Portada crítica Primavera en Beechwood

Comenzamos el año sentándonos de nuevo en el cine para ver la nueva película de Vértice Cine: Primavera en Beechwood (Mothering Sunday). Con el ojo de la francesa Eva Husson dirigiendo, se nos presenta un drama histórico en tierras británicas, donde la pérdida servirá de hilo conductor para mostrarnos el efecto que puede causar en la vida de las personas que lo padecen. Aun así, hay que recordar que está basada en el libro El domingo de las Madres (2016) de Graham Swift.

Aunque la cinta tuvo su presentación oficial en el Festival de Cannes, esta historia llegará a los cines de España el próximo 18 de febrero de 2022.

Ya sabemos que los ingleses realizan grandes creaciones históricas. ¿Estamos ante un nuevo ejemplo en el terreno fílmico o habrán patinado? Seguid leyendo para saber más.

El pérdida como origen de la creatividad

Antes de nada tengo que explicar un poco el contexto. La historia se desarrolla un 30 de marzo de 1924, tras la I Guerra Mundial (obviamente). Localizándonos en Beechwood, nos adentramos en el que será el Día de la Madre en Reino Unido, siempre posicionado en el cuarto domingo tras el inicio de la Cuaresma. En esta fecha, en las casas bien, se les solía dar el día libre a sus criadas para que fueran a sus hogares y pudieran visitar a sus madres. Una vez ya entendamos esto,  podemos hablar un poco de la historia.

Jane Fairchild -Odessa Young- es la criada de la casa de los Niven -Colin Firth y Olivia Colman-, una de las familias de renombre de Beechwood. Expósita, aprendió a leer y escribir en su orfanato, consiguió el trabajo de criada a una temprana edad, coincidiendo su estancia con la Guerra Mundial. Sus señores perdieron en esa batalla a sus dos hijos. No fueron los únicos que tuvieron la desgracia, sus vecinos, los Sheringham también perdieron dos de sus tres hijos, siendo Paul -Josh O’Connor- el único que les quedó. Aquí comenzamos a ver cómo el tema de la muerte comienza a ser importante, observando cómo los distintos personajes reaccionan ante este mal endémico que sufrió el mundo tras esta guerra.
Jane es la criada de la familia Niven, observando desde allí el comportamiento de las distintas
familias que acuden a sus reuniones.

Ese Día de la Madre se van a juntar ambas familias (junto con los Hobday) para celebrar el matrimonio de Paul con Emma Hobday -Emma D’Arcy-, pero no es oro todo lo que reluce. Jane ha sido liberada de sus obligaciones, pero en vez de tomarse el día libre (por eso de no tener padres), se dirige a la mansión de los Sheringham donde le espera Paul para disfrutar de un último encuentro. En efecto, estos dos personajes estaban teniendo una aventura y ese será el último encuentro que van a vivir. Una despedida llena de pasión y recuerdos.

Descubrimos entonces que esta historia nos la están contando dos Jane mucho mayores localizadas en dos momentos temporales distintos. La más joven de ellas se encuentra lidiando con el recuerdo del pasado para saber cómo lograr transcribirlo al papel, mientras que la otra, ya anciana, ha logrado el éxito con su historia. Nos encontramos en ambos momentos un sentimiento superación personal, de justicia de pensamientos, al tiempo que nos crea una línea de evolución íntima y profesional que la lleva a abandonar su puesto de criada hasta llegar a la posición final. Descubrimos entonces que toda la historia que se nos ha contado no es casual, que todos esos recuerdos que hemos estado viendo nos llevan de la mano al origen de su profesión de escritora
Las escenas de pasión entre Jane y Paul (importantes para la trama) no se centran en lo obsceno,
pues dan paso a momentos de reflexión y pensamientos profundos

Ya era algo que se podía leer en las páginas de Swift, donde el pasado se iba intercalando para crear un relato mucho más completo. Eva es capaz de trasladar esa evolución al séptimo arte, logrando crear ese marco íntimo durante el encuentro de los dos amantes (con una sencillez y una estética sensual cercanas al estilo francés) sin llegar a generar un caos narrativo donde no acabas por entender el por qué de lo que estás viendo en pantalla. Alice Birch, guionista de la cinta, consigue un gran trabajo al trasladar esta historia, pero el ritmo de esta puede llegar a aletargar el proceso y llevarte a desconectar, consiguiendo que puedas llegar a final con dudas sobre el verdadero objetivo de la trama. 

Y es una pena, porque si escarbamos, podemos encontrar multitud de matices que se muestran sutiles a los ojos y oídos de espectador. Aunque toda la película parece transitar por un escenario luminoso, es en lo pequeño cuando detectas la sombra y la tristeza de unos personajes rotos que luchan por seguir adelante. Esta tragedia no llega a estallar hasta ya avanzada la película, cuando la realidad se fractura trazando un camino que guía las acciones hasta el presente.

