Es hora de analizar otro juego indie de estos que no pasan desapercibidos. De la mano de Twin Motion nos llega Dead Cells, un curioso juego de plataformas 2D con toques de otros títulos que nos parece muy interesante.


Algunos días atrás (y es que nosotr@s también nos cogemos vacaciones de vez en cuando), desde Twin Motion nos facilitaron una copia de Dead Cells para que lo probáramos y viéramos que tal, y desde entonces no he podido parar de jugar. Dead Cells es un juego que ha estado en early access en Steam durante un tiempo, pero como PC no es mi plataforma principal y no suelo jugar juegos early access, me había pasado desapercibido. Un pequeño vistazo al tráiler hizo que instantáneamente me enganchara y es que Dead Cells es un título único que te atrapa a la primera de cambio.

Imaginaos un juego de plataformas 2D, que aunque no tiene unos gráficos 4K HDR con iluminación avanzada y todas esas cosas, tiene un estilo Pixel Art con mucho encanto, un toque de dificultad al estilo Dark Souls, una mecánica principal al más puro estilo Metroidvania y generación procedural de los mapas donde en cada partida el escenario será distinto al anterior.


En Dead Cells comenzamos como una especie de babosa verde, que se arrastra por un calabozo y se introduce dentro de un cuerpo que acaba constituyendo nuestro personaje. A partir de ahí, comenzamos un viaje al estilo Metroid donde tendremos que buscar el camino para poder acceder a las siguientes zonas, siempre con secretos escondidos por el camino, variedad de enemigos que van siendo cada vez más difíciles y zonas que inicialmente no podremos alcanzar hasta que desbloqueemos poderes como romper el suelo, teletransportarnos en unas estatuas o trepar por las paredes.

EN DEAD CELLS MORIREMOS MUCHAS VECES


Inicialmente tendremos muy pocos objetos a nuestra disposición, pero conforme progresamos en el juego iremos desbloqueando la posibilidad de encontrarnos objetos más poderosos, al estilo de lo que ocurre en juegos Roguelike como The Binding of Isaac. La clave de Dead Cells es que vamos a morir sí o sí, y vamos a morir mucho. Los enemigos irán dejando atrás unas células azules que serán nuestra moneda de cambio principal para desbloquear objetos y mejoras permanentes que persistirán aunque muramos, pero como ya sabíamos de Dark Souls, si morimos perderemos todas las que llevemos encima sin opción de poder recuperarlas.


Con este sistema, Dead Cells se asegura tener ese punto de dificultad que hace que progresar en el juego sea muy gratificante a la vez que frustrante en ocasiones, pero te mantiene enganchado porque rara vez no sacas algo en claro por pequeño que sea.

Para mejorar nuestro personaje en cada partida, encontraremos unos pergaminos que nos permitirán elegir entre las mejoras rojas de brutalidad que afectan al cuerpo a cuerpo, las moradas de tácticas con las que nuestros arcos y trampas harán más daño, y las verdes de vitalidad que aumentarán nuestra vida y regeneración. Todas estas aumentarán nuestro porcentaje de vida máximo, pero encontrar un balance es esencial ya que cuanto más se potencie un aspecto, menos vida sube hasta llegar al punto que deja de darnos bonificación. Esto es muy interesante porque permite cambiar el estilo de juego en cada partida.

Los juegos como Dead Cells son muy susceptibles a ser adoptados por la comunidad de speedrunners, que se dedican a terminar los juegos lo más rápido posible obteniendo resultados espectaculares. En este juego, encontraremos ciertas salas que tienen un contador de tiempo en la puerta para alentarte a jugar lo más rápido posible si quieres obtener lo que hay dentro. Normalmente encontraremos un buen puñado de células, algún arma y bastante oro para comprar objetos. El speedrunning me apasiona y ver que los desarrolladores piensan en esta comunidad, es un punto a favor.



