Hoy os traemos el análisis de Yupitergrad para Playstation VR. Ser cosmonauta no es nada fácil. Pasar por extenuantes entrenamientos, subir a cohetes espaciales de dudosa fiabilidad, largos meses en ingravidez total… Pero por suerte de todos aquellos que disfrutamos más de nuestro sofá que de un asiento para ir a la estación espacial internacional llega, de la mano de la desarrolladora Gamedust, este simulador de Spiderman espacial que nos llevara más allá de nuestros sueños únicamente con unas PSVR y 2 mandos move.

¿A dónde? ¡A las estrellas!

Komrade listo para la misión

Yupitergrad nos cuenta la historia de un cosmonauta ruso que inicia su entrenamiento en la academia espacial rusa, preparándose para una misión en el planeta Júpiter a bordo de una estación orbital en la que, como buen cliché de juegos espaciales, nada ha funcionado como es debido. Teniendo esta premisa delante, en los primeros compases del tutorial vemos que tenemos delante un juego que nos va a enamorar por su sistema de control, pero también va a ser un dolor de muelas para completar los recorridos sin tener que repetir la misma sección en distintas ocasiones. 


Desde el primer momento contamos con unos guantes espaciales, llamados kosmosticks, que nos permitirán lanzar y enganchar un cable a través de cada uno de ellos y que además serán la base de nuestro movimiento, ya que los usaremos para balancearnos, subir paredes o interactuar con el entorno. A decir verdad las secciones son un puzzle tras otro. 

Con esto me refiero a que tendremos varios tipos de paredes, pero los cables únicamente se acoplarán en las que sean azules. Para las demás deberemos investigar donde podemos engancharnos, calcular si es necesario soltar un poco el cable para tener más balanceo o si por el contrario recogemos cable para ascender más rápido. 

Esto en el tutorial es repetible las veces que necesitemos hasta dar con la tecla, pero cuando estemos con el juego en sí no podremos fallar en cómo pasar una fase, ya que estaremos rodeados de maquinaria que nos matará si nos acercamos, elementos que nos pueden aplastar o fases con tiempo. Por todo esto, es vital saber dónde agarrarnos y cómo. También podremos interactuar con el entorno moviendo secciones, cogiendo y lanzando objetos y activando botones para ver información en los monitores o abrir puertas.


Para completar el juego también contaremos con unos cohetes que nos moverán hacia donde estemos apuntando el mando move, recordándome en este sentido al juego Iron Man VR. Estos cohetes nos servirán para movernos por las cortas zonas de agua, donde el uso de éstos es ilimitado, y también nos ayudará fuera de ella. Lo malo de esto es que fuera del medio líquido estos cohetes serán limitados y tardarán un tiempo en recargarse, por lo que serán una pequeña ayuda para balancearnos o para llegar más arriba, pero con limitaciones.

Viva el combustible ruso

Tras pasar el tutorial, la historia nos lleva, como ya hemos comentado antes, a una estación espacial en Júpiter. En ella los soviéticos están extrayendo un combustible llamado Pekol, para luego ser transportado a la Tierra. Nada más llegar notamos que no funciona como debería, y es la IA que maneja la estación la que nos va indicando, con cierto humor robótico, nuestro cometido dentro de ella. Esto nos lleva a movernos por interminables pasillos para restaurar todos los sistemas de la base, teniendo que hacer uso de todos los elementos aprendidos en el tutorial.


La historia en sí es corta, y siendo diestro, en dos horas y media o tres se puede completar. Pero para nada va a ser así de fácil, sobre todo en los primeros momentos, porque la curva de dificultad es bastante elevada y en muchos de estos pasillos no tendremos margen de error, tendiendo que ser precisos hacia dónde nos movemos o cómo nos balanceamos para no morir. También deberemos mover nuestra cabeza y revisar bien el entorno porque no todos los puntos de anclaje son visibles a simple vista, por lo que deberemos pensar antes de actuar si queremos seguir vivos.


En este sentido el apuntado de los move es vital y muy preciso, permitiendo transmitir una sensación de movimiento al jugador totalmente inmersiva que ayuda a mejorar en el juego. Esto se ve sobre todo en las secciones donde tenemos tiempo, ya que cuando pillemos el truco nos moveremos a toda velocidad y seremos muy precisos en los balanceos. Pero no os preocupéis por hacerlo bien de primeras, ya que el juego cuenta con muchos puntos de control por lo que no perderemos mucho progreso al morir.

También contamos, como un extra que llega para todas las plataformas con la salida del juego en PSVR, de un modo Time Attack en el que debemos completar diferentes pasillos con un contador de tiempo. En dicho modo,  únicamente debemos ser todo lo rápido que podamos y luego compararnos con otros jugadores en la pantalla de tiempos. Recomiendo este modo cuando ya tengamos bastante experiencia en el modo historia, porque si no pasaremos más tiempo muriendo que jugando.

Gráficamente bonito de ver, sonoramente cómico

Gráficamente tenemos un juego estilo cell shading que, con la cámara en primera persona, recuerda un poco a Borderlands. Los diseños están cuidados, sobre todo destacan nuestros kosmosticks y los elementos que componen la estación donde nos encontramos. La distancia de dibujado es enorme, lo que da una sensación de 3D muy bien conseguida con las PSVR, sobresaliendo en este apartado frente a juegos del estilo. 


A nivel sonoro, el ambiente que oímos es correcto, pero las melodías nos arrancan una sonrisa ya que al hacer cualquier acción que pueda ser considerada como “épica”, tendremos sonidos solemnes y patrióticos que nos recuerdan al himno ruso. A destacar junto con esto los textos que podemos leer, llenos de humor y sátira de la propia URSS y que en este caso se agradece no haber traducido ni doblado el juego al castellano y haber mantenido el inglés original, ya que nos perderíamos palabras modificadas o el exagerado acento ruso de nuestro supervisor, que son también clave para hacer el juego en bastante cómico, pero en ocasiones grotesco por la exageración. 

Conclusión

Yupitergrad es un genial juego para PSVR, lleno de humor y referencias a la antigua URSS, divertido de jugar y desafiante como pocos, sin llegar a ser extenuante por fallar el puzzle que busques completar. Logra causar una sensación de realismo sin marearte, con un buen uso de los mandos move y una distancia de dibujado que ayuda a que el 3D destaque. 

Tal vez se echa de menos una duración mayor o una curva de dificultad menor para ser más accesible en los primeros minutos a todo el mundo, pero es un juego para realidad virtual que destaca sobre los demás y que, si tienes una PSVR, es casi obligatorio tenerlo en tu librería de juegos puesto que la diversión está más que asegurada.

Yupitergrad estará disponible en PSVR, Oculus Quest y HTC Vive a partir del 25 de febrero. Si te gusta el juego y estás pensando en comprarlo, os dejamos un enlace a Amazon donde poder hacerlo.

Lo mejor

– Controles muy precisos
– Estilo gráfico genial
– Sistema de movimiento muy conseguido

Lo peor

– Duración algo escasa
– Curva de dificultad elevada
Share.

Informático, seriefilo y gamer de corazón. Me emociona la saga Final Fantasy, me apasiona Dragon Ball y me atrae el mundo del cosplay. A parte de eso, de vez en cuando juego a miles de juegos para Android, leo y escribo, y paso el tiempo que me queda escribiendo análisis y artículos que espero que os entretengan.

Leave A Reply

Exit mobile version