Estamos ante uno de los mejores años para Nintendo en lo que puedo recordar, y lo que veo en el horizonte de esta compañía parece ser cada vez mejor. A continuación, intento reflexionar sobre qué ha sido, es y será Nintendo para mí, un poco de su historia y cómo ha evolucionado.
¡Feliz lectura!
La edad de oro
Nintendo, como probablemente ya sabéis, es la compañía de videojuegos responsable de maravillas como Super Mario, The Legend of Zelda, Metroid o Splatoon. Para mí, fue quien me hizo descubrir el mundo de los videojuegos y que mi interés se convirtiese en pasión desmedida. Sus juegos desbordaban jugabilidad como ninguna otra, maravillosas bandas sonoras, diseño artístico inmejorable y horas interminables de diversión, tanto que si afirmara que Nintendo fue quien me convirtió en gamer, no estaría mintiendo.
Si puedo recordar una época en la que Nintendo era lo máximo para mí, esa fue la era de la Super Nintendo.
La primera vez que fui a casa de uno de mis amigos del colegio y pude jugar a Super Mario World y Street Fighter II, no podía creérmelo, fue una absoluta revolución que cambió mi vida para siempre. Recientemente he podido revivir esa sensación con la SNES Mini, réplica exacta en tamaño miniatura de mi consola favorita incluyendo el mando original, que ni es ergonómico ni tiene 20 botones pero es el más bonito de todos. El catálogo que tiene la Super Nintendo contiene joyas atemporales como The Legend of Zelda: A Link to the Past, Super Metroid, Super Mario World, Yoshi’s Island, Secret of Mana, Donkey Kong Country… Creo que no hace falta seguir nombrando más, estaba repleto de obras de arte que proporcionaban experiencias inolvidables e infinitas horas de diversión.
Nintendo estaba en lo más alto, tenía una consola superior a las demás disponibles en el momento, un catálogo insuperable y parecía que no podía hacer nada mal. Japón en la época era la cuna del videojuego, donde toda la magia ocurría y en Europa rezábamos diariamente porque las maravillas que creaban llegaran aquí para poder disfrutar de ellas. No conseguimos que todo llegara (Seiken Densetsu 3 nunca llegó y nunca se lo perdonaré), pero cada título que conseguía ser publicado aquí era un regalo del cielo.
El declive y la pérdida de rumbo
Pero todo lo que sube, tiene que bajar, y Nintendo decidió sacar Nintendo 64.
No puedo decir que N64 (la cual adoro) fuera un fracaso rotundo, pero empezó a sacar a flote un enorme defecto que Nintendo tenía, que se resume básicamente en estar encerrada en Japón y no recibir (o hacer caso) de influencias externas. La cultura japonesa me fascina en muchos aspectos, pero si pecan de algo es de ser extremadamente reacios al cambio, a la influencia externa y ser demasiado conservadores. Cuando Sony ya tenía PlayStation, la consola de referencia en la actualidad, con un soporte de datos barato y versátil, el CD, Nintendo decidió seguir con el cartucho.
El cartucho encarecía muchísimo los juegos y tenía demasiadas limitaciones de espacio, cosa que en parte hizo que PlayStation tuviera muchísimo más éxito. Por supuesto que incluso con estas limitaciones, Nintendo pudo hacer brutalidades como The Legend of Zelda: Ocarina of Time o Mario 64 que redefinieron sus respectivos géneros, pero N64 quedó lejos del éxito que tuvo PlayStation y el futuro empezaba a nublarse.
Tras Nintendo 64, apostaron por un pequeño y carismático cubo llamado Nintendo GameCube que tenía por fin formato óptico pero como no, no era el standard y no terminó de cuajar.
La sombra de PlayStation era demasiado grande, PlayStation 2 (una de las consolas más exitosas de la historia) competía con ella y los desarrolladores externos apostaban todos por PS2 en contra de GameCube. Nintendo seguía en sus trece y seguía tomando decisiones sin tener en cuenta los cambios de mercado, la influencia occidental y que Japón estaba comenzando a tener una crisis del videojuego, donde dejaban de ser el referente y compañías como Microsoft sacaban juegos como Halo que eran extremadamente populares.