No se puede evitar el mencionar la gran importancia de las escenas sexuales de la película, rodadas con sensibilidad y evitando enseñar carne por el morbo

Las musas fantasmales de nuestro pasado

Si tenemos en cuenta que gran parte de la acción de la película se centra en el último encuentro de los amantes Jane y Paul, no es de extrañar que estos sean los personajes que más importancia tienen dentro de la obra.
La experiencia desde el futuro, con toda la reflexión de una anciana Jane

Jane es el verdadero centro de la narrativa, revelando muchos detalles de su vida, pero centrándose en ese Día de la Madre. Odessa logra meternos en la historia con una actuación pulcra y medida, donde su paso por las distintas escenas logra mostrar una evolución y un saber estar determinante para su personaje. Sorprende mucho una escena en la que pasea desnuda por la mansión de los Sheringham, solo con su movimiento y sus acciones logra transmitir tanto (y definir tanto a su personaje). Grandísimo trabajo. No podemos olvidar el trabajo de Glenda Jackson, Jane en su edad anciana, que con sus pocas apariciones cierra una evolución de personaje creciente.
Josh logra darle al personaje de Paul matices con su gran actuación

Caso similar es el de Paul, el único hijo que les queda a los Sheringham. Tras un rostro en el que, durante la mayoría del tiempo, habita una gran sonrisa, se esconde una persona rota que ha observado como todo su pasado y presente están rotos. Aun así, mantiene la compostura y continúa adelante. Josh, tras su paso por producciones como The Crowd, ha logrado la experiencia suficiente para firmar un personaje complejo y completo, que necesita poco para expresar lo que oculta tras la máscara.

Alrededor de ellos se encuentran personajes que, aunque puedan parecer secundarios cualquiera, sirven para crear esa atmósfera de tragedia que rodea toda la trama a lo largo de toda la película. Destacan, como no, los señores de Jane, los Niven. Colin Firth encaja perfectamente en el papel que le ha tocado trabajar. Destaca en ese papel de señor más abierto y permisivo con su criada, permitiéndole leer esos libros de su biblioteca personal. Se le nota más contenido que su compañera y mujer, Olivia Colman. Desde un inicio parece más hierática en su actuación, descubriendo a posteriori que ese rictus era obligado por su condición de madre sin hijos.
Son los momentos de esta franja temporal los que comienzas a matizar el verdadero objetivo
de la cinta: el origen de una escritora

De los demás actores, con actuaciones más breves, destacaré a Emma D’Arcy, con pocos minutos en pantalla, pero cumpliendo correctamente. También es llamativa la actuación de Sope Dirisu, que actúa como marido de Jane en el futuro, resultando como un buen condicionante para la evolución y maduración del personaje de su mujer.

Campiñas británicas que nunca cambian

Tras hablar de los personajes, no podemos evitar darle un vista al escenario de la película. Desde que se crean las historias de época británicas hemos podido observar cómo nos han generado en el imaginario una visión de las campiñas en las que se mueven las familias bien. Así es el modo en el que nos muestran este escenario. Aunque no destaca, sí que cumple dando un marco de acción a los personajes. Igual sensación me transmiten los demás escenarios (mansiones, librería, casas…) que, sin destacar, logran una perfección en la dirección de arte que te mete de lleno en la situación.
Las grandes actuaciones se convierten en una constante a lo largo de la obra,
conviviendo en un precioso mundo creado para ellos

Este ambiente británico tan característico se completa con una sencilla y medida música compuesta por Morgan Kibby, compositora conocida por obras como Grand Army o American Horror Stories

Conclusión

¿Y todo esto a qué nos lleva? Envuelta en una historia que, a priori, parece actuar como reclamo y que está basada en ese pasado de 1924, se nos presenta el desarrollo humano de una pasión y un oficio. Todos los personajes sirven para transmitir ese sentimiento de tragedia que envuelve todo ese recuerdo que será narrado por la Jane escritora, contenidos la mayoría de ellos, pero sirviendo al sentir general de la obra. El positivismo con el que está envuelta la obra entronca con esa sensación triste que se deja vislumbrar por debajo de la máscara de rigor. Al final, todo sirve para un mismo objetivo, para demostrar que toda personaje creativa se crea a través de acciones en el pasado. Es cierto que la historia puede llegar a ser interesante, pero puede fallar en su forma. Lo que no se puede negar es el gran trabajo de los actores.

Trailer en inglés

Primavera en Beechwood saldrá en los cines españoles el día 18 de febrero de 2022. Si te gustan las películas de principios de siglo, no dudes en acudir a tu butaca favorita y disfrutar de esta sensual historia. 
Share.

De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

Leave A Reply

Exit mobile version