Hoy os traigo el análisis de un pack de dos juegos:
Praetorians y Commandos 2 en Xbox One. Ambos títulos han
sido remasterizados en HD por sus desarrolladores originales y están
distribuidos por Kalypso Media.
¿Merecen la pena? Vamos a comprobarlo.
El orden es una virtud
A pesar de que son juegos que vienen juntos, son
totalmente distintos entre sí. Esto me impide hacer un
análisis conjunto y me obliga a diferenciar claramente de qué juego
estoy hablando; por lo que este análisis se divide en dos:
análisis de Praetorians por un lado y análisis de
Commandos 2 por otro.
¡Por el Senado y el pueblo de Roma!
La jugabilidad de este título –lanzado originalmente en
2003– es fiel representación del género de estrategia en tiempo real o
RTS por sus siglas en inglés –Real Time Strategy– con una ambientación
sacada de la época del Imperio romano que sirve como techo para todas las
mecánicas esperables de un título del género. A pesar de que a simple vista
Praetorians es como los Age of Empires o los Total War,
ciertos destellos de originalidad lo hacen destacar –aunque no
siempre de forma positiva– sobre sus hermanos.
La conquista y control de las poblaciones del mapeado es uno de los
aspectos más llamativos de Praetorians, puesto que para hacerse con el
control de una localización es necesario construir una guarnición –una torre
de madera elevada– gracias a la que tendremos el mando del lugar y podremos
reclutar tropas en ese mismo sitio. Ahora bien, la
construcción de edificaciones –como la propia guarnición o las
torres de defensa– y de máquinas de guerra –catapultas,
balistas, arietes, torres de asedio…– solo puede ser acometida por un tipo de unidad.
Si a algún incauto se le ocurre lanzarse a la conquista del mapeado en
cuestión sin esa unidad en concreto, no hay problema. Otros componentes del ejército –especialmente los de combate cuerpo a
cuerpo como los legionarios o los soldados– pueden ser degradados:
pierden su estatus anterior y pasan a ser esa unidad que resulta tan necesaria
pero débil en combate.
Pyro Studios obliga al jugador a decidir: o arrasa con todo a su paso
destruyendo los pueblos –impidiendo que nadie pueda hacer uso de él para
reclutar nuevas tropas– o sacrifica una unidad apta para el combate por otra
significativamente más débil pero con un capacidades realmente versátiles y se
apunta un pueblo más en su lista de conquistas.
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El motor de Praetorians nos permite formar un ejército formidable que hará temblar a nuestros enemigos |
Otro de los puntos llamativos de la jugabilidad son las
unidades de comando. Estas unidades poseen habilidades especiales con
las que apoyan a sus tropas de una forma u otra, pero son inútiles en combate.
Resulta frustrante que la única unidad que permite reclutar tropas sea
incapaz de defenderse a sí misma y que no obedezca a la primera las
instrucciones del jugador cuando le indican que debe retirarse. En más de una ocasión me he visto
obligado a reiniciar la partida debido a que la dichosa unidad ha decidido
quedarse quieta en medio de una batalla campal buscando una excusa para ser
acribillada a espadazos.
Ese es el principal problema con estas unidades especiales: son
–sinceramente– un quiero y no puedo. Es cierto que aporta beneficios varios a
sus tropas, pero su nulo rendimiento en primera línea de combate te obligará a
mantenerlo protegido constantemente y supondrá una preocupación más que una
ayuda.
La variedad de los mapas no es muy extensa, pero están construidos de
forma equilibrada. Además, cuentan con
diversos tipos de terrenos –pantanos, zonas de hierbas altas,
bosques y riachuelos– que no todas las tropas pueden cruzar y que son
perfectos para planificar emboscadas o decidir la forma de asaltar una
posición enemiga desde un lugar seguro
y a cubierto de ataques enemigos. Es una mecánica brillante que –por
desgracia– destiñe y que quizá debería haber sido más relevante y
condicionante a la hora de jugar.
Estos son algunos de los aspectos más llamativos de Praetorians, un título que
–desde luego– podría haber aspirado a más.
Ave, Tribuno
Praetorians nos coloca en los
momentos previos a la formación del Imperio romano, con Julio César
avanzando imparable por las Galias y Germania, destruyendo a los bárbaros del
oeste europeo y asegurando la pervivencia de la –entonces– República romana.
Por consiguiente,
el título ofrece hasta tres facciones con las que el jugador puede
alinearse: los romanos –verdaderos protagonistas del título–, los bárbaros y los
egipcios.
Aquí el título se queda corto.