Si hay que admirar una cosa de Nintendo es que siempre ha apostado por innovar, invertir en creatividad y no dejarse llevar por lo que ellos no consideraban adecuado, pero es un arma de doble filo que puede herirte de muerte si te descuidas. Sí, me estoy refiriendo a Wii.
Nintendo decidió romper el mercado con una máquina que aunque estaba muy, muy, muy por detrás de lo que eran PlayStation 3 y Xbox 360 en potencia, pero incluía un mando con sensor de movimiento que revolucionó la industria. Gente que nunca había jugado a videojuegos empezaba a hablar de la Wii, madres, padres, abuelos, gente que jamás había sentido la urgencia de sentarse delante del televisor empezaban a hacerlo y estaban como locos con esta consola. Al menos lo estuvieron brevemente con títulos como Wii Sports, pero pese a que vendía unidades como churros y Nintendo tenía las arcas a rebosar, el éxito escondía una herida de muerte, y es que ese tipo de gente no compra Software ni te va a volver a comprar otra consola. Las ventas de juegos fueron terribles y los desarrolladores externos huyeron en masa. No había excepción, si invertías en sacar software para Wii, tus ventas eran irrisorias y te acababas arruinando. Es la única consola de Nintendo que no he tenido y que nunca he tenido ganas de tener.
Y llegamos a la todavía reciente Nintendo Wii U, la peor consola con diferencia.
Nintendo se sumaba al HD con una consola que apenas superaba la PlayStation 3 y bajo la sombra de la inminente PlayStation 4, daba el salto al HD (en su mayoría 720p) pero que tenía un nombre tan poco acertado que mucha gente creía que era lo mismo que Wii, e incluía un mando-tableta que ni ellos mismos nunca supieron exprimir adecuadamente. Este periférico prometía ser otra revolución jugable al estilo Wii, pero acabó siendo su mayor fracaso. Su baja calidad, la cual en la era del iPhone donde todos teníamos pantallas capacitivas con muy buena reproducción de color no tenía cabida, encarecía la consola más de lo que la gente estaba dispuesta a pagar.
Sumando previos argumentos como mencionaba antes, el público objetivo de Wii no iba a comprar otro juguete y había perdido el apoyo de la gran mayoría de los desarrolladores externos, por lo que Wii U nació condenada al fracaso. Los pocos juegos que habían y merecían la pena eran los que la propia Nintendo sacaba y no consiguieron sacarla a flote. Occidente estaba totalmente inmersa en las plataformas online de PlayStation Network y Xbox Live, los jugadores querían jugar online con amigos, disfrutar de Call of Duty, Halo y similares y Nintendo no ofrecía nada ni medio parecido. Su plataforma online era de risa y no parecía poder o querer desarrollarla lo suficiente.
¿Era esto el fin de Nintendo? Yo tuve mis serias dudas, y admito que me entristecía ver en qué se había convertido mi compañía favorita de videojuegos, siendo que yo viví la época de la Super Nintendo y GameBoy donde Nintendo era magia pura y parecía no tener límites.
El resurgir
En algún momento, todavía no sé muy bien ni cuándo ni cómo, Nintendo volvió a sacar su espíritu característico y decidió arriesgar por algo que nadie más tenía y no era la tendencia actual. Se escuchaban rumores por las esquinas de una consola híbrida que podía ser usada tanto como sobremesa como portátil (mercado en el cual Nintendo reina en absoluta soledad con GameBoy – DS – 3DS) y el cual me daba mucho, mucho miedo.
Veníamos de una situación en la que habían sacado demasiadas consolas con graves fallos, que no acababan de cuajar, oponentes durísimos con plataformas online muy maduras … yo no tenía ninguna fe en una remontada de Nintendo si soy completamente sincero.
De pronto un día, Nintendo lo hizo oficial, anunciaban Nintendo Switch.
