El pasado 18 de marzo se estrenó -al fin- La Liga de la Justicia de Zack Snyder en HBO Max. Y desde entonces, las especulaciones acerca del futuro cinematográfico de la editorial de cómics estadounidense, no han parado de llover. Diversos son los motivos y las causas de los muchos rumores que, actualmente, están la orden del día en cuanto al tema.

A diferencia de su competidor más directo, Marvel -cuyas películas son distribuidas por la casa del ratón desde 2013-, DC ha tenido a sus espaldas una filmografía llena de luces y sombras. Y, por ende, el éxito no ha terminado de fraguarse de la misma manera que su compañía rival.

Sin lugar a dudas, la  hoja de ruta de DC y las muchas decisiones -acertadas o no- tomadas por la Warner Bros., van a ser el eje principal sobre el que me basaré.
 

Un quiero y no puedo

En el mundo cinematográfico, la crítica no lo es todo. Tenemos un largo historial sobre fracasos estrepitosos en taquilla, que, para sorpresa de muchos, resultaron ser todo un éxito ante la crítica. Sin embargo, en el plano en el que se sitúan el Universo Cinematográfico de Marvel -a partir de ahora MCU– y el Universo Extendido de DC -a partir de ahora DCEU-, hacer números en taquilla parece ser la clave del éxito, muy por encima de la crítica.

DCEU acumula a sus espaldas una buena lista de fracasos. Sí, también Marvel, pero en esta ocasión, las decisiones corporativas han tenido mejor rumbo que las tomadas por Warner Bros. En DCEU han caído bajo la lona tanto superhéroes como actores de buen renombre. Me viene a la mente ahora mismo el caso de Batman & Robin (1997), de Joel Schumacher. Ni George Clooney, Chris O’Donnell, Uma Thurman o Arnold Schwarzenegger pudieron evitar el desastre. O también, la tan innecesaria Superman IV: en busca de la paz (1987), de Sidney J. Furie. Recordemos, ya puestos, otro fracaso sonado como el de Catwoman (2004), de Pitof; o el intento de Linterna Verde (2011), de Martin Campbell.

Resurgir de DCEU y reboots a la vista

Corriendo un tupido velo sobre los anteriores fiascos, si de algo sabe DC es de villanos y antihéroes. Quizás -y esto es una mera opinión personal- los villanos de DC, puede que hayan sido los que han logrado mantener a flote el barco todo este tiempo. Watchmen (2009), de Zack Snyder, V de Vendetta (2005), de James McTeigue o la Trilogía del Caballero Oscuro (2005-2012), de Larry Franco-Christopher Nolan han sabido cómo ingeniárselas para alzarse con el éxito cuando parecía que todo estaba perdido.

Con El hombre de acero (2013), de Zack Snyder, el rumbo de DCEU parecía muy alentador, pero sobre todo prometedor y lleno de esperanza. Batman v Superman: Dawn of Justice (2016), de Zack Snyder también, había sentado las bases de lo que parecía preludiar un cine de superhéroes diferente, innovador y plástico -desde el punto de vista visual-. En este último proyecto, además de Snyder al mando, como director de fotografía tenemos al gran Larry Fong. El tándem entre ambos nos deja fotogramas que parecen recién salidos de una viñeta de cómic. Ambos crean claroscuros e iluminaciones que van cambiando conforme la escena. Algo que le otorga a la película carácter e impronta. Nada que ver con MCU. Tenemos escenas que preludian un barroco cinematográfico. Sin embargo, quizás el error de esta película fue ser tan visionaria.
Y entonces llegó el desastre con su continuación, La Liga de La Justicia de 2017.

El caso de la Liga de la Justicia de Josh Whedon -si me lo permitís, porque esta versión, de Snyder, no tiene ni la esencia-, no es un caso aparte. El cambio de rumbo a falta de finalizar el film -dejemos a un lado el caso personal que estaba atravesando Snyder- no le sentó nada bien al film. El resultado es una obra sin carisma, con personajes planos y chistes cliché. Quizás el peor error de Warner Bros fue imitar el tipo de película que ofrece MCU y no potenciar su propio producto como tal.
Póster promocional de La Liga de la Justicia (2017)

Ese mismo año se estrenaba también Wonder Woman (2017), de Patty Jenkis. Todo un acierto. Éxito en taquillas y una película de superhéroes -superheroína en este caso- a la altura. Y, desde entonces, es uno de los personajes más consolidados de DCEU. Éxito que no han podido volver a emular con su segunda parte, Wonder Woman 1984 (2020), de Patty Jenkis también. Lo único que nos puede ofrecer es un guion vago, personajes poco densos, efectos especiales sacados directamente de 1984 y una trama que no funciona ni como reclamo de los tan nostálgicos años ochenta.
Fotograma de Wonder Woman 1984 (2020)

Por su parte, Aquaman (2018), de James Wan, también había logrado agarrarse a la estela del éxito de la primera película de Wonder Woman. Un título que se deja ver -puramente palomitero- pero que consigue empatizar con el espectador. Lo mismo le ocurrió a Shazam (2019), de David F. Sandberg. He de puntualizar que a mí no me tocó la fibra de ninguna manera. Sin embargo, esta película también se adhiere a la estela de éxito seguida por Aquaman.