Tenía la posibilidad de dotar de personalidad a las unidades haciéndolas
verdaderamente diferentes, pero en realidad son el mismo perro con distinto collar. Aunque es
estimulante ver avanzar columnas de legionarios romanos o de piqueros bárbaros
contra los enemigos,
cuando se domina el sistema clásico de debilidades de unidades heredado de
otros juegos del género –caballería débil ante arqueros y piqueros, la infantería en grandes
números sale casi siempre vencedora, los flanqueos con caballería o piqueros
son muy dañinos…– las batallas pierden gran parte del interés estratégico
que podían suscitar.
Veni, vidi, vici
Praetorians ofrece tres modos de juego, dos en local –en los que
los enemigo y demás jugadores son manejados por la CPU– y uno en línea.
El primer modo de juego que no requiere de conexión es la
campaña del título, una serie de veinticuatro misiones basadas en los
movimientos de los ejércitos romanos comandados por el lugarteniente
cesarino Tito Labenio durante las guerras en la Galia. El jugador, haciéndose cargo de la tropa del militar, deberá llevar a cabo
un amplio rango de misiones por todo el
territorio galo, adentrándose en la zona de los bárbaros germanos y los
britanos en el proceso. Las primeras misiones sirven como entrenamiento para los jugadores nuevos o
que no estén habituados al control del juego, mientras que las veinte
restantes sirven para afinar las habilidades del jugador y que conozca un poco
más las particularidades de las facciones y de los diferentes mapeados y
unidades que Praetorians puede ofrecer.
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Los pretorianos son la mejor unidad de combate de la que dispone la facción romana |
El segundo modo de juego fuera de línea es el modo escaramuza, que
permite al jugador escoger el mapa y la dificultad del reto que
enfrentará. El número de jugadores viene
determinado por el mapa: mientras que los mapas más pequeños o
estrechos solo permiten dos jugadores, algunos de los mapas más grandes –con
hasta doce pueblos– permiten la friolera de ocho jugadores al mismo tiempo, lo
que desemboca en increíbles batallas en los cruces de caminos que pueden
llegar a involucrar hasta a tres facciones a la vez.
A pesar de la escasa personalización que tiene este modo escaramuza, es
el modo más adecuado para que el jugador se ponga a prueba a sí mismo y
demuestre si está a la altura del mismísimo Julio César.
El modo de juego online se compone de los
mismos elementos que el modo escaramuza, pero esta vez
nos enfrentaremos a jugadores reales que no nos lo pondrán fácil y
pelearán hasta el último hombre por asegurar su dominio en el mapa
correspondiente.
La música de la tuba anuncia el fin de los enemigos de Roma
La banda sonora de Praetorians es una verdadera maravilla,
puesto que es la gran responsable de que las batallas y los periodos de
tranquilidad en la campaña o en el modo escaramuza sean inmersivos y provoquen
en el jugador una sensación de alerta constante que no resulta agobiante y que
le anima a marchar con columnas de legionarios sobre los enemigos y disfrutar
del combate victorioso.
Ahora entiendo por qué hace diecisiete años, Pyro Studios comercializó la
banda sonora del título por separado. Menudo espectáculo del compositor Mateo Pascual, que
ha compuesto para otros videojuegos –como los de la saga
Commandos–, para películas –como Planet 51– y para tráilers y promociones de películas, series y eventos deportivos de
alto nivel.
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En ocasiones, las unidades pueden colocarse de forma incorrecta sobre el
terreno o superponerse unas con otras |
Los gráficos, no obstante, son una tremenda decepción. Entiendo
que es un juego que nació hace diecisiete años, pero
colocando el subtítulo HD Remaster, espero como mínimo unos gráficos
similares a los del GTA V (2013). No pediré –sería un necio si lo hiciera– unos gráficos próximos a los
de Red Dead Redemption II (2018), puesto que entiendo que no todas las
desarrolladoras tienen el capital financiero, físico ni humano suficiente como
para crear semejante detallismo. Pero
sí que me molesta la falta de mejora que se aprecia en las cinemáticas
y los primeros planos de las secuencias in-game.
Además,
el posicionamiento de la cámara, el zoom in y el zoom out y
la falta de rotación de la cámara dificultan de cuando en cuando la
implementación de una correcta estrategia, pues algunas unidades quedarán ocultas en barreras naturales como bosques o
riscos en más de una ocasión debido a la pobre perspectiva que nos ofrece
Praetorians.
Y no, resaltar y colorear la silueta de esas mismas unidades no es la mejor
de las soluciones. Suerte que están los marcadores de unidad…
Todos los caminos llevan a Roma
Praetorians – HD Remaster no es un mal título. Aunque es
anterior en el tiempo que Rome: Total War (2004), está claro que ha
sido sobrepasado por él, quizá porque desde Creative Assembly supieron darle
continuidad al modelo de juego RTS que ya habían lanzado exitosamente en el
año 2000 –y que a día de hoy es uno de los referentes primarios en el género–.
