Tras tomar varias tilas después de un largo gameplay para que se me calme el pulso, ya puedo escribir y haceros llegar el análisis de Injection Pi23: Ars Regia para PlayStation 5, secuela directa de Injection Pi23: No Name No Number del que ya tuvimos el placer de hablaros el año pasado. De nuevo en esta ocasión, la desarrolladora española Abramelin Games vuelve a presentarnos una terrorífica aventura en la que volveremos a «El entredicho», pueblo español (concretamente de Málaga), donde intentaremos sobrevivir a la par que vamos resolviendo misterios.
En mis sueños veo esa ciudad…»el entredicho»… ¿Quieres que te cuente cómo es? ¡Acompañadnos!
Ars Injection: Un juego «a la española»
Injection Pi23: Ars Regia es el segundo juego español que me toca analizar en este mes (el anterior ha sido Tape: Unveil the Memories), y pese a ello, he de decir que aún me sigo sorprendiendo y alegrando al ver esas pequeñas referencias típicas de nuestras tierras. En esta ocasión, la acción nos traslada a un pueblo real de España, Villanueva de Tapia o «el entredicho» (que es como más comúnmente se le conoce), un pueblo con un peculiar nombre debido a disputas vecinales entre condes y demás historias que datan de 1410.
Tras la breve clase de historia, en Ars Regia volveremos a controlar al mismo protagonista que en la entrega anterior, que para quienes no lo sepan, se trata de un joven asocial cuyo mejor amigo, un perro de nombre Joy, se ha escapado y al que busca desesperadamente. En su periplo se percatará de que la ciudad que habita no es ni remotamente parecida a lo que él recordaba, ahora infestada de diabólicas criaturas, muchas de ellas originarias de creencias españolas/latinas (como es el caso del chupacabras), intentarán acabar con su vida. No obstante, esto no frenará su búsqueda, y es ahí donde el jugador entra en juego.
Ars Regia continua exactamente donde se quedó su predecesor, arrancando en el capítulo IX de esta saga, y que por cierto, adelanto será una trilogía. No obstante, el hecho de que se trate de una secuela directa puede ser un gran hándicap para el jugador que juegue directamente a este título, ya que el juego arrancará sin más, ni un resumen de los acontecimientos pasados, ni un pequeño refresco de la trama. Seguramente, esto se deba a que la historia/lore de esta saga, se presenta de forma muy críptica, fragmentada y desordenada, la cual el jugador alimenta a medida que va encontrando documentos e investigando, creando sus propias teorías y conclusiones, por lo que un resumen destrozaría este sensible equilibro interpretativo. Aún así, he de decir que esta situación la he vivido personalmente (no había jugado previamente a su primera parte la primera vez que jugué Ars Regia), y he de decir que desorienta mucho. Yo, que soy un cotilla de las historias y del lore, me obligué a jugar la primera parte para ponerme en situación. Daré unas pequeñas pinceladas de lo que hay detrás mencionando cultos secretos, bebés secuestrados y rituales oscuros.
Al igual que en su primera parte, nuestro protagonista podrá hacer las acciones típicas de este tipo de juegos: correr, andar agazapado, apuntar, atacar o esquivar (solo si hay arma equipada). Aparte, si tenemos una linterna, podremos activarla o desactivarla a voluntad para iluminar zonas más oscuras. Si echamos a correr, pulsando dos veces el botón de correr haremos un pequeño sprint que hará que nos movamos más deprisa a la par que nuestra barra de estamina se vacíe más rápidamente que si corremos normal (sí gente, el personaje podrá cansarse si se vacía dicha barra quedando indefenso, afortunadamente se regenera bastante rápido). Habrá también un medidor de sonido que nos indicará el ruido que hacemos al movernos, para esto el entorno es muy importante, ya que algunos terrenos generan más ruido al pisar que otros, y algunos enemigos son muy sensibles a los ruidos, pero de esto hablaremos más adelante. en esta ocasión las barras de salud y estamina serán círculos.
Pese a ser continuación directa de su primera parte, Ars Regia comenzará sin ningún tipo de arma, de modo que, inicialmente, nuestras únicas armas serán el sigilo y pasar desapercibido. También he de decir que, al contrario que su primera parte, que juega mucho con el terror psicológico y situaciones de tensión de peligro no real, Ars Regia apuesta más por la acción real y el peligro constante. Ejemplo de ello es que, a apenas un minuto de empezar el juego, ya nos encontraremos con uno de los muchos enemigos de este capítulo IX, que, por cierto, todos son bastante letales, pudiendo morir fácilmente como si de un Dark Souls se tratara. No obstante, no os penséis que esto es un Resident Evil VIII o un juego de acción, no, los recursos escasean y la opción más recomendable será siempre pasar desapercibido.
