Tras nuestro paso por el FICX en su 59ª edición, hemos podido ver una amplia variedad de películas que nos han conmovido, inquietado e incluso calado en nosotras. En esta ocasión os traemos la crítica sobre una que nos ha parecido especialmente reseñable y con una lectura mucho más profunda de lo que parece a priori.
 
Land of Dreams (2021) es un viaje por los sueños a través de la sociedad y de la política. Con muchos matices y un guion que hacen de este título una apuesta muy arriesgada.
 

Mucho más que un reparto

Shoja Azari y Shirin Neshat dirigen esta apasionante cinta con tintes surrealistas donde se encubre toda una sátira a la política y a la sociedad contemporánea. Para esta ocasión, contamos con un reparto escepcional donde Sheila Vand, en el papel protagonista, brilla por antonomasia. Acompañada de Matt Dillon, ambos llevarán todo el peso del film, sin olvidar el papel de William Moseley.

 
El resto del elenco lo intengran nombres relevantes como Anna Gunn, Isabella Rossellini, Christopher McDonald o Robin Barlett, entre otros. Lo interesante del reparto y del trabajo actoral es que, como espectadores, lograremos inmiscuirnos en el futuro distópico de Land of Dreams y todas las gentes que lo integran, cómo viven y su modo de ver la propia vida y la sociedad.

Por su parte, el guion corre a cargo de Jean-Claude Carrière y Shoja Azari.
 

Campo de sueños

Land of Dreams nos adentra en un futuro distópico donde nada es lo que parece. Con tintes surrealistas y escenas que bien parecen inspiradas en el cine de Luis Buñuel, Azari y Neshat nos irán contando una historia mucho más profunda y liberadora.

Simin (Sheila Vand) es una mujer iraní que trabaja para el censo gubernamental de los Estados Unidos. Su trabajo no es otro que ir recopilando los sueños de las personas, casa por casa. A lo largo de la película iremos viendo como ese trabajo que, a priori, nos puede resultar un tanto «diferente», cobrará muchos matices y nos dejará entrever toda una crítica hacia el sistema, la política y la sociedad desde un punto de vista caricaturesco y satírico.
 

En esta parte, el guion hará las delicias de cualquier espectador, con frases realmente estelares e icónicas, con profundidad y carga emotiva, además de una doble y profunda lectura.
 
Alan (Matt Dillon) es un policía encargado de velar por la seguridad de Simin, quien con aires desgarbados y socarrones, será una pieza clave en todo este entramado. Como espectadores, nos veremos reflejados en muchas de las actitudes de Alan, quien pondrá un toque cómico, fresco y desenfadado a la trama.
 
Mark (William Moseley) es una especie de poeta que se tropieza por casualidad (o no), con Simin y de la que está profundamente enamorado. De manera encontradiza, ambos irán coincidiendo en diferentes escenarios y encuentros.

Los sueños pertenecen a las personas

Todo el guion es una obra de arte donde se encubre toda una crítica al sistema y cómo no, al país de los sueños -Estados Unidos-, la tierra de las oportunidades. Desde el minuto cero iremos viendo cómo vive la sociedad actual y cómo ciertas frases desaguisadas, punzantes e incluso ácidas, no se nos pasarán desapercibidas y rápidamente le encontraremos el doble sentido.
 
Entendamos los matices: que una trabajadora iraní vaya preguntando y recopilando los sueños de los norteamericanos, ya es en sí un doble sentido. Que además, en algún punto de la película, personas procedentes de México hayan dejado de soñar tras haber cruzado la frontera estadounidense… No es para nada un elemento aleatorio del guion.
 
 
Todo ello, si además lo unimos con la visión del poeta Mark y sus diálogos con Simin (en el «mundo de los sueños no hay reglas», por ejemplo), tendremos todos los ingredientes para ir desentramando Land of Dreams y conocer su verdadero significado.
 

Conclusión

Con Land of Dreams, tendremos por delante 113 minutos de frescura y toda una clase de cine para disfrutar. Además del apartado técnico, donde la película luce y nos va llevando a una estética muy particular -la cámara llevará todo el peso de la carga emotiva-, el apartado argumental e interpretativo es donde más brilla este film. Disfrutaremos de un guion muy elaborado, con personajes icónicos y otros simplemente irán pasando con sutileza y caerán en nuestro olvido -aunque eso, también será intencionado-. En Land of Dreams, lo único que se deja al azar es la reacción del público, pero para nada saldremos indiferentes.
 

Estamos ante una road movie en la que disfrutaremos de unos paisajes muy peculiares, de unas conversaciones muy sagaces y donde replantearnos nuestros propios sueños pero, lo que es más, cómo percibimos a la sociedad actual y nuestros valores.
 
 
Land of Dreams está producida por Bon Voyage Films y Palodeon Pictures, distribuida por Beta Cinema
 

 
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De tierras gallegas con un lacón bajo el brazo. La vida frente a la pantalla me entregó unas gafas con las que veo en 8K. Me gustan las cosas bien narradas, sean del formato que sean. Mis estanterías están a rebosar de juegos, libros, miniaturas...

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