Un 5 de octubre de 2018 se estrenaba el videojuego
Assassin’s Creed: Odyssey, el segundo título con el que la franquicia de Ubisoft “renació” dando un
soplo de aire fresco a la saga tras Assassin’s Creed: Origins.
Con motivo del estreno el último videojuego, Assassin’s Creed: Valhalla, hoy os traemos un reportaje sobre un aspecto mucho más didáctico del anterior título de la franquicia: el arte griego y la arquitectura que se esconden tras Assassin’s Creed: Odyssey.
Un poco de historia para calentar motores
Por su parte, el juego se enmarca en un periodo histórico un tanto convulso
para la Grecia Clásica: la Guerra del Peloponeso (431 – 404 a.
C.). En esta franja histórica, Grecia se encontraba inmersa en una guerra
civil entre la Liga del Peloponeso y la Liga de Delos,
encabezadas respectivamente por Esparta y Atenas, dos de sus
ciudades-estado –polis–. Dentro del periodo conocido como la Guerra
del Peloponeso, el título de Ubisoft se enmarca concretamente en la primera
de las tres etapas que conforman este período bélico: la
Guerra Arquidámica (431 – 421 a. C.).
En medio de todo este conflicto militar, Pericles, el cual gobernaba sobre el territorio ateniense, había mandado construir parte de la Acrópolis de Atenas, pues además de ser uno de los grandes estrategas de Grecia, fomentó en gran medida las artes y la literatura. Este gesto hizo que Atenas pasara a ser conocida como el centro de la sabiduría de toda la Grecia Clásica –recordemos que el símbolo de Atenas es un búho, que en iconografía simboliza la sabiduría–.
Como veremos en el juego, estas partes son muy fieles a la realidad histórica, añadiendo, sin embargo, algunas pequeñas licencias en cuanto a la concepción de los personajes –como el caso de Pericles o Sócrates–, entre otros muchos que estarán presentes a lo largo de la trama.
Una Arquitectura Clásica muy oportuna
Si habéis jugado a Assassin’s Creed: Odyssey, seguramente os habréis dejado impresionar por los escenarios y los
entornos tan cuidados del título. Y sin duda, esta labor de
escenografía es el resultado de un
larguísimo proceso de documentación histórica y arqueológica. El equipo de Ubisoft ha cuidado hasta el más mínimo detalle, extrayendo
ideas de las fuentes clásicas griegas para la decoración de los
edificios y las arquitecturas del juego. Las decoraciones que
encontramos en el interior de las casas y el resto de edificaciones
presentan unos motivos iconográficos muy similares al tipo de
ornamentación característica que solían tener este tipo de
construcciones en la Grecia Clásica. Y es en este aspecto donde se ve
el gran trabajo de documentación que hay tras este título.
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Vista de la Acrópolis desde el Assassin’s Creed: Odyssey |
Por su parte, la Acrópolis es la ubicación más cuidada de todo el
juego y motivos no le sobran. La cuna de la sabiduría en la Antigua Grecia
todavía es uno de los lugares más transitados en la actualidad, de la que
apenas nos queda el esplendor que un día tuvo. Y en este apartado,
Ubisoft trata de devolver el aspecto exuberante a cada uno de los
edificios de la Acrópolis.
La imagen actual que nos llega de los edificios de la Acrópolis dista bastante de cómo hubiesen sido en la época clásica griega. Seguramente, en la imagen que nos viene a la mente, los edificios de la Acrópolis se nos presentarían con la piedra vista, sin color, con las molduras muy deterioradas por el paso del tiempo –en el mejor de los casos–, y poco más. No obstante, debemos saber que las construcciones griegas solían policromarse con colores muy vivos y fuertes –al igual que ocurrió también, con posterioridad, en el mundo romano–. Pensad que, cada vez que abordéis este tipo de construcciones, debéis imaginarlas a todo color. Y en este aspecto, Assassin’s Creed: Odyssey, recrea casi con total exactitud el aspecto que podrían haber tenido los edificios y la arquitectura de la Grecia Clásica.
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Plano de la Acrópolis |
La Acrópolis de Atenas: la cuna de la sabiduría
Atenas es una de las ciudades que mejor recoge esa esencia de la
época dorada de la Grecia Clásica en la que se ubica el contexto del
juego. Las construcciones, los templos y la gran estatua colosal de Atenea
Promacos roban las miradas del jugador tras su primera incursión en Atenas.
Y no es de sorprender, puesto que los edificios emulan de manera casi
nostálgica el esplendor que una vez tuvieron hace muchos siglos atrás.
Tras la ascensión hasta la Acrópolis, el Templo de Atenea Niké –la
más pequeña de las construcciones que nos encontraremos aquí–, la
localizaremos en la parte derecha. Fue construido en torno al año 449 a. C.
para conmemorar la victoria sobre los persas en la
batalla de Salamina. Ictinos y Calícrates, arquitectos
también del Partenón, fueron los encargados de erigir esta construcción.