Porque si algo se deja patente esta segunda parte, es que se ha prestado mucho atención a los enemigos y a las situaciones de acción, algo que queda demostrado con un completo bestiario desde el que podremos ver importante información acerca de los enemigos. Registrar a un enemigo será tan sencillo como tener contacto visual con él durante un tiempo, tiempo en el que veremos cómo una barra con un ojo se va rellenando.
Desde dicho bestiario podremos consultar información importante, desde el daño que hace cada criatura, si atacan a distancia, si son sensibles al ruido, poseen buena vista, son ciegos o incluso si poseen poderes extrasensoriales con los que detectarnos aunque nos escondamos y/o estemos quietos. Esto obliga al usuario a conocer bien a su enemigo para salir airoso de diferentes situaciones. Decir que si un enemigo se nos aproxima demasiado, esto nos genera «estrés añadido» que hace que la estamina se vacíe extremadamente rápido, por lo que mejor es hacer un «¡¡bais, bais, quita bicho!!, ¡¡bais bais!!», y mantener las distancias.
Para facilitar la tarea al jugador, en esta ocasión tendremos un baúl donde guardar las armas (sólo podremos tener dos a la vez en nuestro inventario), linternas u objetos curativos (de estos uno de cada); este baúl es un claro homenaje a los Resident Evil originales. Los objetos los iremos encontrando por el escenario o se los podremos comprar al «afilaor» a cambio de preciados euros; sabremos que está cerca al escuchar su característica melodía que todos hemos escuchado alguna vez en nuestra infancia cuando el afilador pululaba nuestros barrios.
El juego contará con diferentes finales, cuya forma de llegar a ellos será a través de las diferentes tomas de decisiones que habrá en momentos puntuales del juego, lo cual dota al juego de cierta rejugabilidad. Además de los extras ya mencionados si jugamos en modo hardcore tendremos más escenarios, más puzles y cosas que hacer.
Un pueblo llamado «El Entredicho»
Al igual que su predecesor, Injection: Ars Regia es un survival horror en tres dimensiones con corte clásico que nos puede recordar mucho a Silent Hill, ¿qué significa esto? Pues que si nos matan perderemos todo el progreso realizado desde el último punto de guardado. Esto puede ser muy frustrante para los menos hábiles, afortunadamente, el juego presenta una gran cantidad de niveles de dificultad que se adaptan a nuestras habilidades. Aparte de dichos niveles de dificultad, desde opciones habrá varias extras que facilitarán bastante la aventura al jugador, como puntería asistida o resaltar objetos en el escenario, este último, MUY IMPORTANTE, hará que los objetos que se puedan coger destaquen con un destello o que si se puede realizar una acción o coger algo aparezca una mano en la pantalla indicándolo (algo muy útil si no queremos desgastar el botón X a ver si hay algo obtenible por el escenario mientras investigamos).
Una cosa que hay que tener en cuenta es que el modo de dificultad no solo afecta al daño recibido, objetos curativos/munición o a la cantidad de enemigos que nos encontraremos, también afecta a la forma de grabar partida (ilimitado en novato, usando consumibles en normal o de uno solo por punto de guardado para hardcores), a la cantidad de puzles y subescenarios que aparecerán y a la cantidad de documentos/coleccionables que obtendremos, por lo que si queréis enteraros de toda la historia y jugar todos los niveles, tocará jugarlo en hardcore, ¡un auténtico desafío para los más intrépidos! Si por el contrario sois unos loosers como yo y lo jugáis en novato, el protagonista tendrá un «L» de autoescuela en la espalda a modo de humillación (lo veréis en casi todas las capturas que acompañan a este análisis).
Volviendo al entredicho, el juego se desarrolla a lo largo de siete capítulos (del IX al XV) en los que estaremos en un escenario diferente de dicho pueblo en cada uno de ellos, pasando por el mismo pueblo en sí, a unas alcantarillas o a un supermercado. A nivel gráfico, el juego presenta mejoras gráficas con respecto a su predecesor, teniendo mejores animaciones, especialmente al andar/caminar (algo que no apreciaremos si nos decantamos por jugar en primera persona) y un, a mi ver, mejor modelado de los enemigos, ahora bastante más espeluznantes y detallados que en No Name No Number.