Praetorians ofrece un juego interesante, y considero que es el
escalón inicial perfecto para quienes están interesados en iniciarse en el
género de la estrategia en tiempo real y conocer sus puntos básicos. Claramente más enfocado en la acción que sus hermanos de quinta, su
adaptación a la consola de sobremesa es buena, y conserva los elementos que lo
hacían imprescindible en 2003.
Pero sintiéndolo mucho,
Praetorians entra en la categoría de los juegos que no deberían
haber sido remasterizados, y reabre el espinoso debate de «la ciencia de la buena remasterización». En el caso de
que mereciera la pena llevar a cabo tal proyecto –descontando la renovación de
los aspectos gráficos–,
se antojaba más que necesario la implementación de algunas mejoras extra, como el arreglo de los tiempos de respuesta de las unidades de comando
–centuriones, jefes y oficiales–, la modernización del sistema de barreras
naturales del mapeado y quizá la corrección de algún que otro error
esporádico.
La ausencia de esa renovación en el contenido y unos gráficos mediocres han
provocado que me pregunte si Praetorians mereció una
remasterización tanto tiempo –diecisiete años (!)– después.
Lo mejor de Praetorians
– La banda sonora es un espectáculo que contribuye a crear el ambiente
perfecto
– El diseño de los mapas es interesante, aunque la poca profundidad del
concepto de barreras naturales lo desluce un poco
Lo peor de Praetorians
– Los gráficos, para ser una remasterización en HD, no parecen haber mejorado
mucho
– Algunos fallos y arcaismos del género –como la posición de la cámara–
deberían haber sido flexibilizados en esta remasterización
Misión: salvar el mundo
Commandos 2 nos coloca al jugador en
uno de los puntos más críticos de la Historia de la Humanidad: la
Segunda Guerra Mundial. En ese contexto tan violento, el título de Pyro
Studios ofrece al jugador una óptica muy diferente, la de un selecto
grupo de personas que lucharon en la sombra contra el monstruo del nazismo.
En línea con los anteriores títulos desarrollados por Pyro Studios,
Commandos 2 es un juego de estrategia. Pero los
componentes estratégicos se aplican aquí de forma diferente, puesto que es una
estrategia basada en el sigilo.
Esa es la mecánica fundamental del título y en torno a la que se
articulan las
doce misiones que el jugador debe completar para decantar la balanza de la
contienda a favor de los Aliados.
Este sigilo hace que
el título sea más próximo a otros títulos de infiltración –como
Metal Gear– con una adición de mecánicas que complementan el eje del título y
lo diferencian del resto de títulos de su casillero. Gracias a todas estas
mejoras y aspectos diferenciales,
la pericia del jugador es puesta a prueba en cada segundo, obligándole
a utilizar la amplia variedad de armas, herramientas, personajes y estrategias
que Commandos 2 exhibe para su público.
Las a priori escasas asignaciones –las dos primeras de de
entrenamiento– son compensadas por la dificultad y por la exigencia que
Commandos 2 impone al jugador para
abrirse paso por escenarios como una base para embarcaciones alemanas, una
isla invadida o la propia Torre Eiffel.
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El posicionamiento de los operadores sobre el terreno es crucial para
asegurar la victoria |
Como he dicho antes,
Commandos 2 sostiene una concepción más cercana a los títulos de
infiltración. Como tal, es imperdonable y no permitirá el más mínimo error,
colocando guardias y soldados en casi todos los rincones esperables para hacer
cada vez más difícil el periplo del equipo militar de élite. Además,
la planificación de todos y cada uno de los movimientos que vayamos a hacer
es importantísima, puesto que la desviación más pequeña puede hacer que nuestro plan fracase.
Para facilitar esta planficación, Commandos 2 pone a disposición del
jugador varias herramientas para asegurar el éxito en su misión.
Una de esas herramientas es un
pintoresco elenco de operadores de élite, cuya combinación es la clave
para avanzar y poder progresar en las misiones. Aunque en ocasiones pareciera
que segmentos de las misiones pueden ser realizadas solo por un personaje;
el título de Pyro Studios anima con sutiles pistas a que el jugador haga
uso de todos los operadores, formando así una sinergia intuitiva
y muy placentera cuando produce resultados positivos. Como es natural,
cada operador está personalizado al extremo. Además de tener nombres
muy pegadizos y resultones, cada soldado especial está capacitado para ciertas
tareas, y a veces estos deben colaborar –empleando un alocado rango de armas y
artilugios– para colocar una trampa o para atravesar de la forma más discreta
posible un nutrido grupo de soldados nazis.
