En las estanterías de nuestras tiendas de cómics y librerías de barrio preferidas hay obras que esperan a ser descubiertas. Te propongo que te acerques al cómic Lo que más me gusta son los monstruos y no te dejes asustar por la apariencia que tiene de obra densa y aburrida porque, como todo buen monstruo, detrás de su horripilante aspecto esconde algo sorprendente…
Lo que más me gusta son los monstruos, de la autora estadounidense Emil Ferris, es una publicación de Fantagraphics que llegó a España en 2018 gracias a la editorial Reservoir Books. Un cómic a color, de tapa blanda, con más de 400 páginas, que ha recibido el reconocimiento del público y de la crítica con innumerables nominaciones y premios y varias reediciones. Pero… ¿Por qué deberías leer este pedazo de cómic?
En sus páginas te aguarda una historia con trazas de novela negra salpicada de terror… monstruos… nazis… asesinatos… misterios… lesbianismo… El aderezo perfecto para una película de serie B ¿verdad? ¡Verdad! No es casual, no. Es intencionado. Toda la obra está repleta de detalles, guiños y referencias al cine de monstruos de la Hammer, y a los cómics de las editoriales EC y Warren, ecos que emergen de un olvidado videoclub, un mugriento cine o de un mercadillo de cómics de segunda mano.
Pero si sabes ir más allá y ver lo que la autora te propone en realidad podrás encontrar una asombrosa y maravillosa historia, casi una epopeya, acerca de la vida, la muerte, el amor y la búsqueda de la identidad.
Lo que más me gusta son los monstruos se ambienta en el convulso aire de revolución social del Chicago de los años 60 y cuenta la historia de una peculiar niña-lobo, Karen Reyes, que emprende una apasionante investigación para esclarecer la misteriosa muerte de su vecina, Anka. Todo apunta a que ha sido un suicidio, pero Karen no se lo traga. Así que calándose el típico sombrero de detective y embozada en una gabardina, la niña comienza a realizar sus pesquisas por todo el vecindario, descubriendo inquietantes y espeluznantes secretos sobre sus vecinos, su familia, la fallecida Anka e incluso sobre ella misma.
Karen Reyes, la niña-lobo que protagoniza el cómic, al más puro estilo Casablanca o El halcón maltés. |
Si todo lo que te he vendido no es suficiente, echa un ojo a la forma en que viene presentado este pedazo de cómic: Un tomo muy voluminoso con el aspecto de ser un bloc de notas. La encuadernación es la que corresponde a una publicación de estas características, recuerdo, con más de 400 páginas, pero en su interior tiene el aspecto de ser, eso, el bloc de notas, el cuaderno escolar, de la protagonista, donde va contando lo que vive. Además, los dibujos están hechos como con el típico bolígrafo de muchos colores (sí, ya sabes, el boli ese en el que siempre intentabas sacar dos colores a la vez).
No soy un experto en cómics, ni en nada, para qué mentir. Pero desde luego, para mí, este cómic merece estar entre los grandes, a la altura de Maus o Watchmen.
Y es que el cómic es a menudo un medio en apariencia sencillo que te ayuda a entrar fácilmente en una narración. Las viñetas y los bocadillos hacen que fluyas por sus páginas, por el curso de la historia, como navegando en una balsa mientras observas y disfrutas del paisaje. Pero eso no sucede aquí. Aquí querrás tirarte de la balsa y sumergirte en las profundas y oscuras aguas del torrente en que te encuentras. Hasta que se te arruguen los dedos. Hasta que notes que te falta el aliento. En este cómic te querrás parar en cada detalle, en cada trazo. Te resistirás a pasar de página hasta tener la seguridad de que no te pierdes nada. Puede que incluso retrocedas de tanto en tanto por si te habías dejado algún pequeño detalle.
Foto de la edición estadounidense. ¿Ves qué maravilla? ¿No te lo había dicho? ¡Como un bloc de notas! |
Una lectura que recomiendo. Mucho. Puede parecer un cómic caro, pero, insisto, dado el volumen de páginas y que es a color, tiene una inmejorable relación calidad-precio.
Además, tras este cómic hay una historia no menos espectacular y asombrosa. Se trata de la primera y hasta la fecha única incursión de la autora, la mencionada Emil Ferris, en el mundo del cómic profesional. Esta artista, diseñadora de juguetes, contrajo el virus del Nilo-Oeste lo que le ocasionó la pérdida del control de sus piernas y de la mano derecha. Recuperándose de la enfermedad, llena de determinación y con una voluntad férrea, como parte de su terapia tanto física como psicológica, emprendió la titánica labor de crear este cómic. No tardó en ver el potencial que tenía y se dedicó a buscar editoriales interesadas en publicarlo. Tras su convalecencia, y con el cómic bajo el brazo, llamó a 50 puertas y obtuvo 50 negativas. Pero entonces, la editorial Fantagraphics mostró interés y el resto… bueno, el resto es historia. Esta historia.
Las aventuras y desventuras de la niña-lobo, Karen Reyes, no acaban en este volumen, ojo ahí. Algún “pero” debía haber. Es una obra de “continuará”. Pero la autora ha prometido brindarnos el desenlace a los misterios que la rodean. Esperemos que sea cierto. Y que sea pronto. Mientras tanto, y pese a eso, no dudéis en disfrutar de este grandioso cómic.