Nintendo Switch es una maravilla de consola, lo mires por donde lo mires. El concepto es una consola con potencia suficiente para servir de sobremesa cuando la conectamos a un Dock con HDMI, y con un diseño principal de portátil. Lo que podía haber sido un fiasco enorme se convirtió en la sensación del momento.
Roturas de stock en todos los países, ventas extraordinarias y un apoyo incondicional de las grandes desarrolladoras y productoras han hecho de Switch un éxito rotundo. Ya lleva vendidas en 6 meses más de la mitad de las unidades que vendió Wii U en su ciclo de vida completo, y la predicción si todo sigue si curso es que la supere totalmente cuando cumpla el año.
Pero personalmente creo, el éxito de Switch no ha sido principalmente por las características de la consola, es porque Nintendo ha recuperado su rumbo y ha recuperado la magia con una salvajada de juego llamado The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
Nintendo ha dado una masterclass a todos los que se dedican a hacer videojuegos sobre como hacer un juego “10/10”, que desprende magia a raudales y te tiene enganchado durante 120 horas sin cansarte. A esto, sumadle el recién salido Super Mario Odyssey que es tres cuartos de lo mismo.
Tras unos años dudosos donde cada Starfox que sacaban era más malo que el anterior, donde Super Mario Galaxy (al menos a mí) no termina de cuajar y un Zelda: Skyward Sword más frustrante que otra cosa por lo impreciso que era el mando de Wii, Nintendo ha recuperado la esencia y nos esta dejando boquiabiertos.
Y por si esto no fuera poco, ha sacado reediciones mini de sus consolas más antiguas, empezando por la NES Mini y continuando con la reciente SNES Mini. Son replicas exactas en miniatura del diseño original, con una Raspberry dentro, un emulador con varios juegos cargados en memoria y salida HDMI. Esto es una genialidad y no sé como a Nintendo no se le ocurrió antes. Estas consolas se están vendiendo como churros, tanto que la NES Mini llegó a alcanzar precios astronómicos en eBay debido a la rotura de stock provocada. Espero, además, que esto desemboque en una Nintendo 64 Mini con la que pueda volver a jugar a Mario 64, Zelda Ocarina of Time y Star Wars: Shadows of the Empire.
Para mí Nintendo significa magia, significa quedarme pasmado y boquiabierto ante jugabilidades, diseños artísticos y bandas sonoras increíbles. Tras unos años donde tristemente veía que la Nintendo que conocí de pequeño estaba perdida, estoy extremadamente ilusionado con ellos de nuevo y no puedo dejar mi Switch de lado ni un segundo.
¡Larga vida a Nintendo!
PS: Por favor, Nintendo, haz una consola virtual al estilo Netflix para que podamos disfrutar del catalogo completo de NES y SNES en Switch.
5 comentarios
Para mi la piratería tiene gran culpa del triunfo de la play1 aunque suene algo contradictorio. Es una sensación, claro.
Como nintendero desde peque, ahora toca gozar con la switch! Buen pooost!
psx y ps2 han sido consolas extremadamente pirateadas y sus ventas lo demuestran, el rebote lo podes ver en wii, han sido cruciales para la venta de consolas, el problema esta en convivir con ello sin conservando T.P, por suerte nintendo aporta un aire fresco al mercado de gráficos y negocios que propone la competencia, ojala el mercado no le de la espalda
Es un hecho que Sony, mucho más centrada en aquella época en hard que en software, diseñó sus dos primeras consolas permitiendo la piratería, cosa que no ocurrió con gamecube que prefirió no usar el CD standar para que no se pudiera piratear fácilmente.
hoy sony le gana la pulseada a la pirateria y tiene muy buenas franquisias exclusivas… bien por el usuario
Ojalá hicieran un servicio de streaming tipo Netflix pero con juegos clásicos, sería realmente la bomba.
En cuanto a las distintas etapas de Nintendo, si bien es cierto que han pasado por momentos gloriosos y otros más discretos en cuanto a reconocimiento del público y ventas, siempre han reunido un buen puñado de juegos de esos que merecen la pena y te dejan marcado a fuego, así que no ha habido consola alguna que yo haya tenido que no me haya merecido la pena, incluyendo las de Nintendo.