Un dato muy interesante y que copia a su predecesor es que el juego nos deja seleccionar una serie de diferentes cámaras de como queremos jugar (y diré que hay una de ellas que tiene trofeo en caso de acabar el juego con ella ^^), cada una con sus pros y sus contras:
- Primera persona.
- Tercera persona con cámara libre, que controlaremos con los sticks.
- Tercera persona con cámara automática, que irá siempre detrás nuestro sin posibilidad de controlarla, presumiblemente la peor de todas, ya que nos jugará muy malas pasadas.
- Fija clásica: Al estilo de los primeros Resident Evil.
- Fija moderna: Al estilo del RE Code Verónica, sin llegar a ser fija del todo nos sigue un poquito, pero es también fija.
Respecto al apartado sonoro, los efectos de sonido cobrarán gran importancia, ya que nos avisarán de enemigos en la zona y, dependiendo de que ruido hagan, nos ayudará a reconocerlos, cosa que, como hemos dicho antes, es muy importante. El apartado musical se limitará a sonidos extraños y alguna que otra partitura de manera muy puntual, jugando con momentos de silencio o notas largas que incentivan el estrés del jugador. Para más colmo, cuando un enemigo esté prácticamente encima nuestro, el Dualsense cobrará protagonismo, emitiendo ruidos de ultratumba que nos pondrán los pelos de punta, un cúmulo de situaciones que nos hará pegar un grito más de una vez.
El Dualsense también hará uso de su micrófono (en PS4 habrá que usar un micrófono aparte) si nos encontramos un círculo de invocación y pronunciamos un conjuro determinado en latín a la par que tenemos su sello correspondiente. Y por si esto no fuera poco, también tendremos que inclinarlo y moverlo para resolver determinados puzles haciendo uso de su giroscopio interno. El juego contará con textos en varios idiomas, entre los que se encuentra el español, además de estar doblado a un perfecto castellano.
Conclusión
Una cosa que hay que dejar clara, es que Injection: Ars Regia no se trata de un triple A arropado por una gran compañía como podría ser The Evil Within, Resident Evil o el más reciente Ghostwire Tokyo, por lo que puede tener un par de asperezas que nos choquen en un primer momento. Pese a ello, Abramelin Games ha sabido crear otro gran título que sin lugar a dudas nos hará pasar muy buenos momentos (o más bien terroríficos). Es un juego con una curva de dificultad inicial muy alta, y con algunos puzles que pueden ser una gran brecha inicial y que nos obligará a prestar mucha atención, a tener muy buena memoria o a tirar de guías en más de una ocasión.
Injection: Ars Regia tiene algunos pequeños fallos que ya arrastraba su primera parte, y otros nuevos para la ocasión. Una cosa muy molesta que tiene es que, cuando conseguimos un objeto, este aparece durante un segundo en la pantalla tapándola un buen rato mientras el juego sigue trascurriendo; puede que dicho así a voz de pronto no parezca molesto, pero imaginad esta situación, hay un objeto necesario para un puzle y un monstruo está justo enfrente de él, la única forma de hacernos con él es agarrarlo y coger las de Villadiego, ¿qué ocurre cuando lo cogemos? Pues o que somos muy diestros a tientas o no vemos a donde estamos yendo y corriendo como gallina sin cabeza. Lo mismo se aplica a cuando estás viendo un enemigo por primera vez y se rellena la barra de «visión» que alimenta el bestiario, la cual. ocupa media pantalla. Nosotros hemos jugado a una beta, y esperamos que todo esto sea solucionado con parches y versiones posteriores. En conclusión, el juego, lejos de ser una obra maestra, está muy bien y deja como resultado final un muy buen sabor de boca, pero que, como acabamos de decir, necesita un par de pulidos finales.
Injection: Ars Regia saldrá al mercado para Playstation 4, PlayStation 5, Xbox Series y PC el próximo 23 de mayo de 2022 exclusivamente, al menos de momento, para el mercado digital.
Lo mejor
- Sin duda alguna, su ambientación sonora y gráfica
- Los puzles
Lo peor
- La excesiva curva de dificultad inicial
- Algunos pequeños bugs