Hoy cogemos el volante para meternos de lleno en el análisis de Gran Turismo 7 en PlayStation 5. Si algo podemos agradecer al 2022, es la cantidad de grandes títulos que nos están dejando durante los primeros meses del año, así que cojamos los guantes, metámonos en el mono y agarremos en el volante para disfrutar de uno de ellos: Gran Turismo 7. Este juego se lanza el mismo año de la celebración del 25 aniversario de la saga, por lo que Polyphony lo ha rodeado con un halo de celebración y, al mismo tiempo, buscando mejorar el mal inicio que tuve el Gran Turismo Sports.
Siendo el primer título intergeneracional de esta saga que comparte publicación entre PlayStation 4 y PlayStation 5, he tenido la posibilidad de jugar al segundo y comprobar de primera mano las posibilidades jugables que presenta en la nueva generación de consolas. Tras ponerlo bajo prueba durante horas y haber quemado más caucho del necesario, ¿ha logrado convencer con su propuesta? ¡Vamos a ello!
Lo primero es lo primero: necesidad de online
Antes de iniciar el análisis no puedo negar lo evidente: Gran Turismo 7 te obliga a tener la consola conectada a internet para poder jugar a él. Esto es algo que, a priori, no debería ser un problema para la mayoría de jugadores, pero siempre existirán casos que no puedan disfrutar por no tener conexión disponible.
Y no lo digo porque las partidas online no estén disponibles, si no que gran parte de la aventura no podrás vivirla sin internet, incluyendo modos individuales como Misiones, Licencias, etc.
Dicho esto, entremos en el juego.
Un «Café» para muy cafeteros
Si algo descubrimos en la introducción de este juego es que aquí se viene a hablar del motor con la misma dedicación que muestra un historiador del arte en un museo. Por muchos es conocida la fascinación que tiene Kazunori Yamauchi (director del juego) por el mundo automovilístico y, en este caso, su didactismo alcanza un buen nivel. Los que consideraban que aquí solo se venía a conducir, van mal encaminados.
Es por ello por lo que, nada más entrar en el mapa del mundo (el lugar donde seleccionarás la actividad a realizar), te pedirán que accedas al Café. Este sitio sirve como punto central para la aventura de un jugador, presentándote a Luca, dueño del espacio, siendo este el personaje encargado de introducirte en las distintas misiones (aquí llamadas «Libro de menús»). Cada una de ellas te irá presentando más matices del juego, siendo esta la única manera de ir desbloqueando los distintos modos de juego, al tiempo que irá ofreciendo información acerca de los distintos coches que habrá que ir consiguiendo en algunas. Será este, junto al garaje, el lugar donde más información acabes recibiendo sobre los automóviles.
Pero no serán los únicos focos que intentarán iluminar nuestra ignorancia. Destaca el museo que hay introducido en la tienda, donde podrás conocer el avance de distintas marcas a lo largo del tiempo, mientras comparas esa evolución con algunos hechos históricos que fueron sucediendo en paralelo. Es un detalle innecesario para el disfrute general y muchos no lo apreciarán, pero aporta y permite redondear el título.
¿Era necesario conocer la historia de Michelin? Puede que no, pero redondea esa vertiente didáctica del título |
Aunque la parte formativa está muy bien incorporada, dando esas pausas necesarias, aquí hemos venido a competir y a poner a prueba nuestra destreza al volante. Comenzaremos desde lo más bajo, con un coche de segunda mano comprado en la respectiva tienda y nos lanzaremos al mundo de las carreras para ir desbloqueando los diferentes circuitos. Aunque de base se nos presentan 34 localizaciones, las modificaciones de las trazadas ascenderán a más de 90 las variantes donde podremos correr. Además de la competición básica que nos plantea el juego, dispondremos de opciones para una carrera más arcade, una opción de aprendizaje o la posibilidad de elegir las opciones que queramos para la carrera (número de vueltas, clima…). La variedad permite que no termines quemándote repitiendo continuamente lo mismo.
Para hacer frente a los conductores más experimentados (todos grandes estrellas del Gran Turismo World Tour), tendremos a nuestro acceso a las ya conocidas Licencias. Aunque en un principio puede resultar sencillo conseguirlas (en bronce), el verdadero reto es alzarse con la puntuación de oro: aquí se agradece la velocidad que aporta el SSD, ya que consigues repetir cada prueba al instante sin esperas. También es interesante la inclusión de las Misiones: pequeños retos donde te plantean una situación que tienes que resolver en un determinado espacio (ya sea adelantar, utilizar rebufos o gastar el mínimo combustible).
