nunca, simplemente deberemos ser observadores, descifrar los acertijos y coger el objeto correcto entre tanto caos.
Pero la guinda del pastel viene cuando traspasamos a la tercera sala: El Museo de los Hombres sin Alma, y me hago una pregunta, ¿realmente estoy jugando a un juego de puzles? Parece un survival horror y en cualquier momento me va a saltar uno de esos hombres… Aunque hombres, lo que se dice hombres, no parecen, lo primero que piensas al verlos es que han disecado a varios Gollums y a ver cuál de ellos te va saltar primero encima gritando «¡mi tesssoro!»
La verdad es que ha sido una sorpresa ver el macabro espectáculo de Gollums. Lo primero que se te viene a la cabeza al avanzar es que si las miradas mataran, tú ya estarías muerto, y sí, en este juego también puedes morir, y precisamente estos seres te lo harán saber. Pero debo añadir que me parece extraño describir esta sala como un puzle, cuando no es más que un «ensayo y error» hasta que consigues tu calavera y así salir de la habitación.
Todo llega
Aunque las tres primeras salas sorprenden por varios motivos, no suponen realmente un desafío del que debas pararte a pensar, pero eso va a cambiar. Repitiendo un poco el patrón de la segunda sala, nos adentramos en una que está llena de arte. En el centro ya no tenemos a Afrodita ni estará todo por los suelos, pero sí mantendrán los acertijos, que deberemos descifrar observando detenidamente los cuadros de La Galería de los sueños enmarcados.
Y aquí es donde, al fin, vamos a tener que sacar papel y lápiz, pues la única manera de conseguir nuestra llave-calavera es tecleando los 4 números que averiguaremos si somos observadores y no se nos escapa nada de los cuadros allí expuestos.
Será porque me gusta el arte, pero es una gozada poder mirar estos cuadros y encima tener que buscar en ellos la respuesta a los acertijos. Tengo que decir que aquí sí, se me escapó algo y costó un poco más hacerme con la llave, pero también es verdad que los acertijos son más fáciles porque realmente la complejidad está en la propia observación.
La siguiente sala será otro ensayo y error, que si no vas con cuidado y los controles no te fallan, costará un poco pasar. Aunque ya hablaremos de la jugabilidad más adelante, ya que habrá salas donde estos errores te pueden jugar una mala pasada.
De todas formas, ¿el juego no se llamaba Siete Puertas? Ey, aquí me habéis colado una puerta de más, pero os lo perdono porque va sin llave, va. Aunque también hay que decir, que tras pasarte un rato mirando cuadros y comiéndote la cabeza, una sala distinta donde no tienes que pensar mucho se agradece.
Sólo quedan dos
Antes de lo que esperabas te das cuenta de que has llegado a la sala seis y te encuentras de bruces con un faraón y tu ilusión vuelve porque todos sabemos que los egipcios molan y hacían muchas trampas, encerraban momias y tenían jeroglíficos.
Esta sala es un verdadero reto y me encantó. Descifrar una serie de jeroglíficos para descubrir una historia y con ello sacar la respuesta con otros símbolos (que no son tan egipcios hay que decir), es una experiencia desafiante y totalmente satisfactoria. Sólo por esta sala, el juego ya vale la pena.
Mi libreta está llena de símbolos, pero no puedo enseñárosla porque eso sí sería un buen spoiler. Realmente este sí supone un reto digno de los que necesitas de nuevo papel y lápiz, paciencia y el ahorro de energía de la consola desactivado.
Nada puede superar la sala seis, nada excepto una partida de ajedrez al más puro estilo Harry Potter… Vale no, me he pasado, pero sí que hay que jugar al ajedrez, aunque la única pieza que se mueve eres tú y tu astucia.
Si sabes los movimientos básicos del ajedrez, sabrás cómo moverte, pero no te hará falta ver cómo las piezas del enemigo se mueven, porque precisamente lo que tenemos que evitar es eso. De nuevo, podremos morir y tendremos que volver a empezar si eso pasa, así que hoja de cuadrícula en mano y a plantear los movimientos sabiendo cómo se mueven las del enemigo.
En este caso, tuve suerte porque cuando tienes un familiar, como un abuelo por ejemplo, que jugaba diariamente al ajedrez llegando a ser campeón en su época ¡por correspondencia! y el terror en los campeonatos de Cataluña, pues algo se te queda. Aún así, podemos decir que no es una sala fácil y vuelve a ser un reto. Me hubiera gustado ver cómo se movían las piezas, en realidad a cada paso que das esperas y observas a ver si ese sonido que se escucha es porque se están moviendo, pero eso no pasa, y en parte mejor, ya sabemos cómo pueden ser las partidas de ajedrez.
Pero esto no acaba aquí, ¿dónde está la llave? Aquí es donde vuelves a sonreír y piensas «¡me la habéis colado!» La llave no está al final de la partida, así que tendrás que buscarla y eso te da un plus extra a esta sala y la disfrutas un poco más, si cabe.
