Análisis de Fifos Night en PC

Hoy os traigo el análisis de Fifo’s Night para PC, juego creado por la desarrolladora española Lightbox Academy que, por si fuera poco, quedó finalista con este videojuego en los premios PlayStation Talents. Pese a no haber sido lanzado para PlayStation, afortunadamente ha visto la luz a través del popular launcher Steam para PCs.

El juego comienza con nuestro fantasma protagonista despertando de su tumba. Tras un breve tutorial que nos enseñará a saltar, hacer doble salto o atacar haciendo uso de un giro, como si del remolino de Crash Bandicoot se tratara, pronto nos encontraremos con una gran y fantasmagórica mansión en cuyo interior parecen cocerse serios problemas…

Descubriremos que la mansión se llama «Candywood» y que en su interior había tres caramelos mágicos, que mantenían el orden en el mundo fantasma. Desafortunadamente, los caramelos han desaparecido misteriosamente, creando caos y alboroto por doquier. Sin que nadie nos pida ayuda, nuestro silencioso protagonista decide ir en busca de dichos caramelos y restablecer el orden. Con este sencillo argumento da comienzo «Fifo´s Night», un juego de plataformas 3D que nos recordará a clásicos como Spyro The Dragon o Medievil, y que encantará tanto a los fans de este género tan de moda en la época de PSX como a los más pequeños de casa.

Pronto nos daremos cuenta de que el mundo de Candywood, es como una eterna noche de Halloween, en la que hay todo lo que podríamos encontrarnos en una noche de brujas: Calabazas, tumbas, fantasmas, calaveras, candiles…

Por supuesto los enemigos no se quedarán atrás: Arañas, calaveras, libros embrujados, setas venenosas y demás criaturas intentarán mermar nuestra vitalidad y hacer que nuestra misión fracase.

¿Nuestro objetivo? ¡obvio! recuperar los tres caramelos mágicos, a medida que vamos avanzado y nos abrimos paso por la mansión Candywood. Para ello iremos abriendo diferentes puertas haciendo uso de interruptores o descifrando sencillos mini puzles, para así conseguir desbloquear nuevas áreas. En ocasiones hará falta hacer entrega de una cierta cantidad de caramelos para poder abrir determinadas puertas, estos caramelos pueden ser de tres colores o tipos y estarán por todos los escenarios, por ello, para recolectarlos será necesario para llevar nuestra aventura a buen puerto. Aparte de los caramelos, podremos encontrar esporádicamente bolas de energía que recuperen nuestra salud.

La verdad es que el apartado más cuidado que he encontrado en este juego, es el control del protagonista. Los desarrolladores son conscientes de que, para que un juego de plataformas triunfe, se tienen que pulir dos aspectos claves, la cámara y el control a la hora de saltar y moverse. Cuando saltemos, Fifo proyectará una diminuta sombra que nos ayudará a la hora de determinar en qué parte del suelo queremos caer, con lo que ganaremos precisión en los saltos. Por otro lado, Fifo se moverá de forma correcta y suave, sin dar ningún tipo de problema. Respecto a la cámara, no he visto durante la partida que dé alguna mala pasada colocándose en lugares molestos o cobrando vida propia.

Fifo podrá aguantar una serie de determinados golpes antes de perder el conocimiento. No tendremos barra de vida visible, por lo que tendremos que calcular cuándo podría ser ese golpe definitivo que nos haga volver al check point más cercano y perder parte del progreso. Cuando Fifo tenga poca vida ,empezará a parpadear, aumentando la frecuencia de dicho parpadeo cuanto más cerca de la muerte esté (¿un fantasma puede morir?). Personalmente hubiera puesto algún indicador para poder calcular más el momento exacto de nuestra muerte, aunque es cierto que marcos o contadores ensuciarían la experiencia de disfrutar completamente del escenario sin elementos molestos.

En ocasiones, algunos personajes nos ayudarán… ¡O pasarán de nosotros!

Los enemigos tienen una IA muy mermada, pululan por el escenario y al vernos, se abalanzarán sobre nosotros. Generalmente se necesitará de dos o tres golpes para acabar con ellos, lo cual no llega a ser muy complicado, ya que una vez que les acertemos, con seguir el empujón que les hagamos y volver a atacar, les podremos dar por muertos, sin darles oportunidad a contraatacar (vamos, que tardan mucho tiempo en recuperarse y reaccionar), dejándonos una sensación de enemigos torpes y toscos.

Cada zona tendrá un jefe final que nos hará discurrir la manera de darle fin. Para los más veteranos, no será complicado, son dinámicas que hemos visto 1000 veces en juegos similares, pero será ideal para gente que no ha jugado mucho al género o para los más peques de la casa.

El mundo de «Candywood» luce muy bonito, recordándonos la época y los juegos de la generación de PlayStation 2, en cuanto a gráficos se refiere. Colores llamativos, haces de luz, nieblas fantasmagóricas, entre otros elementos, serán lo que predominará en el juego. Los personajes tendrán modelados sencillos, pero el verdadero protagonista del juego son los escenarios en los que nos movemos, que nos harán sentir que estamos en un mundo de simpáticas y a la vez tétricas criaturas de verdad.

La música es correcta. Predomina el piano, que nos trasmitirá melodías traviesas y curiosas, y órganos y notas oscilatorias que trasmitirán una sensación fantasmagórica. Los efectos de sonido no serán muy abundantes, pero tampoco es que haya muchas acciones o situaciones que hagan necesario usar más, eso sí, los pocos que suenan, suenan bien; cajas rompiéndose, Fifo girando, enemigos golpeados, puertas o palancas moviéndose, etc.

«Fifo´s Night» en general tiene una premisa simple, pero que recrea a la perfección lo que pretende, un ambiente bonachón y simpático, utilizando personajes usualmente negativos como arañas, calaveras, o fantasmas, como algo positivo y alegre. Realmente recomiendo el juego para novatos y para los más peques de la casa por su simplicidad y facilidad para dejarse jugar. A nivel audiovisual igual no destaca mucho, pero lo que muestra, lo hace de muy buena gana, estando a la altura de las circunstancias. En general es un juego entretenido que, sin pretensiones de ser más de lo que es, se deja disfrutar en todo instante.