Somewhere over the rainbow
Way up high
And the dreams that you dream of
Once in a lullaby…






¿Quién no conoce esta canción? Poca gente. Aunque la película «El Mago de Oz» sea de 1939, su historia y sobre todo, su banda sonora, han resistido sin caer del todo de la fama. No es para menos, ganó dos Oscar, a la mejor canción y mejor banda sonora, y la UNESCO catalogó la película como patrimonio histórico de la humanidad, incluyéndola en el programa Memoria del Mundo. Aun así, es una película de culto, ya que a nivel recaudación fue un auténtico fracaso.

¿Y por qué hago esta introducción de El Mago de Oz? Porque vamos a hablar de otra de sus joyas: la actriz Judy Garland, de quien se ha rodado un biopic protagonizado por Renée Zellweger y no hemos podido resistirnos a verlo. Éstas son nuestras impresiones:


Judy: de niña prodigio a icono gay

Frances Ethel Gumm nació en Michigan en el año 1922. Su madre, Ethel Gumm se dedicó a promocionar a su hija junto con sus hermanas, en un trío musical llamado «The Gumm Sisters». Sus hermanas se casaron una vez se hicieron mayores, pero Frances firmó un contrato con la Metro Goldwyn Mayer cuando contaba con tan solo 17 años y pasó a llamarse Judy Garland.

Se cuenta que hay dos hechos que marcaron a Judy en esta época:
  • 1) Su padre era un homosexual que vivía escondido tras la fachada del matrimonio. Al tomar fuerza los rumores de su condición, se mudaron al estado de California.
  • 2) Ethel Gumm tenía especial dedicación porque sus hijas triunfasen como artistas y las drogaba porque tenía que lograr que salieran adelante (según la biografía «Get Happy»).

Ser una niña prodigio proporcionaba fama y con ella, una cortina que ocultaba la dureza de Hollywood. Judy trabajaba largas jornadas, no era lo suficientemente atractiva para los ejecutivos de la Metro y la criticaban constantemente por ello, hasta el punto en que debía tomar drogas para controlar su peso. Pero sobre todo, Judy no era dueña de su propia vida y tuvo que sobrevivir y volver a levantarse muchas veces.

¿Es esto lo que vamos a ver en la película «Judy»? No. La historia relata los últimos años de vida de la intérprete. Desde un momento en el que, defenestrada artísticamente, intenta sacar adelante a sus dos hijos (su hija mayor, Liza Minnelli ya es independiente) a base de bolos de una noche mal pagados y haciendo que sus propios hijos actúen en el show.

El regreso de otra atormentada de Hollywood: Renée Zellweger

Como no quiero contar más de la trama porque no hay que hacer spoiler aunque todos sepamos buscar en Google cómo termina Judy Garland, paso a hablar de la actriz del papel protagonista, Renée Zellweger.

Renée llevaba un tiempo desaparecida desde que mucha gente pusiera el grito en el cielo cuando se hizo unos retoques de cirugía estética. El impacto de su intervención fue tal entre el público, que la actriz se vio muy afectada y cayó en depresión. No podía entender por qué nadie daba mérito a su subida de peso para interpretar «El Diario de Bridget Jones» y sin embargo su intervención estética, que era un cambio por decisión personal y no por trabajo, llegaba a ser tan trascendente en crítica.

Con los 50 años cumplidos, regresó de la mano de Netflix en la serie Dilema y desea conseguir el Oscar con la película «Judy». Ambas actrices, Judy y Renée, comparten muchas cosas. Aunque sea en tiempos diferentes, han vivido bajo el yugo de tener que tener un físico que apruebe en Hollywood. Se les ha criticado por querer hacer su propia vida y las dos han tenido que volver a levantarse tras caídas muy duras.



Tal vez sea por todas estas experiencias en común que se puede observar a Renée interpretando como pez en el agua a Judy. Sus gestos, sus silencios, su mirada hacia la nada, su pensamiento interior… me ha costado ver a Renée (ella, como persona) en algún momento, porque hasta la caracterización te aleja de la actriz dejándote al lado del personaje.

Ya había visto a Renée cantar y bailar, reír y llorar, pero nunca como en esta película. Sobre todo me voy a quedar con esas escenas en que, en silencio, es capaz de transmitir un estado de ánimo tan intenso como una ola rompiéndose en las rocas de un acantilado.

Over the rainbow

«Judy» no solo muestra los últimos años de vida de Frances Ethel Gumm. También enseña cómo un ser humano sobrelleva no poder ser fiel a sí mismo. Cómo una vez que se ha llegado a la cima, si caes, no es sencillo volver a escalar, más que nada porque ni te ofrecerán herramientas y probablemente, hasta te pongan trabas. Por qué la comunidad LGTBI+ encontraba en ella un símbolo de fuerza. 

Por qué Judy no tuvo muchos momentos de felicidad a lo largo de su vida.

Si bien esta película es candidata a sacar la lagrimilla del espectador, también sonsacará su sonrisa mientras disfruta de las canciones míticas que cantaba Judy, de la admiración de algunas personas del entorno que le procesaban y cómo no, de la puesta en escena de las actuaciones musicales.

Si te gusta el cine, los entresijos de Hollywood, empatizar y el drama, disfrutarás, a la par que sufrirás, este biopic de Judy Garland que lleva su nombre artístico: Judy.

Aplausos. 


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