Inmediatamente después, nos encontraríamos con la gran entrada monumental,
los Propileos. Pericles había iniciado un plan monumental de
construcciones en Atenas, y ésta construcción no podía ser menos. Era el
único y gran acceso de la Acrópolis. Mnesicles fue el arquitecto
encargado de levantar semejante acceso entre los años 437–431 a. C.
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Los Propileos (Izquierda: Assassin’s Creed: Odyssey. Derecha: actualidad) |
Casi en el centro, se localizaba una gran estatua colosal de bronce de
Atenea Promacos. Fue realizada por Fidias, uno de los mayores y
más famosos escultores de la Antigua Grecia y protegido de Pericles. La
estatua, contando con la base, se estima que llegó a medir
15 metros de altura. Su ubicación se encontraba entre el Erecteión y el
Partenón. Se destruyó durante la Cuarta Cruzada, en torno al año 1200
d. C.
El Erecteión, un templo erigido en honor al antiguo rey Erecteio, es
otra de las grandes construcciones que vamos a ponder disfrutar en el
recorrido por la Acrópolis. Se encuentra ubicado en el lado norte de la
colina y posee varios santuarios dedicados, respectivamente, a Atenea,
Poseidón y Zeus. Se construyó en torno a los años 421–406 a. C.
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El Erecteión (Izquierda: Assassin’s Creed: Odyssey. Derecha:
actualidad). |
Finalmente, el Partenón, fue levantado por Ictinos y
Calícrates y, ornamentado por Fidias, en torno a los años
447–432 a. C. Al igual que el resto de construcciones, fue construido con
mármol blanco del Pentélico, una región rica en mármol cuya principal
característica es el predominio del color blanco homogéneo con matices y
brillos dorados a la luz del sol.
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El Partenón (Izquierda: Assassin’s Creed: Odyssey. Derecha: actualidad). |
Modo Discovery Tour
Como habéis podido apreciar, la calidad y el detalle de la
recreación de las ciudades es realmente sorprendente. Y
tan sólo hemos analizado una pequeña parte de la ciudad de Atenas. Lo
realmente excepcional de Assassin’s Creed: Odyssey es que en
cualquier paraje podemos encontrar ruinas antiguas que evocan los
templos micénicos y minoicos, e incluso con pinturas murales y frescos en las
paredes, como era propio. En este aspecto, los temas representados también se
han cuidado hasta el más mínimo detalle, donde la desarrolladora gala nos deja
una pequeña muestra del tipo de pinturas que nos hubiésemos podido encontrar si
nos decidiéramos a pasearnos por los tempos micénicos y minoicos.
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Fresco micénico S. XIII a. C. |
Pero el apartado que resulta muy funcional y útil –teniendo en cuenta la gran
dosis de documentación de todo el equipo de Ubisoft–, es el modo
Discovery Tour que nos ofrece el juego. Aquí podremos elegir
varios recorridos por los que conoceremos detalles y aspectos tanto de la
historia como de la sociedad y el arte griegos. Podremos ir interaccionando y
recorriendo diferentes lugares a la vez que vamos adquiriendo información y
conocimiento de la época. Y, de cara al apartado educativo, en diferentes
niveles de educación, este Discovery Tour tiene mucho que
ofrecer. Además, es posible adquirir y descargar sólo este modo sin tener la
necesidad de comprar todo el juego completo, lo que facilitaría su adquisición
de cara a la enseñanza en las aulas.
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Palacio de Knosos, ca. 2000 a. C. |
En los diferentes niveles educativos, el acercamiento a la cultura a veces
resulta un tanto tedioso–y no porque el temario en sí sea denso y aburrido–,
sino porque quizás la metodología de la que disponemos no logra captar todos
los incentivos para que el estudiante se involucre más en adquirir
conocimientos. Y es aquí donde Assassin’s Creed: Odyssey puede
ser una de las herramientas fundamentales para que el acercamiento a la
cultura sea mucho más dinámico y eficaz. El hecho de poder recorrer las
ciudades y de observar la vida diaria y las costumbres sociales, con pequeñas
dosis y pinceladas de historia, hace que esta interacción entre la cultura y
el «jugador» no se capte como un estudio, si no más bien un divertimento.
Actualmente la cultura y su estudio se encuentran en un periodo de
estancamiento –también la situación actual que tenemos contribuye a ese
«estancamiento»–, por lo que debe reinventarse y adaptarse a las nuevas
tecnologías. Es muy posible que quizás estemos ante una nueva puerta abierta
al acercamiento y el estudio de la cultura y la historia a través de los
videojuegos, algo impensable hace unos años, ahora cada vez más pausible.