Hoy os traemos el
análisis de Bringandine: The Legend of Runersia para PlayStation 4, un juego donde hace mucho tiempo el Dios Rune entregó una piedras mágicas llamadas Bringandines a cada facción que habitaba en Runersia para mantener el equilibrio entre ellas, pero ahora ese equilibrio está a punto de romperse… 

¿Seréis capaces de conquistar Runersia con vuestra facción favorita?

Runersia: un continente que está al borde de la guerra

Runersia… Un continente ocupado por seis facciones diferentes con un único objetivo: conquistarse todas entre ellas para erigirse como la facción más poderosa utilizando los Bringandines, unas piedras mágicas que otorgan grandes poderes a quien los usa. Estas facciones son el Reino Norzaleo, la República de Guimoule, la Tribu Shinobi, el Imperio Sagrado de Gustava, la Teocracia de maná de Saleesia y las Islas Unidas de Mirelva. Cada una con sus propios héroes, intervendrán en una guerra para conquistar a todas las demás y apropiarse de los otros Bringandines. Esta es la premisa que nos propone Bringandine en un juego de estrategia por turnos muy al estilo de Fire Emblem o Valkyria Chronicles.


Un RPG táctico muy profundo

El juego es un RPG táctico por turnos en el que los personajes se mueven por una cuadrícula según su rango de movimiento mientras invocamos criaturas, que nos ayudarán en los combates, y subimos de nivel tanto a los caballeros rúnicos como a estas criaturas. Cada caballero rúnico, que son los protagonistas principales, tiene una clase determinada como por ejemplo clérigo o caballero a secas. Según el nivel que tengan, tendrán diferentes habilidades que podrán ir aprendiendo a medida que vamos evolucionando al personaje. Por otro lado, los monstruos podrán evolucionar al alcanzar ciertas condiciones en otros más poderosos como, por ejemplo, pasar de ser un dragón a secas a uno de hielo.

Estos monstruos son también propios de cada caballero y le acompañarán en cada combate aunque se podrán gestionar mediante varios menús para que podamos llevar en cada momento al que más nos interese.


Al principio de la partida podemos elegir llevar a una de las seis facciones teniendo cada una un número determinado de caballeros rúnicos, bases militares, monstruos y reservas de maná, el cual, se utiliza para formar tu ejército con más o menos monstruos. Esto también hace que tengamos seis historias diferentes para averiguar el destino de Runersia.

Una vez elegida la facción y ya entrando en su jugabilidad, el desarrollo del juego se divide en dos partes. En la primera, gestionamos nuestras fortalezas con nuestros caballeros y monstruos, eligiendo su equipo o sus habilidades, enviándolos a misiones secundarias para que obtengan experiencia, encuentren nuevos monstruos, mejor equipo para nuestro caballero o para atacar a otras bases enemigas.

La segunda parte del desarrollo consiste en la batalla en sí misma en la que el campo de batalla se convierte en una cuadrícula por la que nos moveremos. Este movimiento dependerá del tipo de terreno por el que vamos, ya que no es lo mismo andar por una llanura que por una montaña nevada o un bosque. En los combates influyen las estadísticas de los monstruos y caballeros rúnicos en el alcance de los ataques, el porcentaje de acierto de cada golpe o los puntos de magia que gastamos con cada hechizo. Hablando de estos últimos, pueden ser hechizos de hielo, fuego o sagrado, entre otros, que también tienen su contrapartida haciendo que unos sean más efectivos frente a otros.
 
El sistema de combate, por tanto, es bastante profundo y tiene muchas posibilidades aunque a la larga puede pecar de tener poca variedad y hacerse algo repetitivo. Eso sí, ganar cada batalla siempre es muy satisfactorio, ya que la dificultad está muy bien ajustada.

Unos gráficos correctos

En cuanto a los gráficos, tenemos un juego con un diseño de personajes (caballeros rúnicos y monstruos) muy bueno y que con solo verlos en el campo de batalla sabemos, por ejemplo, de qué tipo son los monstruos o quien es cada uno de los protagonistas.
El único pero que se le puede poner aquí es que cuando hay gran acumulación de contendientes en el combate puede resultar algo caótico distinguir a los que son de nuestro bando o del contrario aunque para suplir este problema podemos pulsar el botón L2 para que el propio juego nos marque a nuestras unidades.


Los escenarios son bastante grandes y muy detallados mostrando ríos, fortalezas o bosques con gran acierto y la cámara se mueve con gran fluidez, sin trompicones a pesar de que estén muy cargados de componentes o unidades.

Las escenas de vídeo son magníficas, con un diseño muy parecido al de juegos como Dragon´s Crown. Además, cuenta con unas ilustraciones hechas a mano preciosas y que nos van narrando la historia de Runersia aunque, eso sí, en perfecto inglés haciendo que sea algo complicado seguirla, ya que es bastante avanzado.

Entre los efectos de los ataques hay de todo: unos más simples y otros, normalmente los más poderosos, que son más llamativos y espectaculares, pero en general mantienen el nivel y dan el pego bastante bien.



Un sonido que nos mete en el juego

La banda sonora ambienta el juego con melodías de corte medieval que recordarán a cualquier título de este tipo y que son más calmadas en las fases de gestión y un poco más movidas en los combates, que es donde muestran toda su fuerza y epicidad, sobre todo cuando participamos en los combates contra jefes. Aún así, no es el apartado más destacable del juego, ya que son poco variadas, pero cumplen con lo necesario para que en cada momento nos metamos aún más en la aventura.

Como ya he mencionado, los textos están en un perfecto inglés y las voces, que están en japonés, muestran una calidad muy buena ambientando a la perfección los combates donde los gritos de ataque o los rugidos de los monstruos son los verdaderos protagonistas.

Las escenas de vídeo también tienen un gran doblaje poniendo énfasis en la diferencia entre cada personaje y entonando a la perfección si están tristes, alegres o simplemente si el que está hablando es un caballero rúnico curtido en mil combates.

Conclusión

Bringandine: The Legend of Runersia es un juego que gustará a los fans de la fantasía medieval o a aquellos que sean fans de los RPGs tácticos como los Fire Emblem. Es un gran juego que da la sensación de que podría haber llegado más lejos si estuviera en nuestro idioma, ya que su nivel de inglés es bastante avanzado pero si se lo perdonas disfrutarás de un juego que, sin destacar especialmente en ninguno de sus apartados, todos en conjunto hacen que merezca la pena por su sistema de juego profundo a la par que accesible y con muchas posibilidades, su estética y la posibilidad de jugar la historia con seis facciones diferentes.

Bringandine: The Legend of Runersia ya está disponible para PS4 Nintendo Switch. Si os gusta el juego y estáis pensando en comprarlo, os dejamos un enlace a Amazon donde poder hacerlo.

Lo mejor

– Poder jugar con seis facciones diferentes en el modo historia
– El sistema de combate es profundo y con muchas posibilidades
– La estética y el diseño de las unidades

Lo peor

– Está completamente en inglés
– Puede hacerse repetitivo a la larga
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Soy Alejandro y entre mis aficiones están los videojuegos a los que juego desde hace más de 25 años. Me gusta cualquier tipo de género aunque mis favoritos son las aventuras gráficas y los survival horror. Fanático de El Señor de los Anillos y del manga y anime especialmente de Bola de Dragón.

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