Sin duda, las pruebas de las Licencias pueden ayudarte a coger mejor… los trazados |
Aquí tengo que reconocer que eché en falta el modo B-Spec, aparecido por primera vez en el Gran Turismo 4, modo en el que, en vez de conducir, te dedicas a darles órdenes a una IA que lleva el coche por ti. Imagino que esta decisión (que ya se ha comentado que podría llegar posteriormente) tiene mucho que ver con la espera de Sophy, la inteligencia artificial capaz de derrotar a grandes jugadores. La verdad es que espero que resulte prometedor, ya que los conductores enemigos tienen una IA justa que, en varias ocasiones de las partidas que he jugado, impactaron contra mí en el asfalto.
Lo que sí que añadieron ha sido un nuevo modo llamado Rally de música. Un reto que consiste en recorrer el circuito llegando a distintos puntos que amplían el tiempo que tienes disponible para conducir lo más lejos que puedas. Aunque al principio puede parecer algo interesante, queda en una anécdota.
Obsesión llevado al máximo detalle
Como ya he dicho, los verdaderos protagonistas de este juego son los coches. Los más de 400 modelos incluidos (que no dudo que esta cifra crecerá con DLCs) se encuentran bien detallados. Su compra se podrá realizar en los tres concesionarios disponibles en el juego: de segunda mano, el normal y el de coches legendarios (cada uno con sus modelos característicos). En la versión de PS5 que he podido probar, estos vehículos se ven extremadamente bien dentro del modo fidelidad (con ray tracing). Eso sí, esta opción solo está disponible dentro de las repeticiones, del Garaje, del Café o del Scapes (que ya hablaremos de ello después). En los otros modos, la visión de los coches se encuentra bastante cercana a lo visto en el GT Sports, aunque se nota más trabajada la iluminación, los detalles en la pista y los efectos climáticos durante la carrera (sorprende ver la evolución del tiempo, cambiando totalmente el curso de la misma y, en el mayor número de mis partidas, haciéndote derrapar y salirte de la pista). Lo que sí que te sacará un poco de la partida será el nulo sistema de daños existente en el juego, algo que perfectamente puede venir por imposición de las marcas por no ver sus creaciones abolladas
¡Los coches siempre se verán espectaculares! He aquí el modo foto |
Pero no es en lo visual en lo único que ha destacado el juego, la jugabilidad se encuentra a un gran nivel, consiguiendo que cada coche se sienta diferente y tenga detalles en su conducción que sean distintivos. Con unas estadísticas modificables que te permiten adaptarlo a tu método (algo que solo lo más curiosos utilizarán), donde más notarás la posibilidad de mejora será con las modificaciones. La mayoría de ellas las conseguirás en el Tienda, donde, tras una explicación de cada una, podrás acoplarla dentro de tu coche. Aunque al principio contarás con las piezas más básicas, según vayas subiendo de nivel, conseguirás acceder a otras más determinantes. Aquí tengo que reconocer lo diferente que se nota el cambio de neumáticos en la carrera, solo con ello hay carreras en las que mejoras el control del coche.
Pero este cuidado de tu vehículo no acaba ahí. Añadido dentro del mapa principal tenemos el GT Auto, un taller mecánico que permitirá ponerlo a punto teniendo a su disposición herramientas de lavado y personalización del coche. Además, aunque parezca innecesario en un principio, también te permite cambiar el aceite y poner a punto el motor, hecho que consigue darle una nueva vida a tus piezas y tenerlo a punto para ganarle a todos en la pista.
Las piezas también tendrán sus explicaciones, al tiempo que verás la evolución del coche a la derecha. Además, verás las condiciones del vehículo |
Para ello el juego nos ofrece diferentes métodos de conducción: el clásico en el que utilizas los gatillos (o cruceta) o en el que usas el sensor de movimiento del mando para dirigir el coche (aquí tengo que recordar el control de la WII con el Mario Kart). Tengo que admitir que, tras la sorpresa inicial, el gusto por poder trabajar de esta manera es totalmente integradora con la experiencia. Además, el uso de los gatillos adaptativos para el freno o para la aceleración completan el momento. La vibración por su parte, te hará sentir que estás en la pista, agitando diferentes puntos del mando según tomes bien o mal una trazada. Aquí destaca, para mal, el trazado de Tokyo Expressway, donde comienzas a notar un traqueteo a lo largo del circuito que te hace pensar que estás haciendo algo mal, para descubrir a posteriori que son vibraciones ocasionadas por un tren.