Y esto se acaba aquí, ¿o no?
Qué va, el final no llega y es lo mejor de todo. La versión de PC del 2020 acababa la partida en la sala siete. No es el caso de este nuevo lanzamiento en consolas, que añade hasta 3 salas secretas, llamadas así porque claro, ya no son siete puertas, sino que serán diez salas en total, ¿no es genial?Pero… Tanta calavera, tanta calavera, me ha dado hambre, así que ¿por qué no jugamos con los muertos? El terror de los daltónicos y de nuestro mando. Habrá que colocar 6 calaveras en unos cuencos, y puede que alguna de ellas salga volando en algún momento, la jugabilidad aquí nos puede jugar una mala pasada, una pena que tras dos años desde su salida al mercado, este nuevo lanzamiento con nuevos puzles, no hayan mimado un poco más ese control o esos pequeños fallos que, por ejemplo en esta sala, pueden sacarte un poco de quicio. Pero no os preocupéis, no es muy difícil en cuanto pillas «la trampa» que te han tendido los desarrolladores.
La sala nueve puede hacerse algo lenta precisamente por esta jugabilidad, en este caso a la hora de correr. Es una sala grande, de la que habrá que ir de un lado a otro varias veces, correr podría ser una opción y más vale ir caminando. La sala de las trampas es una sala perfecta para darse cuenta de la complejidad de este detalle, los movimientos deberán ser milimétricos porque el chico ni corre mucho, ni salta largo. Otro desafío añadido, pero este con la jugabilidad.
La última sala secreta es como poco una buena sala con una ambientación muy cuidada, (¿a quién no le van a gustar unos piratas del siglo XVII?) y aunque no es compleja requiere su tiempo. Como veis en la imagen también es una sala amplia, pero no necesitamos correr (atento porque tiene un trofeo aquí la mar de pertido).
Apartado gráfico y sonoro
No es un triple A, pero no le hace falta, Seven Doors sabe cómo transmitir, no solo por los escenarios que nos presentan, sintiendo la soledad de una sala completamente vacía, o la belleza del arte, el miedo a esas miradas sin alma, o la angustia de intentar pasar desapercibido sólo con la luz de tu mechero, un templo gigantesco y la sensación de estar en una película de The Mummy, aunque en esta sí me hubiera gustado ver más decorados, ya que el desafío transcurre sólo en una zona pequeña, en cambio, la sencillez de la sala del ajedrez, es perfecta, no se necesita nada más, es un ajedrez a escala humana, ¿qué más quieres?
Algunas salas son algo oscuras, pero ahí está la gracia, el juego de sombras y luces toma mucha importancia y crea una atmósfera algo tétrica que está fuera de los típicos juegos de puzles.
La música destaca nada más empezar a jugar, ese piano con sus notas cálidas que llegan a atravesar la pantalla, transmiten lo que ves, melancolía, serenidad, hasta en la sala de los piratas es una música calmada y muy… De piratas. Hay salas que no necesitan banda sonora, el panorama al que te enfrentas no les hace falta ninguna melodía. Hasta la sala del Faraón, ¿eso no es un piano, verdad? Perfecta.
La traducción al castellano es buena, se entiende todo y ningún acertijo se hace raro o confuso, salvo por algún pequeño error a la hora de poner algún nombre propio, (¿era Jack o John Gold?), pero totalmente perdonable, aquí lo que importan son los desafíos. Aunque sí debo añadir un pero, tenía constancia de que este juego había salido en muchos idiomas, incluso en catalán, moría de ganas de jugarlo en catalán, pocas veces se me presenta esta oportunidad y siempre lo pillo con ganas, la experiencia se me hace aún más cercana, y es una pena ver que para consolas no está añadido. Seguro que es por una buena razón, pero ha sido un chasco para mí.
Conclusión Seven Doors
Seven Doors llega a consolas con la inclusión de tres nuevas salas, algo que se traduce en un acierto y una sorpresa agradable. El juego se puede llegar a hacer demasiado corto y gracias a estos tres puzles la cosa cambia. Como habéis visto y resumiendo un poco, Seven Doors peca de tener algunos puzles sencillos que no suponen un reto, combinado con algún que otro destello de brillantez en algunas salas, pero que se ve empañado por unos errores de jugabilidad que ya no deberían estar, sobre todo si tenemos en cuenta que el juego es del 2020 y esto es un port a consolas.
Seven Doors ya está disponible para PlayStation 4, Play Station 5, Xbox One, Xbox Series y Nintendo Switch a desde el 21 de febrero.
Lo mejor
- Han añadido salas nuevas
- Algunos puzles son un verdadero reto
- La atmósfera y la música son una gozada
Lo peor
- Los puzles de ensayo y error restan a la complejidad de otras salas
- Se hace corto
- En alguna ocasión los controles se hacen toscos