La importancia de los movimientos en Commandos 2 es capital.
Tanto es así que existen tres formas de moverse por el mundo: reptando
por el suelo –esta es la manera más segura, aunque la más lenta, de avanzar
por el mapa–, caminando de pie o corriendo.
Reptar nos vuelve casi invisibles a los enemigos –a menos que entremos
en su campo de visión–, mientras que
caminar nos hace fácilmente detectables y correr nos expone gracias al
ruido
que producen las zancadas de los personajes y que pueden alertar a los
soldados enemigos que se encuentren cerca.
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Las misiones pondrán a prueba nuestra pericia y nuestra paciencia |
La Wehrmacht –el ejército alemán del III Reich– fue la
fuerza militar más temida en la Europa de su época, y se convirtió en una moderna máquina de guerra imparable gracias al rearme
que Alemania llevó a cabo durante la década de los años 30. Como tal,
Commandos 2
recuerda que se debe tener cuidado con quienes forman parte de este
ejército, porque pueden acabar con nuestros héroes de un plumazo especialmente en la
dificultad más alta. Mas no hay lugar para la desesperación, porque
el jugador cuenta con una habilidad imprescindible para avanzar por los
diferentes retos que las misiones nos plantean:
conocer los campos de visión de los enemigos. Esta es una habilidad de
un peso enorme, pues que
permite dar forma a las estrategias de progreso por el mundo y establecer
diversas formas de ataque y superación de los obstáculos –que no siempre serán humanos, pues también estarán en nuestro camino
alambradas o campos de minas–.
Los ojos y oídos de la guerra
El apartado gráfico de Commandos 2 es llamativo, sobre todo su
HUD. La interfaz que presenta al jugador es
fácil de utilizar, intuitiva y expone de forma clara y ordenada
todos los elementos que los personajes tienen en sus inventarios personales
–que se pueden cambiar con otros personajes–. El
sistema de gestión de inventario –como el de
Resident Evil o algunas aventuras gráficas– obliga al jugador a pensar qué objetos necesita realmente, haciendo así que los personajes carguen solo con lo estrictamente
imprescindible.
Incluso los gráficos –que no son nada especial– van más allá
reflejando los esfuerzos y las consecuencias que algunas acciones tienen en
los personajes. Si un personaje carga con un cuerpo de un soldado enemigo, la interfaz
mostrará el esfuerzo que está realizando el operador, y dependiendo del daño
que reciba, tendrá más o menos desgaste y marcas sangrantes en la cara.
La cámara es estática, aunque tiene un
limitado rango de movimiento. Estos límites que causan que,
en contadas ocasiones, los personajes se pierdan y no aparezcan en pantalla.
Para contribuir a la sensación de sinergia que da el trabajo conjunto de los
operadores, la cámara
se puede colocar en cuatro posiciones –norte, sur, este,
oeste– mejorando el conocimiento del entorno que rodea al jugador
y para que este pueda planificar mejor sus estrategias.
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La pantalla de ayuda, lo primero que ve el jugador nada más iniciar la primera misión, está llena de información. |
Los
sonidos de Commandos 2 son la adición correcta a un conjunto
correcto. Añaden el punto justo de epicidad y sentido militar al título,
colocando la guinda a una estructura sólida y que utiliza sus
armas de la mejor manera para tratar de encandilar a su público.
El fin de la guerra
Commandos 2 – HD Remaster es un
título que actúa como una llamada a los nostálgicos, a quienes pasaron
incontables horas jugando a la saga homónima, una llamada que se realiza desde
otras plataformas en un intento por abarcar todos los públicos posibles. La
llegada a las consolas de sobremesa de Commandos 2 es estable,
sólida y correcta; y bien podría marcar el inicio de la transición de la saga a estas
plataformas –sin contar con Commandos Strike Force que ya entró en
PlayStation y Xbox en 2006–.
Lo mejor de Commandos 2
– Sus gráficos son buenos y amigables para el jugador, sin caer en la
violencia gráfica pero mostrando la rudeza de algunas acciones más violentas
– El concepto de sigilo e infiltración encaja perfectamente con la sinergia
que conforma la actuación conjunta de todos los operadores del grupo militar
protagonista
Lo peor de Commandos 2
– La información y elementos emergentes en pantalla puede llegar a resultar,
en ocasiones, agobiante para el jugador acostumbrado a interfaces más
espaciadas
– Algunos errores de los enemigos frustran la experiencia de juego y obligan a
reiniciar la misión
Praetorians & Commandos 2 – HD Remaster está disponible para
PC, PS4 y Xbox One; y pronto lo estará para Nintendo Switch. Si te
gusta el juego y estás pensando en comprarlo, te dejamos un
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