En tema de sonido, volveré a comentar la diferenciación que hay entre cada modelo. Recuerdo haber estado utilizando el Ford Mustang GT y cambiar luego a un Tesla Model S y quedarme sorprendido. Esto, sumado al audio 3D, te permiten posicionarte dentro del escenario y sentir vehículo a tu espalda (¿derecha o izquierda?). Aun así, no sé si será problema mío, pero reconozco que en la pantalla de entrega de puntos tras la carrera no paraba de escuchar un sonido metálico extraño.
Lo que sí que funciona es la selección musical que acompaña el juego, con diferentes canciones clásicas actualizadas y otras más modernas que te acompañan durante las carreras y los menús.
La profundidad del modo foto
No puedo negar que este es uno de los grandes atractivos de este juego, pues cada vez más gente utiliza el modo foto para compartir sus capturas en la red. Aparecido ya en el Sports, Scapes es el sistema que utiliza el juego para la realización de fotos. Para este modo se han utilizado más de 2500 localizaciones a lo largo del mundo, permitiendo colocar en ellas un coche a tu elección y personalizar la estampa para que quede lo más atractiva posible. La mención obvia para el análisis es debido al fotorrealismo de cada una de las capturas.
Si me dicen que es una foto real, me lo creería totalmente. |
Es imposible negar también el modo foto durante las carreras, aunque su uso está solo disponible durante las repeticiones de las mismas (algo que podremos ver cada vez al final de cada una).
Compitiendo al máximo nivel
Pero sabemos que tarde o temprano el juego de un jugador acabará completándose o necesitando de más incentivos para la partida. Aquí entra en juego el modo multijugador y online. Desde una partida con un alguien a tu lado con pantalla partida, hasta competición con otras personas a lo largo de internet.
Aunque sin duda, el modo rey online sigue siendo el Sports. Si eras usuario de la anterior entrega, el propio juego tomará los datos y los registrará, actualizándolos y conservándolos. Si eres nuevo, comenzarás en el nivel bajo y tendrás que ir compitiendo para ir subiendo en las posiciones.
Podrás inscribirte en la carrera diaria y competir solo si tienes el coche adecuado. |
Aquí hay que reconocer que el método de juego es muy controlador, penalizando y siendo estricto con la manera en la que conduces, lo que se busca es que la comunidad sea agradable y no se fomenten accidente ni colisiones. ¡Sé responsable!
Conclusión
25 años dan para mucho. La saga que nació en Playstation ha evolucionado mejorando una fórmula que tiene controlada y, pese a las decepciones que pudieron conseguir con algunos títulos, encontraron el equilibrio entre la jugabilidad y la pasión por el motor. Polyphony nos entrega un juego sólido en el que cualquier persona amante de este deporte disfrutará conduciendo los diferentes vehículos incluidos, a la vez que aprende sobre ellos y sobre el mundo que los rodea. En resumen, es un juego para disfrutar la conducción.
La vuelta al modo de un jugador aporta ese contenido que muchos echaron de menos, dejando el competitivo para los verdaderos amantes de la adrenalina. Aun así, sigue pesando la decisión de crear un juego en el que la mayoría de sus modos resulta injugable a menos que tengas conexión a internet. Del mismo modo, el precio de algunos coches resulta demasiado caro y es necesario tener que jugar durante horas para alcanzar los créditos suficientes o, si eres impaciente, pagando microtransacciones para acceder rápidamente a los mejores modelos. Está claro que este modelo de negocio es rentable, pero empaña la evolución y esfuerzo del jugador para completar su colección.
Gran Turismo 7 es un título que aúna todo lo bueno que se ha hecho a largo de estos años y, aunque tiene ciertos fallos, tiene margen de mejora y posibilidad de pulirlo con actualizaciones constantes. El hecho de salir en dos consolas con diferentes potencias, parece que le ha dificultado el convertirse en techo técnico del género, aunque mantiene el nivel.
Gran Turismo 7 ya está disponible en PS4 y PS5.
Lo mejor
– El esfuerzo por ofrecer conocimiento sobre el mundo del motor
– La conducción de los coches es fluida y única para cada uno de ellos
– El uso del mando y los gatillos para la dirección, aceleración y freno
– Los tiempos de carga reducidos
– El clima de las pistas y su variación en la conducción
– El audio 3D y el sonido de los coches
Lo peor
– El nulo sistema de daños
– El modo Rally de música se queda en una anécdota
– Que no podamos disfrutar del ray tracing durante las carreras
– La necesidad de estar siempre online para poder disfrutar de la mayoría de modos
– Las microtransacciones para evitar horas para conseguir los coches más caros