No obstante, en tema de villanos, peor suerte corrieron el Escuadrón Suicida (2016), de David Ayer o Aves de Presa (2020), de Cathy Yan. El hecho de acometer una película como el Escuadrón Suicida o su continuación “espiritual”, Aves de Presa, es muy interesante desde el punto de vista del marketing. Sin embargo, elegir el momento es crucial. Y en esta cuestión, punto negativo para Warner Bros. Cuando su nuevo universo de superhéroes aún está por consolidarse, introducir una buena cantidad de nuevos personajes y villanos -sin una base sobre la que asentarse- fue un costoso error cuyo efecto se notó en taquillas.

Pero, si hay un villano al que han sabido abordar a la perfección, ese es sin duda el Joker. Recientemente, su película Joker (2019), de Todd Phillips ha sido uno de los éxitos más sonados tanto de la Warner Bros, como de DCEU. Un total acierto, además de llevarse a casa un par de estatuillas.
Fotograma de Aves de Presa (2020)

La hoja de ruta de DCEU y Warner Bros

Tal como comentábamos al comienzo, el reciente estreno de La Liga de la Justicia de Zack Snyder, ha puesto patas arriba todas las decisiones y el rumbo que ha tomado la Warner Bros respecto a DCEU. La obra de Snyder -ahora sí se puede llamar como tal- ha dejado a Warner Bros y la versión de Josh Whedon «al descubierto» -por no emplear mi más «recatada» retórica-. Ahora mismo, todo el fandom está pidiendo la continuación de Snyder al frente del proyecto y, lo que es más, la continuación de la trama. Para desgracia del fandom, Warner Bros ya había advertido que no sucedería tal cosa en su universo de DCEU.

El motivo del éxito de esta versión es que Snyder ha consolidado, por fin, sus bases sobre el cine de superhéroes. Y ojo, que también tiene sus errores. Pero parece ser que el buen hacer ha eclipsado momentáneamente estos pormenores. 

Este género, un tanto diverso y con muchas opciones, necesitaba una renovación de ideas y planteamientos. Este film ofrece eso y mucho más a lo largo de las casi cuatro horas de duración -que no se hacen para nada eternas, sino todo lo contrario-. En contra de la opinión de muchos, el color, es su sello, su marca y su imagen. Estamos ante una película seria de superhéroes y la dominante del color no puede ser en ningún caso sobresaturada o vívida. Y la iluminación, brillante. Excepcional -y sino, probad a verla en su versión sepia-. Lo cual no deja de ser un logro en unas escenas donde priman los efectos visuales y CGI.

Sin embargo, parece que nada de eso ha llamado la atención de Warner Bros para dar luz verde a su continuación. Y puede que esta sea una de las decisiones más dudosas y cuestionables de la compañía estadounidense.
Fotograma de La Liga de la Justicia (2021)


No obstante, la Warner ha anunciado una serie de futuras películas de DCEU, donde posiblemente pueda estar la salvación de este universo:
 
El Escuadrón Suicida de James Gunn (estreno previsto para el 6 de agosto de 2021).
The Batman de Matt Reeves (estreno previsto para el 4 de marzo de 2022).
Black Adam de Jaume Collet-Serra (estreno previsto el 29 de julio de 2022).
The Flash de Andy Muschietti (estreno previsto para el 4 de noviembre de 2022).
Aquaman 2 de James Wan (estreno previsto para el 16 de diciembre de 2022).
Shazam! Fury of the Gods de David F. Sandberg (estreno previsto para el 2 de junio de 2013).
Wonder Woman 3 (fecha de estreno todavía desconocida).
Batgirl, todavía sin director (fecha de estreno aún desconocida).
Green Lantern Corps (datos de director y estreno aún desconocidos).
Nightwing, Chris Mckay como posible director.
Lobo, posible director Brad Payton.
Superman, se rumorea un reboot con J.J.Abrams al frente como director.
 

¿Tendremos productos cinematográficos a la altura?

Seguramente ésta es la gran pregunta que muchos seguidores y el fandom de DC se hacen. La respuesta favorable no depende únicamente del reparto estelar o el presupuesto con el que pueda contar cada película. El principal ejemplo lo tenemos con la archicitada Liga de la Justicia de Zack Snyder, donde fuimos partícipes de una película total y absolutamente diferente con respecto a su versión anterior de 2017. Quizás aquí se encuentren las claves del éxito de DCEU.
 
Si algo tiene DCEU es un extensísimo universo de personajes, héroes y villanos, dispuestos a lucirse en la gran pantalla y hacernos vibrar con sus desventuras. DC tiene una buena cantera, quizás el problema sea el entrenador.

Warner Bros tiene la oportunidad de dejar huella y reinventar el cine de superhéroes. Si sabe cuidar y potenciar su genuino producto como único, con sus virtudes, abrazado la más absoluta frescura y profundidad de sus personajes, puede que se alcen con el éxito -o, al menos, una buena crítica-.

Aún tendremos que esperar para ver qué porvenir le depara a DCEU-Warner Bros y cruzar los dedos. Y si no, siempre nos quedarán las palomitas para otra ocasión.
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Hedonista del Arte y los placeres visuales. Investigadora sobre artes plásticas, nuevas tendencias y gamer a tiempo completo.

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