Dead Cells es un juego de 2017/18 y lo demuestra. Para asegurarse de que es un juego interesante de hacer streaming y que la audiencia quiera verlo en plataformas como Twitch, el juego tiene integración con estas herramientas. La audiencia puede votar por qué camino quiere que el jugador vaya desde el chat de Twitch, que mejoras elegir y cosas del estilo. Si bien es un añadido curioso, tampoco creo que sea algo que los demás juegos tengan que correr a implementar, se queda en una simple curiosidad.

Dead Cells tiene una historia detrás de todo este sistema de juego, pero igual que ocurre con Dark Souls, está escondida en recovecos del escenario y sólo al investigar algunos objetos o salas que encontraremos, nuestro personaje nos contará lo que ha aprendido en algún manuscrito dándonos una cierta noción de la historia. Como era de esperar, la historia no es más que una excusa para poder tener algo de trasfondo ya que este juego se basa en morir y repetir todo otra vez, no tendría sentido tener una historia profunda y un desarrollo de personaje significativo.

LA GENERACIÓN PROCEDURAL NO ES SIEMPRE BUENA


Uno de los puntos negativos de Dead Cells, es que no te da ningún tipo de guiado para poder conseguir la siguiente habilidad que necesitas y puede caer en la situación en la que no paras de morir y morir sin poder avanzar ya que no sabes a donde deberías ir para poder progresar. Es uno de los contratiempos de basarse en la generación procedural donde las cosas son siempre aleatorias.

En el momento en el que seamos capaces de llegar al jefe final y derrotarlo, obtendremos una célula especial que al activarla en la siguiente partida, subirá la dificultad y nos impondrá restricciones que harán todo más complicado. A cambio, los objetos que se obtendrán serán sustancialmente más poderosos y tendremos acceso a unas puertas que sólo se abrirán si tenemos el número de células adecuado.

Pese a que este sistema le da un alto grado de rejugabilidad, nunca fui muy fan de este tipo de medidas que puedes encontrar también en Dark Souls y te permite rejugar una y otra vez sin fin. En Dark Souls nunca pasé de la segunda o como mucho tercera vuelta, y en Dead Cells me ocurre lo mismo.

Aunque como hemos mencionado anteriormente, esta review se ha hecho desde Xbox One X, desde Twin Motion fueron tan amables de facilitarnos también una clave para Steam, de la que solo hemos probado 2 o 3 horas pero ha servido para poder ver la diferencia entre ambas plataformas.

En la versión de Steam vemos cómo el juego está totalmente optimizado para el uso de pad, jugándose sin ninguna diferencia con respecto a Xbox One X en este sentido. En las opciones de vídeo, en PC podemos encontrar la opción de activar o desactivar la sincronización vertical para equipos que vayan con la tasa de imágenes por segundo muy justa.

Sin embargo, pudimos encontrar un fallo en el que de vez en cuando el cursor del ratón aparecía en medio de la pantalla pese a que jugábamos con pad. Este fallo es molesto pero imaginamos que no será complicado de solucionar.

PREFIERO JUEGOS DISEÑADOS A MANO


En conclusión Dead Cells es un juego muy recomendable, tanto para partidas cortas como para sesiones largas, pero en mi caso al terminar el primer recorrido del juego, perdí un poco las ganas de seguir jugando, ya que al generarse de manera procedural no tiene ese encanto que puede tener un juego como Hollow Knight que tiene un diseño de niveles fantástico con el cuidado de hacer cada pasillo y cada recoveco a mano. Aún así, recomiendo totalmente adquirir este juego, no os arrepentiréis.

Dead Cells está disponible en Steam (PC & Mac), Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch por un precio de 24,99€. La review ha sido hecha con una copia de Xbox One en una Xbox One X. Agradecimientos a Twin Motion por proporcionarnos la clave para el análisis.

Si te gusta el juego y estás pensando en comprarlo, te dejamos un enlace a Amazon donde poder hacerlo. 
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Ingeniero T.Informático que hace Satélites, gamer desde los 8 años en todas las plataformas que existen. Presumo de tener el trofeo de platino de todos los Souls, soy fan de la tecnología, gadgets y cualquier cacharro que se encienda y permita jugar a videojuegos.

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