Hoy os traemos el análisis de A Tale Of Paper para PlayStation 4. Este exclusivo de Sony, desarrollado por el estudio catalán Open House Games y, con la colaboración de Playstation Talents, ha recibido el premio al Mejor Juego del Año en 2018, en los Premios Playstation Talents.

Por su aspecto, e incluso sus primeras impresiones, puede que nos recuerde a otros títulos que ya conocemos (Unravel o Little Nightmares, entre otros). Sin embargo, a medida que nos adentramos en la trama y empatizamos con Line, su protagonista, rápidamente nos daremos cuenta de que se trata de un juego único, original y cautivador.

Una aventura en papel

Nos pondremos en la piel de Line, un muñeco origami de papel dispuesto a emprender un asombroso viaje por nuestro mundo. Puede que nos recuerde un tanto a Yarny (Unravel), sin embargo, aquí el elemento protagonista será el papel y no el hilo. Y, lógicamente, la historia será un tanto diferente.
Line, como personaje, tiene mucho que ofrecernos. De primeras, su aspecto ya resulta un tanto entrañable.  Vamos a poder ver el mundo a través de sus ojos y desde su perspectiva de muñeco de papel.

El mundo que nos vamos a encontrar resulta un tanto hostil para un origami y, es aquí donde el estudio catalán nos muestra perfectamente esa fragilidad del papel a través de la delicadeza de las formas y las situaciones que se plantean el en juego. Pero más que un juego, podríamos definir este título como una experiencia, donde la historia se va narrando sin palabras mientras nosotros nos dejamos envolver por la trama.


Jugabilidad sencilla pero efectiva

Estamos ante un juego donde la aventura se va a desarrollar a partir de plataformas y puzzles que debemos que superar para pasar a la siguiente estancia. Además, vamos a encontrarnos con algunos retos o pruebas, que requerirán de nuestro ingenio y, otros, de nuestra pericia con el mando. Para superarlas, vamos a contar con el atractivo de que Line podrá adoptar diferentes formas –una rana, un avión o una pelota de papel–, que le otorgarán ciertas habilidades, cada una de ellas, respectivamente. Éste es sin duda uno de los grandes factores del juego. Guiando a nuestro simpático muñeco de papel a través de los escenarios, podremos aprender previamente estas habilidades de transformación, saltar sobre objetos e incluso portar algunos otros –como llaves–, tan necesarios para pasar a la siguiente sala.

Además, habrá ciertos objetos con los que tengamos algún que otro altercado, como aspiradoras y demás enseres domésticos y «no tan domésticos», que no hacen más que recordarnos la fragilidad del papel.

A pesar de que el juego no ofrece una dificultad excesiva, algunas pantallas o retos tendremos que repetirlos al menos un par de veces. Y quizás éste es un factor determinante a la hora de disfrutar de la trama. El hecho de que, aún teniendo que superar los obstáculos que nos impidan avanzar a la siguiente estancia o desentrañar pequeños retos y puzzles, el juego no deja que perdamos la continuidad de la historia.


Cómo contar una historia

Como ya os comentaba al principio, más que un juego, A Tale Of Paper es toda una experiencia narrativa. El estudio catalán ha cuidado mucho los detalles visuales del juego, pero, además, ha infundido vida a cada uno de los objetos y los escenarios que nos encontraremos. Mientras nos vamos dejando llevar de la mano de Line, la historia se narra sin necesidad de texto o palabras. La trama va, poco a poco, envolviéndonos y dejándonos disfrutarla a partes iguales.

Sin lugar a dudas, el componente visual del juego y cómo se nos muestra el mundo a través de los ojos de Line es uno de los grandes reclamos de este título. Pero sin la banda sonora que nos acompaña a través de la historia, A Tale Of Paper no sería lo mismo. La música va a ser el componente esencial para hacer del juego toda una experiencia para los sentidos. Según cómo vaya avanzando la trama, la música irá acompañando las andanzas de Line,  muy acorde y sincronizada a los acontecimientos que van surgiendo. Habrá momentos en los que disfrutaremos de este título simplemente por la puesta en escena y la música que acompaña a cada uno de los escenarios.

De todos es sabido que existen muchas maneras de contar historias. Y, en este caso, el estudio catalán Open House Games, ha sabido, no sólo contarnos las aventuras de Line, sino también encandilarnos y emocionarnos con ello.


Conclusión

Estamos ante un título que disfrutarás en gran medida, y no sólo por el pequeño intrincado de desafíos ingeniosos y puzzles que presenta el título, si no, sobre todo, por la manera en la que está planteado. A Tale Of Paper nos cuenta la historia de Line, un personaje con el que rápidamente empatizaremos. Y su historia, un tanto bohemia y muy apropiada para un muñeco de papel, se nos presenta de manera sutil y llena de belleza para nuestros sentidos.


La sencillez que presenta el modo de juego –pero realmente efectiva– y su escasa dificultad contribuyen a que nos dejemos llevar por la historia y simplemente la disfrutemos.

Te encantará si te gustan otros títulos como Unravel –en este caso la historia no tiene un componente tan emocional como en el caso de Yarny–, o Little Nightmares –aquí la trama no es tan «oscura», si no mucho más evocadora y bohemia–. Y, además, es un juego para todos los públicos.

Lo mejor

– La ambientación: el apartado audiviosual es excepcional.
– La manera en la que está contada la historia.
– La jugabilidad tan sencilla pero efectiva que nos ofrece.
 

Lo peor

– La duración: entre 3 y 5 horas de juego. Es muy probable que te quedes con ganas de más.
– Quizás la dificultad podría haberse incrementado un poquito más.

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Hedonista del Arte y los placeres visuales. Investigadora sobre artes plásticas, nuevas tendencias y gamer a tiempo completo.

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